Hera Casper, amiga de todos, enemiga de nadie. Quienes la conocen, la describen como aquella chica buena, inteligente, amable, solidaria, alegre...En fin, existen muchos calificativos buenos que son usados por los seres más allegados a ella para describirla.
Sin embargo, como la mayoría de personas, no ha tenido una vida fácil. Y no todo lo que muestra a los demás es lo que hay realmente.
Las apariencias engañan, es algo que la gente siempre dice. Y para ella, ese dicho no puede estar ser más acertado.
A sus dieciocho años, se siente más vacía que nadie.
No le gusta como luce. Su aspecto físico la ha sumido en una densa bruma que siempre la ha hecho pensar que no es merecedora de consideración, por lo que se siente incómoda con los reconocimientos y halagos que sus amigos o familiares le dan.
Toda su vida le ha quitado importancia a lo que hace, por meritorio que sea, e incluso, ha llegado a sentir cierto rechazo hacia las muestras de afecto. Para muchas personas esto parece absurdo en alguien de su edad. No pueden estar más equivocados. Esa misma bruma en la que ha vivido toda su vida es la que hace que nadie más que ella sufra.
Es algo contradictorio porque, no es que le importase mucho el físico en sí, tampoco envidia a aquellos que tienen buen aspecto, así como nunca juzga a quienes tengan rasgos parecidos a los de ella. Todo es tan raro.
Porque todo se trata de ella.
Miedo.
Miedo a que nadie la tome en cuenta y quedarse sola toda su vida.
Nunca ha sido una chica portadora de una gran figura, a pesar de llevar una vida social "normal" y ser muy amigable, lleva consigo una hilera muchas inseguridades.
Todo se complica para ella cuando le dan la noticia de que se mudarán de ciudad debido a que a su padre lo transfirieron a otra sucursal de la empresa en que trabaja actualmente. Hera se ve obligada a dejar Washington D.C que fue su hogar los últimos años, su escuela, Benjamin Banneker High School que es donde están sus amigos. Esas personas de las que ha estado acostumbrada a ver toda su vida. Todo cambiará cuando se mude a la ciudad de Los Angeles en donde tendrá que terminar su último año de secundaria. Espera poder hacerlo bien.
Hera le teme a lo que está por venir una vez se mude pues se podría decir perfectamente que ella estaba en su zona de confort en su ciudad anterior. Sabe que esta mudanza trae consigo nuevos retos para ella. Una nueva vida llena de apariencias y sinceramente no sabe si lo logrará.
El amor a si mismo es algo que hace falta a Hera, y esta es su historia, una en donde se muestra que las inseguridades, prejuicios y miedos la han dominado toda su vida y que muchas veces se necesita a alguien que te ayude a ver el mundo de otra manera y que por triste que parezca, no es suficiente luchar sola contra ello.
Para Hera, ese alguien es muy conocido en L.A. County High School For The Arts y se llama Andrew Pride.
Él es el típico galán, arrogante, un poco prepotente, bien parecido, lleno de confianza, pero sobre todo, orgulloso, justo como su apellido. Es el chico que toda chica quisiera como protagonista de su propia historia. Una llena de amor y clichés.
Es él quien a pesar de tener esas cualidades, empezará a ver en Hera, eso que no ha visto nadie más: Una persona llena de miedos e inseguridades que, él, estará encantando en ayudar a superar.
Es así, como empieza esta historia en donde la clave de todo, está en amarte a si mismo tal cual eres.