Esposo comprado

Capítulo 27

Jasha se echó aire con la mano mientras miraba todo el lugar por última vez. Ya su semana en esa isla maravillosa se fue en picada, pero de una picada demasiado buena para su propio bien. Había disfrutado mucho con su ahora esposo, y más con lo que pasó días atrás con esas señoras. Kadir se mostró celoso, tanto que terminaron teniendo sexo por largos ratos en su alcoba, solo tomando unos minutos para retomar la acción después, porque ambos se necesitaban más de la cuenta.

Y pensar, que su mayor temor era que este terminara por llamarla por algún nombre de una ex, pero este siempre gruñía, jadeaba y gemía su nombre a cada momento, lo que le llegó a la concusión de que ese hombre la amaba aunque dijera que no lo hacía.

Era de tarde aún y él quería salir personalmente a recorrer las calles poco transitadas de la isla, bueno ver mejor dicho la construcción del aeropuerto sobre el mar que apenas iba en aumento y esa semana estaba en pausa porque algunas cosas requerían de tiempo antes de seguir con la construcción.

Incluso, ella en esos días trabajó un poco de la mano del administrador de la isla, haciéndose cuentas que necesitaba más tiempo para ella y Kadir. Sin embargo, su adorado esposo se planteó a su lado, diciendo que hasta los hombres casados podrían caer en la tentación.

Suponía que eso se debía a que ella estuvo con dos hombres mucho antes que él. Si tan solo supiera que el segundo hombre en su vida, fue la persona que le ayudó a confiar nuevamente en el sexo y que por el cual no sentía nada más que una linda amistad.

— Ya es hora de irnos —Kadir se acercó a ella con un bolso—. Veo que estás ligera como siempre.

— Es que me gusta sentirme fresca —ella echó su cabello castaño oscuro hacia atrás—. Además, tienes una esposa muy hermosa.

— Tan hermosa, que no me llegas ni al pecho si no es con tacones… —intentó burlarse de ella—… es hora de irnos.

— Es que imagínate —ella lo cortó—. Tu pene se lleva el crédito de la distancia…

— Maldita loca.

Jasha rio, antes de abrazar su brazo mientras salían de la habitación para ir a su nuevo destino por unas horas. Había un jeep a la espera de ser abordado, por lo que no esperaron mucho tiempo antes de partir a su destino. Lo veía más relajado, y pensaba que días antes de su boda odiaba tenerla cerca.

— Estaba pensando en algo —comenzó a decir Jasha—. Es mejor mantener por un tiempo lo más oculto posible el hecho de que nos casamos —ella se giró un poco para verlo—. Las únicas personas que lo saben, son nuestros allegados, y la prensa todavía no tiene idea.

— ¿Y por qué quieres mantener oculto esto del matrimonio…?

— Mi apellido está lleno de escándalos —le aclaró, volviendo a fijar la vista en el mar—. Mira que soy Jasha Richter Richter —negó con la cabeza—. Es bueno estar siempre de lado de una cosa… esa gente es de armas tomar. Ya ves que mi familia está en todos lados.

— Tanto que no hay un solo continente en dónde no anden de intrusos…

— Próximamente, Asia y Oceanía —Jasha estiró su mano para apretarle la nariz—. ¿Te imaginas a mí con un bebé chino? Sí, se vería bonito…

— Yara acaba de salir el chat.

— Lo más seguro es que ahora que ella termine por lanzarlo a la piscina como una pequeña costumbre familiar de años —Jasha bufoneó—. Sin embargo, no habrá niños entre nosotros —volvió a mirar por la ventana—. Es un año, un niño solo nos va a dejar unidos y no es algo que no quieras.

— Hemos tenido sexo…

— Tengo una inyección y con mi expediente con las drogas no es una opción…

— Dijiste que estabas limpia —Kadir tenía la mirada fija en el camino—. No veo nada de malo con que tengas hijos…

— Primero los tendrá mi hermano Jadiel antes que yo —se encogió de hombros, restándole importancia al asunto—. No me interesan los niños por el momento. Suficiente tengo con Yara, esa mocosa sí que es intensa.

— Tienes razón…

Jasha apretó los dientes para no reírse de la manera en la cual Kadir estaba cayendo en su juego. Cerró los ojos un momento, recordando los consejos que le dio su bisabuela Karla y la manera en la cual logró tener a su abuelo Christopher comiendo de la palma de su mano. Llegaron al aeropuerto, que apenas estaba en construcción, justamente en la parte dónde se podía ver un hermoso atardecer.

— ¿En serio tu salida es esta? —Jasha frunció el ceño—. Imaginé cualquier cosa que me dirías o llevarías a otro país —ella arrugó la nariz—. ¿Quieres ver la construcción en verdad?

— No —él estacionó el Jeep—. Haremos algo aquí.

— Siento que vas a matarme —ella bajó del auto—. Solo que antes busca la manera de hacerme sentir bien, por favor.

— En verdad estás loca —él tomó el bolso—. No es algo psicótico lo que te haría, sino algo placentero que se me ocurrió luego de ver varias veces este sitio.

— ¿Tu fantasía sexual es tener sexo en un sitio en construcción?

— No, hacerlo en la pista de aterrizaje con una maravillosa vista hacia el atardecer —Kadir extendió su mano hacia ella—. ¿Quieres venir?

Ella con su segundo amante hizo locuras, pero esto era mucho más de lo que se imaginó. Tener sexo en la pista de aterrizaje de un avión. Mordió su labio, imaginándose todas las cosas que podría hacer ahí con él.

Con cuidado, pasaron algunos escombros, pisando tierra con algunas cosas que los trabajadores dejaron ahí antes de irse a sus hogares. Estaba nerviosa, por lo que estaba a nada de pasar en ese instante.

— Se ve algo raro desde aquí…

— Lo único que se ha terminado a medias es la pista de aterrizaje —ella se abrazó un poco—. Es raro que me pidas esto, porque te ves como un hombre pulcro.

— Ajá —Kadir la fue guiando—. Vi las fotos que te mostró su administrador. Este sitio es enorme.

— Es algo que apenas está en construcción —murmuró ella, asustada—. Sería bueno regresar…

— ¿No se supone que los jóvenes hoy en día son los más divertidos de todos? —él siguió llevándola por todo el lugar—. Mira que hermosa vista.




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