Essentia

La Casa Fantasma

—Voto por la primera opción —declaró Louis mientras se incorporaba en la cama.

Llevábamos hablando una hora sobre todo lo que me pasó la noche anterior, sin conseguir una respuesta aceptable para ninguno.

—¿En serio crees que salí a robar ropa y después volví a mi casa para cambiarme y dejar el pijama bien ubicado? Oh, y no nos olvidemos de la parte en la que me tomo el tiempo para amontonar mantas y cojines que finjan ser yo, agarro las llaves de casa y salgo por la ventana. —El tono sarcástico de lo que decía era evidente para mi mejor amigo.

—Exacto, y también está la parte en que haces un salto mortal desde las ramas del árbol y aterrizas de pie en el jardín —añadió en respuesta.

—Por favor Louis, nada de esto tiene sentido —exclamé mientras me dejaba caer en la cama, rendida.

—Vale, tal vez nos pasamos con lo del salto, pero lo demás sí tiene más sentido.

—¿Y los golpes? —le pregunté mientras señalaba mi barbilla.

Después de considerarlo un momento, dio con la respuesta.

—Te los hiciste al caer de esa altura. Seamos honestos, eres pésima para cualquier deporte, ahora para saltar de un árbol, y además parcialmente dormida.

Aunque me costara admitirlo, tenía cierto sentido lo que decía. La opción de que me había ido corriendo en ropa interior la descartamos en un momento, ya que una adolescente corriendo así por la ciudad no podía pasar desapercibida fácilmente.

Tal vez todo fuera solo un episodio de sonambulismo lúcido que me había permitido controlar los detalles más mínimos, y que el cambio de ropa demostrara un efecto secundario, probablemente algo del subconsciente que trataba de darme consejos de moda… ciertamente horribles, para ser sincera.

—Está bien, nos quedamos con esa explicación —le dije sin mucha convicción—. Ahora dime Sherlock, ¿de quién es la ropa que llevaba puesta?

Y creo que hasta ahí le funcionó su capacidad deductiva. Se quedó en blanco. No sabía qué decir. Y ya puestos, yo tampoco tenía una explicación a eso.

No pude haber entrado en otra casa, eso era un hecho. La idea del robo la descartamos también hace un rato.

—¿Estás segura de que no la compraste? —Ya me había hecho la misma pregunta varias veces, y mi respuesta era la misma: No, la ropa no era nueva. Estaba en muy mal estado para ser recién comprada—. En una tienda de segunda, tal vez.

—Con todos los parches y agujeros que tenía el pantalón, dudo que alguien pagara por eso.

—Recuerda que estabas dormida.

—Te la voy a enseñar, quiero que juzgues tú mismo.

Me incliné por el lado de la cama donde estaba la bolsa en que había guardado todo en la mañana: el pantalón, la sudadera con la camisa blanca envuelta y el zapato. Se la lancé desde mi posición en la otra cama.

Él la atrapó en el aire y desató el nudo. Una a una sacó las prendas que contenía, comenzando por el pantalón, que desplegó tomándolo por la cintura.

—¡En esta cosa cabrían dos Beth’s! —bromeó con una fingida mueca de terror—. Tendré que asegurarme de que estés despierta cuando me ayudes a escoger ropa a partir de ahora.

Lo dejó a un lado y tomó algo más de la bolsa: el único zapato que había conservado. Alguna vez fueron blancos, pero el que Louis sostenía presentaba un tono gris cercano al negro.

—Solo hay uno —aclaré cuando vi que buscaba a su gemelo en la bolsa—, el otro lo perdí esta mañana mientras huía de la sombra. —Así había decidido llamar a la persona que me siguió esa mañana.

—¿En plan cenicienta? —ironizó con una media sonrisa.

—Solo que esta vez perdí el zapato porque me iban muy grandes. Es una suerte que solo se perdiera uno.

—¿Y qué número son? Creo que ni a mí me entran.

Le dio la vuelta al que tenía en la mano, probablemente para buscarle el número, y lo arrojó con violencia a la otra esquina de la habitación, observándolo con una mueca de horror, que alternaba entre el zapato y yo.

—¿Qué pasó? —inquirí con terror, contagiándome de su estado—. ¿Qué viste, Louis?

No quería decirme nada, así que empecé a acercarme al lugar donde estaba el objeto de mis preguntas.



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En el texto hay: asesinatos, obsesion, ficcion juvenil

Editado: 01.01.2020

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