Esposo comprado

Capítulo 11

Manipular un par de cosas a su favor era más que nunca lo primordial. Usar documentos falsos, hacerle creer que Kadir que todo estaba en su contra era mucho mejor de lo que se imaginó en su momento. A decir verdad, le encantaba demasiado ver la forma que este buscaba, las formas pertinentes de poder salir adelante y cuidar de su hija.

Luego de ese día, se había visto poco con él, por lo que esperaba que en algún momento se diera cuenta de que la necesitaba más de lo que desearía.

— Entonces… —Laisha se mordió el labio—. ¿Estás lista para lo que se viene?

— Sí —imitó la acción de su prima, echándose para atrás en la silla—. Mañana es festivo, el lunes hay puente, por lo que espero que esa noche de despedida de solteros sea inolvidable…

— Joder, el hombre se casará en menos de diez días —se burló su prima—. Esto es algo loco, ni tu padre se atrevió a tanto para conseguir el amor de tu madre.

— Todo lo hemos aprendido de la abuela Karla —ambas miraron al techo—. Que esté en un buen lugar—. Mira que embarazarse del tío Kiral, hacerle la vida imposible al abuelo y asesinar a cualquier mujer que se acercara a su hombre.

— Es mi ídolo —Laisha se besó los dedos—. Al menos, su legado sigue. Nuestros apellidos están en cualquier parte del mundo. Somos como eso que se conoce la nueva familia de reyes universales.

— Sí, sin duda alguna estamos aquí por una razón, nadie puede decir lo contrario de que no merecemos esto —se rascó el brazo—. Kadir será mío hasta el final de mis días. Lo admito, estoy obsesionada con ese hombre, lo quiero para mí desde que era una niña y es extraño que no sienta nada con otros hombres.

— Me imagino que tienes todo fríamente calculado para todo lo de mañana.

— Sí, tengo el club perfecto en dónde ellos harán sus cosas —Jasha se puso de pie, caminando hacia el ventanal—. Me propuse que si en un año o menos de casados no logro enamorarlo, lo dejaré libre. Que se largue con su hija…

— Pero esa niña es una cosita hermosa —su prima se colocó a su lado—. Sin duda alguna, te aseguro de que posiblemente hasta la terminas adoptando como tu hija.

— Nunca la voy a adoptar como mi hija —masculló irritada—. Esa niña es el mismo diablo. Se cree mucho por ser inteligente…

— Es que la que más se parece a ti —Laisha suspiró—. La sociedad va a acabar verbalmente contigo… están acostumbrados a que sea un hombre la persona que siempre esté haciendo este tipo de cosas y no la mujer.

— Lo sé —Jasha se mordió el labio—. Pero yo no voy a esperar treinta años para casarme, eso sí que no. Maldita sea, ese hombre es mío.

— Ajá, hasta que se dé cuenta de que andas manipulando las cuentas de la empresa y que Kiral te ayuda —su prima chasqueó la lengua—. Supongo que después de todo, podemos decir qué casi serás una mujer casada —apuntó detrás de ella—. Tomate un poco de tiempo, habla con Yara. Esa niña te adora y te dirá todo lo que sabe de Anne o lo que ella le dice a escondidas de su padre.

— Kadir se dejó manipular por esa mujer —tensó un poco la mandíbula—. Me siento como un déjà vu cuando se trata de ella.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— ¿Recuerdas cuando tuvimos que escapar de Rusia hace veinte años mi madre, Jadiel y yo? —Laisha asintió—. Había una secta de personas que estaban por todo el mundo. Aunque le dieron caza en ese momento, es posible que hayan quedado algunos… 

— ¿De dónde sacas eso?

— Anne le dijo a Yara que su madre no siguió el plan, no sé a qué se deba, pero temo que sea eso.

Laisha se quedó un momento en silencio, escuchando lo que querida prima decía y era muy cierto eso. Debía usar lo mejor que podía a Yara, pero es que esa niña quería robarse a su familia a como dé lugar, ni ella se atrevió a tanto. Después de un rato, ella se fue al área legal de la empresa y ella fue a una reunión que tenía con unos inversionistas. Kadir estaba en el otro extremo de la mesa, siendo un buen vicepresidente y ella iba tomando notas.

Para su buena suerte, no se le había pegado tanto el hecho de ser idiota cuando la persona que le gustaba estaba cerca. 

— Las inversiones estas últimas semanas han ido subiendo más del diez por ciento en comparación a los últimos meses —mencionó uno de los trabajadores de finanzas—. Se han notado más arquitectos en el área de paisaje… nos buscan para ir a algunas partes del mundo y eso es bueno.

— Es excelente —Jasha fingió estar escribiendo algo en su libreta—. El hecho de que nos estén buscando para darle vida a sus propiedades deja mucho que decir —levantó la vista hacia ellos—. Aixa les mostrará los próximos proyectos y los actuales —su secretaria fue pasando silla por silla, dejando las copias—. Kadir ya está trabajando en cinco de ellos en el área del paisaje.

— Así es —Kadir intervino—. Se abrirán más sucursales de la constructora, es por eso que algunos de los que están aquí serán ascendidos de sus puestos, pero es obvio que tendrán que mudarse.

— Y es por esa razón, que la próxima semana se abrirán las primeras cinco vacantes para ser el director en esas sucursales —ella entrelazó los dedos—. Lamentablemente, solo serán directores, porque estamos buscando empleados en esos estados para que haya más equilibrio y vean de antemano que somos una empresa que siempre está para todos.

— ¿Solo cinco?

— Sí, no vamos a gastar más dinero del necesario, traten de mostrar sus mejores propuestas y todos podrán participar.

Entre todos se miraron, dándose cuenta de que posiblemente estarían en serios problemas si no lograban entrar a una de esas empresas. Los inversionistas de antemano sabían sobre todo eso, por lo que ellos iban a participar. En lo que hablaban, Jasha miró los pequeños avances que los chicos iban haciendo en Arizona, había tomado la decisión correcta en enviarlos hasta allá para que demostraran su talento y hasta era posible que alguno de ellos se mudaran hacia otros estados o se fueran a Londres con sus padres.




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