—Estas preciosa —Gardenia me observa con ojo crítico a través del espejo —Cuándo llegaste aqui, parecias un animalito asustado en medio de depredadores —sonrie con burla y su mirada conecta con la mia —el mundo de la moda no tiene para nada buena fama.
—No era por ustedes —enarco una ceja, la verdad había algo dentro de mi que estaba revolucionandome por dentro. Sentia emociones nuevas. Las citas con la psicóloga ahora si no alcanzaba la hora para hablar, me habia abierto tal cual catarata y le habia expresado mis miedos, las inseguridades con las que cargaba y sentia que dentro de mi se estaba efectuando un cambio.
Por lo pronto habia empezado a mirarme al espejo tal cuál, es decir, sin ser mi propia crítica por que ese era mi problema mayor, yo me insultaba mentalmente, me menospreciaba por ver tantas curvas. Yo, Agustina Palacios había descubierto que debia perdonarme a mi misma, yo me había lastimado severamente, era mi propio verdugo, juez.
Suspiró y Gardenia no aparta su mirada de mi rostro, el cual debia estar rojo, me avergonzaba hablar de mi inseguridad por el peso pero una de las maneras de perdonarme a mi misma era aceptando que está era yo, tal cuál.
—Me sentia insegura por mi peso —ella no responde sólo curva sus labios en una sonrisa.
—Y todos pensando que eramos menos para ti.
Niego
—¿Por qué pensaron eso?
Gardenia coloca una mano en mi hombro.
—Eres la novia de un hombre famoso —Su mirada se centra en el cepillo —Alejo es alguien que te ve de igual a igual, él no hace diferencia con las personas. Pensabamos eras igual a Giselle —frunce el ceño —ella era alguien que llamaba la atención donde quiera que iba y eso lo sabía, asi que un poco creida. Yo nunca sostuve una conversación con ella, no lo permitia, pero a medida que ha pasado el tiempo, nos damos cuenta que eres diferente —sonríe —y muy bonita, valiente, han llegado gran cantidad de cartas dirigidas a ti, eres una modelo con curvas.
—También Paula y Lucia —ella asiente y suspira.
—Me ha gustado el cambio que está viviendo la revista.
—Si —respondo y me pongo de pie, paso mi mano por mi pantalón y me miró una vez más en el espejo, era ceñido al cuerpo, resaltaba mi gran trasero y marcaba mis piernas, me sentía un poco cohibida pero al imaginar el rostro de Alejandro al verme me hacia sentirme ansiosa ya que cada dia con el vestuario que me proporcionaba la revista recibia comentarios de que me veia bella, sexy, deseable y muchos más piropos.
—Bien, me marchó Agus, luego sigues tú para las fotos —Gardenia sale de la habitación, mi mirada sigue recorriendome, la verdad me gustaba como me quedaba el pantalón, me gustaba la blusa que resaltaba mis senos grandes. Gardenia siempre me maquillaba lo más natural posible, resaltaba mis ojos. Me gustaba lo que veia. Tomo mi móvil nuevo y selecciono la cámara... increible, iba a tomarme fotos, me gustaba lo que veia, levantó el móvil y sonrió a la cámara en lo que estoy dando clic me doy cuenta que en la foto no salgo sola.
Narrador
Rueda los ojos al cerrar otra puerta y dar con otra oficina, se detiene por un momento y suelta el aire retenido, ni siquiera conservaba su número. Sacude la cabeza al darse cuenta que era un total estúpido por haber borrado su número pero nunca imaginó que ella iba a cambiar y que ese cambio le iba a gustar.
Una chica bonita pero con rostro de pocos amigos venia saliendo de una de las oficinas, asi que decidió que le preguntaría, no sabia cuánto tiempo se iba a llevar Ivete en la audición.
—Disculpe, busco a Agustina Palacios — ella levanta la mirada, lo observa de una manera profunda provocando en él un cosquilleo, la mayoria de las chicas que se le acercaban no lo miraban a los ojos y se volvian un manojo de nervios pero ella era distina.
—Está ahi —señala la puerta que ella acababa de cerrar —supongo eres el ayudante del fotógrafo, apurate llamala, a Agus no le gusta hacer esperar a nadie, es una maravillosa cualidad que le encantará a tu jefe —Él la observó y notó que está chica admiraba a su ex prometida, no dijo nada, sólo avanzó. Paso su mano por su cabello y sonrió al abrir la puerta.
Ella estaba de espalda, llevaba un pantalón negro ceñido a su cuerpo, dejando ver sus curvas. Se veia fascinante, avanzó como la polilla atraida hacia la luz, su cabello estaba suelto y se veia sedoso ¿Por qué ella nunca se molestó en mostrarle todos los atributos que tenia?
Escuchó el clic de la cámara cuándo estaba cerca de ella pero no le importó, lo único que deseaba era tocarla, sentir su cuerpo junto al de ella.
—¡Paul! —se detuvo cuando ella se giró y exclamó su nombre —¿Qué haces aqui?
La miró y vio su ceño fruncido, ella no sonreia, examinó su rostro y se dio cuenta que estaba preciosa, no llevaba casi nada de maquillaje y se veia bella, su piel relucia, sus labios eran hermosos parecian tallados con el cinsel de un artista ¿Por qué no lo notó antes?
—Agustina —su voz salió ronca, no podia negar que la deseaba y verla habia aumentado su deseo.
Ella se cruzó de brazos causando que él frunciera el ceño, esto no era lo que había imaginado, todo el camino hacia la revista se imaginó que ella lo veria, sonreiria y caminaria hacia él para abrazarlo feliz de tenerlo ahi pero ella se había quedado de pie como una estatua.
—¿Qué haces aqui Paul?
—Vine a ver a mi... —curvo sus labios y pensó que ella no sabia los planes que él tenia de regalarle la dicha de volver a su lado —novia.
—¿Novia? —ella lo mira sin entender pero sólo se encoge de hombros —¿Ivete está en la revista?
—Me refiero a ti Agustina —y ella abre la boca en una perfecta O, pero no emite sonido. Su mirada es de asombro, pero luego está va cambiando, él no nota que ella lo mira con furia, si la conociera sabría que ese parpadeo rápido que ella estaba haciendo era señal de problemas, estaba luchando consigo misma para controlar la furia pero está estaba ganando... —Vine por ti —curva sus labios en una sonrisa seductora pero ella... no la miraba, no, ella miraba ante ella a un egoista total.