La segunda parte de la despedida de soltero está en mi perfil, pasa primero que este de aquí, así que pueden ir a leerlo o continuar con la lectura.
Recuerden, aquí no se puede colocar ese tipo de escenas debido a nuestra Yara.
Kadir movió la mano al espacio vacío en la cama y lo encontró frío… como si durante horas este estuviera sin nadie. Se sentó de golpe cuando todo su cuerpo pudo recobrar el aliento y sintió cómo todo el peso de su pecado caía sobre sus hombros. Recordaba todo, hasta el hecho de fingir que la puta con la cual pasó la noche era Jasha. Le daba hasta vergüenza llamar a una mujer como la niña, a la cual le estaba rompiendo el corazón durante largos meses.
— Debo estar loco —Kadir se golpeó las mejillas—. Dios, ayúdame, iré a la iglesia. Mamá debe ayudarme. Sí, iré a confesarme.
Fue peor, mucho peor cuando vio todos los condones en el piso regados. No había un solo rastro de la mujer, mucho menos se podía apreciar que ella estaba en algún sitio. Con el orgullo por el piso, fue en busca de su ropa, ya se bañaría en su casa y con calma. No obstante, vio que tenía todo el cuerpo lleno de arañones por motones, su espalda en el espejo se veía horrible y ni hablar de que su cuello estaba de un modo irreconocible.
Salió de la habitación luego de asegurarse de que nadie iba a usar su semen para quedar embarazada, recogió lo mejor que pudo y al fin pudo respirar un poco en paz.
— Buenos días, señor —dijo su chofer, en cuanto abrió la puerta del auto—. Espero que haya tenido una despedida de soltero amena…
— Tan amena que me siento violado —murmuró entrando al auto—. Apesto a sexo, nada pasó aquí.
— Como ordene.
El hombre asintió cerrando la puerta y yendo al asiento del piloto. Kadir ni recordaba si le había dicho al hombre que fuera a buscarlo, simplemente cerró los ojos de camino a su hogar y deseando que todo fuera un mal sueño, pero estaba alejado de eso. Se llevó ambas manos a la cabeza, tratando de entender en qué demonios pensaba cuando llamó a esa chica por el nombre de Jasha.
En cuanto llegó a su hogar, le dijo al chofer que podía irse a descansar y que se verían el martes temprano. Le dio dinero extra, y entró a su hogar. Puso la ropa en el cesto y su celular lo puso a cargar en cuanto tuvo oportunidad. Golpeó su frente contra la puerta de la ducha varias veces, viéndose a sí mismo como alguien patético.
Si esa chica aparecía al mes siguiente embarazada, lo más seguro es que el niño saldría idéntico a Jasha. Se dio una larga ducha, y en cuanto tuvo un pantalón de chándal, encendió su celular, encontrándose con varias llamadas de su novia que no habían sido respondidas.
— Veo que estás vivo —dijo Vianny entrando a su habitación con unas bolsas—. Te estuve llamando.
— Acabo de llegar —levantó su celular—. ¿Pasó algo que tenga que saber?
— Cuando te llamé esta mañana, lo tomó una mujer que estaba muy ronca —su amiga enarcó una ceja—. No me quiero ni imaginar todas las cosas que hiciste anoche en ese club —se burló ella—. ¿Estás bien?
— Hice algo imperdonable —se sintió apenada—. Nunca había sido infiel y ahora me siento como si hubiese cometido un crimen.
— Kadir…
— No, escúchame —él se pasó una mano por el cabello húmedo—. Nunca le fui infiel a ninguna de mis parejas, jamás pensé en tocar a una mujer, pero ayer lo hice, tuve sexo con esa chica que apenas puedo recordarla…
— Ella al menos pudo tomar la llamada y decirme que estabas en ese sitio —suspiró cansada—. Me fui temprano anoche del club en dónde estaba tu futura esposa, a decir verdad, temía por tu vida.
— Ni que lo digas —se dejó caer en la cama—. Yara me odia, cree que no la quiero lo suficiente por el simple hecho de que decidí casarme con Anne. Anoche le fui infiel a Anne, confundí todo, me drogaron y cuando desperté no había nadie en el club, solo los de limpieza.
— ¿Y aguantó tu verga?
— Sí —respondió como si nada—, pero le dolía…
— Se nota que le dolía si te dejó todo marcado como animal en el granero —ella le dio unas palmadas en la pierna—. Tienes que comer algo ahora que puedes, por favor…
— Ella solo tiene veinte años —gimoteó adolorido—. Veinte, yo le llevo una vida.
— No es momento, le llevas dieciocho, aprende a contar…
— No me ayudas mucho en esto —Kadir chasqueó la lengua—. Necesito confesar mis pecados. Santo cielo, no tuve cuidado con esa pobre chica. De seguro el martes recibo la demanda de mi vida por haberla violado.
— No seas iracundo.
Vianny rio ante lo que él decía. Se sentó en la cama, tratando de seguir el ritmo descontrolado de su corazón, pero eso parecía ser imposible en ese momento. Abrió las bolsas de comida, y no se lo pensó mucho antes de perder la etiqueta y protocolo que demandaba el momento.
— No le diré nada a nadie sobre lo que me acabas de decir —ella sonrió un poco—. Eres mi amigo, estuvo mal lo que has hecho, aun así, debes entender que esa boda no debe llevarse a cabo por más que quieras.
— Vianny…
— Le fuiste infiel a tu novia, a la mujer que conoces de toda la vida por el simple hecho de que ahora…
— La confundí con Jasha, llamé a esa prostituta por el nombre de Jasha —confesó con la boca llena—. Lo hice otra vez, maldita sea.
— Entonces hay un pequeño lío en todo esto, querido amigo —Vianny negó un poco afligida con lo que le decía—. No sé ni qué decirte con esto.
— Solo necesito tiempo, le diré todo a ella…
— Eres el único que no se da cuenta de que tienes sentimientos por Jasha —ella le agarró el rostro con ambas manos—. Date cuenta, esa niña se te metió dentro como algo que no tendrá arreglo. La única persona que no quiere verlo eres tú, por el amor de Dios.
Kadir la miró como si fuera un perrito abandonado, ya ni entendía qué demonios era lo que pasaba con su vida como para que se fuera a la mierda desde la llegada de Jasha, de todos modos, estaba jodido.