Esposo comprado

Capítulo 35

Paso a decirles, que el extra está en el libro Extras: Los errores que nos separaron. 

 

Jasha miró el anillo, era uno de los más caros que podía haber en el mundo. Joder, le gustaban las cosas caras, aun así, eso era mucho. Era un rompecabezas el hermoso anillo que tenía en su dedo.

— ¿La mujer no te dio los otros anillos? —Jasha frunció el ceño, luego de recordar que Kadir había pedido más—. ¿Solo estos?

— Mi bolsillo monetario no es mucho —Kadir se encogió de hombros, quitándose el saco—. Compré ese con el dinero de la casa que vendí y parte de mis ahorros del seguro que no usé cuando murió Bianca.

— ¿Seguro? —ella lo observó con cautela—. Porque esto es un Cullinan, uno de los diamantes más caros del mundo…

— Y uno de los diamantes que usa la corona de Inglaterra —completó por ella—. Te dije que no te preocupes, ya si me quedo sin dinero, mi esposa tiene once meses para mantenerme —él le agarró ambas manos—. ¿O es que no quieres el anillo? Puedo revenderlo en el mercado negro.

— No, me gusta —ella se veía tímida, algo extraño en ella—. Tienes la otra pieza del rompecabezas… estos no son anillos normales…

— Claro que no son anillos normales, nunca lo serán —Kadir le dio un beso en las manos—. Nosotros no lo somos…

— Y después dices que la loca soy yo —ella volvió a mirar el anillo—. Nadie en mi familia tiene anillos normales de matrimonio, siempre son con algún diseño —ella le mostró la cadena—. Es el Cullinan 1, era de mi papá, se lo dio a mi mamá…

— Y tú se lo robaste —él tomó entre sus dedos el dije—. No te he visto haciendo rompecabezas desde que llegaste al país.

— Los tiene Yara en su habitación —Jasha sonrió a medias—. Dejé de hacerlos a menudo cuando pasó lo de Jax o Asher… no sé cómo se llama en realidad —se quedó en su lugar—. A veces mi padre me llevaba de esos rompecabezas para que mi mente se despejara, pero no podía completarlos.

— Estabas bloqueada contigo misma, lo que es normal —le soltó el dije—. Hay reunión hoy. Tus chicos dejaron buenos ingreso en Arizona.

— Es que siempre tengo un buen ojo para los negocios —ella lo agarró por la corbata—. Ya ves, me compré un esposo muy hermoso, nadie puede decirme lo contrario.

— Confirmo, un esposo caro.

Jasha rio entre dientes, antes de darle un casto beso en los labios. El regreso a la empresa fue cuidadoso, aunque tenía más seguridad que todo un presidente, no cabía duda de que su familia estaba realmente asustada por ella, ya que no se tomó siquiera unos días libres.

Aixa la puso al tanto de todo en cuanto llegó a su oficina, indicándole que su café estaba listo. Sí, ella amaba su café y sus dulces de coco como si fueran lo último en la vida.

Fue a la sala de juntas que quedaba en medio de ambas oficinas, tanto la de Kadir como la de ella. Pensó que él ocultaría el anillo, pero no, lo mostraba como si nada a los inversionistas que iban a patrocinar algunas construcciones.

— Vaya, es un anillo un poco peculiar —dijo uno de los socios, y ella bajó la mano de la mesa—. ¿Es de compromiso? ¿Matrimonio?

— Matrimonio —respondió con sutileza, y ella no podía concentrarse siquiera en las cosas que tenía enfrente—. Ya me casé hace un tiempo…

— No sabíamos, con lo que pasó con su…

— Descuide, no fue con ella con quien me casé —Kadir volvió a interrumpir al hombre—. Con una pequeña molestia que conozco desde antes. Anne solo fue un error en mi camino.

— Vaya, los jóvenes de hoy en día no esperan un luto… Se casan a los tres días.

— Si supiera…

— Es hora de comenzar la reunión —Jasha se aclaró la garganta—. Tomen sus asientos.

No lo miró, mucho menos se dignó a hablarle cuando le preguntó acerca de si se tomó su café, solo levantó el termo y eso fue todo. Aixa le dejó algunos documentos que solo se trataba de firmar y listo. Agradece enormemente no haberla despedido, porque ella era muy buena en su puesto y el único error que cometía era el dejarse embaucar por Vianny.

Investigó todo sorbe esa mujer, ya que cuando Kadir le dijo que ella se quedó como su secretaria, no se le conocía pareja alguna, le pareció extraño, no obstante, Vianny era lesbiana, aunque no lo demostrara por su lado femenino.

Prestó atención a todo, hizo preguntas, respondió algunas y Kadir por igual. Cerró cada inversión con una buena suma de dinero y le entregó los documentos a Aixa para que hiciera las copias y las llevara al área de legalidad.

— Buenas tardes, señorita Richter —uno de los inversionistas extendió su mano hacia ella—. Al fin la conozco en persona.

— Hola, es un placer, señor Vaughn—recibió el saludo—. Le agradezco mucho la inversión que hizo…

 — He visto su trabajo, es demasiado bueno, igual que el de su padre —el hombre sonrió socarrón—. Supongo que también sus proyectos en Londres…

— He trabajado en Londres, Arabia saudí, Moscú y otros lugares del mundo —quitó su mano con un poco de incomodidad—. Ya está todo hasta en redes sociales hoy en día.

— Pues sí, es lo que muchos ven sin darse cuenta, pero soy más de quedarme en el país —Vaughn estaba realmente coqueteándole—. Me resulta extraño que hayas decidido cambiarte en dónde en Inglaterra hay más oportunidades…

— Mis padres están allá y como ve, tengo dos sucursales, sub y pequeñas constructoras en todo el país, lo cual sé remota a un enorme peso en mis hombros —levantó las cejas, apretándose las manos—. Si me disculpa, tengo trabajo por hacer y regresar a casa con mi familia…

— Se ha dicho que no estás casada, mujer soltera…

— Pues las noticias pueden no saber todo de los famosos hoy en día —ella sonrió a medias—. Se han dicho muchas cosas de mi familia a lo largo de los años, que no todo puede ser cierto.

— Tienes un punto —el hombre se quedó unos segundos en silencio—. ¿Puedo invitarte a…?




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