3 AÑOS ANTES…
—¡Por fin lo he conseguido! —exclama eufórico el científico—. Después de tantos años de estudios, experimentos y fracasos, por fin he dado con la cura de todos mis males.
Y, mientras levanta el frasco transparente, con el líquido azul verdoso que se arremolina en su interior, contempla su obra, su trabajo, que tantos esfuerzos le ha costado.
—Ahora solo tengo que ponerlo en práctica —murmura para sí mismo mientras su atención recae en el único animal presente en la habitación: su perro—. Pero no quiero desperdiciar una sola gota. Estoy seguro de que todo ha salido perfecto, no hay razón para confirmarlo con un ser que no puede siquiera leer.
Totalmente convencido de su éxito, decide no probar el efecto en otro ser que no sea el que cargará con los resultados toda su vida.
Se ha tomado mucho tiempo para asegurar el triunfo de este experimento, y no puede faltarse al respeto de esa forma, poniendo a prueba sus obras y tratándolas como si estuvieran defectuosas y necesitaran algún tipo de arreglo.
Y ese no es el caso, por supuesto.
Todo lo que él hace es sencillamente maravilloso, y no puede permitirse una pérdida de tiempo como esa. Ya es hora de poner en marcha su plan, y entre más tarde, mayor será su tormento.
Después de realizar unas llamadas ya tiene todo listo: en unas horas estará en un vuelo directo a Estados Unidos.
Traducción: estará en un vuelo directo a su Destino y al futuro con el que tanto ha soñado.