Narrador
La mirada de ella recorrió la entrada del edificio, le parecio imponente, paso su fina mano y bien cuidada sobre la falda de su vestido. Ella iba bien elegante, su cabello relucia, su maquillaje era perfecto. Al dar un paso en dirección al edificio se sintió una Diva, alguien quien iba a tener al mundo en sus manos, de reojo vio al que habia sido su novio de toda la vida, era guapo, su cuerpo era musculoso, su piel estaba bronceada por el sol. Su cabello rubio cai en su frente de una manera sexy pero se planteó que si él sería el hombre con el que pasaria el resto de su vida y más aún que fuera una mujer famosa.
Paul era el sueño de toda mujer... pero de las mujeres del pueblo Las Flores, él no encajaria en el mundo al que ella perteneceria, él siempre tendria ese aire, el acento de un hombre que pertenecia al interior del pais.
Entraron al ascensor, este iba un poco lleno, todos los ahi presentes vestian sofisticados, hombres hermosos y de muy buena presentación, un bello moreno le cerro un ojo, ella se quedó sin aliento, ese hombre era despampanante, muy sofisticado... alguien asi debia ir de su brazo. Paul no iba prestando atención y lo agradecio ya que se moriria de la vergüenza si él le hacia una escena de celos.
Rodo los ojos y pensó que habia sido una total estupidez haberlo dejado que la acompañara.
Al abrirse el ascensor y comprobar que era el piso al que iba, contoneo las caderas y sonrió al notar las miradas masculinas llenas de admiración.
Paul salió de ahi y extrañamente no le lanzo una mirada asesina, ni la tomó del codo para sacarla en dos zancadas de ahi. No, él estaba actuando extraño pero la verdad, a ella no le importaba. Había llegado el momento de triunfar y lo haría sin él.
Soltó el aire retenido al notar que las sillas de la sala de espera estaban todas ocupadas. Habian muchas chicas esperando, las revisó con mucha atención a todas, sonrió por lo bajó al darse cuenta que ninguna le llegaba a los pies, ella era perfecta. Las otras eran un poco rellenas, no se imaginaba el que las había motivado llegar ahi... bueno debieron pensar que tendrian la misma suerte que la cerdo Palacios.
No entendia que rayos había pasado en la revista para haberla contratado, en su emoción no habia terminado de leer el anuncio de la revista de que buscaban a una chica, no tenia ni idea de la hora en que seria el casting, los zapatos de aguja la harían llorar si permanecia de pie por un largo rato.
Respiró profundo y exhalo, necesitaba concentrarse en otra cosa y no en el eminente dolor que se avecinaba.
Y fue ahi cuándo lo vio, un hombre imponente con su altura, estaba segura que le sacaba una cabeza a Paul.
Su cuerpo se veia de infarto, cómo el de los hombres de las revistas. Vestia unos jeans, una camisa con las mangas enrolladas hasta los codos pero su ropa gritaba dinero, era fina y le quedaba perfecta. Hasta sus oidos llegaron los cuchicheos de las ahi presentes, asi que supo cómo se llamaba.
—«Mira es Alejandro Blanco, el famoso fotógrafo...» —sonrió ante ese dato, él era el tipo de hombre que necesitaba y él a ella, harian una pareja perfecta. Él saludaba a todos los presentes, asi que era una excelente víctima, estaba pendiente de sus pasos y cuándo estaba cerca ella avanzó de modo que sus cuerpos chocaran, ella soltó un jadeo al posar su mano en su pecho duro para evitar caer.
Sintió como dos grandes manos sujetaron sus codos para evitar que cayera.
—Lo siento señorita... —ella levantó la mirada y se maravilló al toparse con una bella mirada, sonrió de emoción al notar cómo él reparaba en su rostro, él no habia ocultado su mirada de asombro... si, él se había dado cuenta de lo bella que era.
—No se preocupe, también venia distraída —su voz sonó sexy, era su mejor entonación y le había sido muy útil —mi nombre es Ivete Montes —él la suelta y enarca una ceja, dejándola intrigada ¿Su familia era reconocida por está celebridad? Ese era un punto a su favor, tomó un mechón de cabello entre sus dedos —¿Y tú eres?
Él sólo la siguió observando y luego se encogió de hombros.
—¿Vienes al casting? —ella asiente y piensa que si él era el fotógrafo a juzgar por como la miraba ya lo tenia ganado.
Asintió con una gran sonrisa, mientras abanicaba sus largas pestañas.
—¿Si? —él la miró extrañado pero ella estaba segura que él debia pensar igual, una mujer bella haciendo fila en medio de tantas mujeres pasadas de peso.
—Si —ella dio un paso muy sensual hacia él pero lo vio retroceder, ella fruncio el ceño pero notó que él miraba en dirección de todas las chicas y soltó el aire retenido, él se cuidaba para que no dijeran que ella había quedado como modelo por que el fotógrafo se habia quedado prendado de ella, enderezo los hombros y esbozó la mejor sonrisa, este casting seria pan comido.
Alejo
Aún me sentia sorprendido, ella era la mujer de la foto, la mujer que habia hecho la vida de Agus, un infierno. Nunca imaginé que ella vendria a la revista, menos al casting donde claramente se había indicado que se necesitaba chicas pasaditas de peso.
Se encogió de hombros y siguo su camino hacia la oficina, debia revisar muchos documento.
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Kgerals🌼