Esta vez será diferente

5. Cambiando mi futuro

Anastasia pasó la noche en casa de sus padres, era domingo y aunque no quería levantarse, debía hacerlo y hablar con sus padres para dejarles claro que no se casaría con Daniel Rossi.

— Buenos días, hija. — Dijo Alejandra, que servía el desayuno en la mesa.

— Buenos días…

Anastasia se acercó hasta la mesa, cuando su padre y su hermano entraron en el comedor cocina.

— ¿Has dormido bien, cariño? — Le preguntó Alejandra a su hija.

Tanto Juan como Haru se sentaron a la mesa, sirviéndose el padre café en una taza.

— Más o menos. — Respondió Anastasia, que retiró una de las sillas de la mesa, aferrándose a ella. — Quería deciros que no quiero tener una cita con el hijo del amigo de papá y tampoco planeo casarme.

— Cómo… ¿Cómo es que? — Se sorprendió Juan y miró a su esposa.

— Yo no le he dicho nada. — Le dijo Alejandra a su esposo.

No sabían cómo su hija se había enterado de la intención que, junto a los señores Rossi, tenían de unir a las dos familias.

— Anastasia, piensa en tu bienestar. Daniel es un buen partido y su familia no solamente tiene dinero, sino que también son buenas personas, deberías por lo menos salir una vez con su hijo. — Le habló su padre y Anastasia apretó la silla que sujetaba.

— ¿Y mi bienestar es salir y casarme con un extraño? — Anastasia le preguntó a sus padres. — Quiero tomar mis propias decisiones y elegir con quien quiero casarme.

No quería estar de nuevo envuelta en ese matrimonio sin amor y sobre todo sin respeto hacia su persona.

— Hija. — Juan se levantó de la silla y su esposa lo agarró del brazo.

— Anastasia tiene razón, esposo. — Alejandra se dirigió a él. — Nosotros hemos elegido lo que nos parecía bien para nuestra vida y se nos está olvidando que Anastasia ya no es una niña.

Juan Allan suspiró y aceptó que su esposa tenía razón, y aunque, eso no quitaba el hecho de que quería que su hija se casara con el hijo de su amigo, no le quedaba de otra que apoyar la decisión de su hija.

— Está bien, hablaré con Andrés y le diré que mi hija ha decidido no conocer a su hijo Daniel. — Pronunció Juan.

Alejandra abrazó a su esposo, provocando que él se sonrojara.

Anastasia sonrió, era el primer paso para cambiar su vida y alejarse de Daniel Rossi, lo más adecuado para él era que se casara con Cecilia. Entonces, ¿por qué en vez de sentirse feliz por su propósito, sentía una punzada en el corazón?

Anastasia llegó a su apartamento y le entregó a su amiga Larisa una bolsa de papel con la marca de una tienda de ropa.

— ¿Qué es? — Preguntó Larisa, agarrando la bolsa.

— Abrelo y lo sabrás. — Le dijo Anastasia, que soltó en una silla de la mesa del comedor su abrigo y su mochila.

Larisa sacó lo que había dentro de la bolsa, un vestido corto de color negro de mangas largas y con cuello corazón.

— Es el vestido que dije que quería. — Se sorprendió Larisa, levantando el vestido para verlo bien. — ¿Es para mí?

— Sí, quería comprarte algo ya que me has dejado usar ropa tuya. — Anastasia se acercó a ella. — No me he equivocado, ¿verdad?

— No, para nada. — Larisa sonrió ilusionada y acercó el vestido a su pecho. — Me lo voy a aprobar, ahora regreso.

Anastasia asintió y vio a su amiga correr hacia su dormitorio. Así que ella se sentó en el sofá, tomando el mando de la televisión, lo primero que apareció en la pantalla al encenderla fue un anuncio de cosméticos labiales de la empresa de Cosméticos Rossi.

— Me pregunto cómo va reaccionar Daniel cuando se entere de que no tendremos una cita a ciegas. Seguramente, estará contento porque así podrá estar con Cecilia. — Susurró Anastasia, que se quedó pensando en su hija Daniela, quería tanto estar con ella y escuchar las cosas que le contaba cuando llegaba a casa de la guardería. — Pensará también Daniel en ella.

Anastasia agarró de la mesita baja el ordenador portátil que compartía con Larisa y miró sus correo electrónicos, debía encontrar rápidamente un trabajo y alejarse de todo lo que era la familia Rossi.

— ¡Amiga! — La llamó Larisa, que volvió al salón con el vestido puesto. — Dime, ¿qué te parece? ¿Estoy bella?

— Estás más que bella. — Le contestó Anastasia, soltando el ordenador en la mesa y levantándose. — Lo puedes utilizar para la…

Anastasia se quedó callada justo a tiempo, por poco le decía que el hermano de su actual novio le iba a pedir que se casara con él después de que ella descubriera en su fiesta de cumpleaños a su pareja con otra chica.

— ¿Para qué? — Larisa preguntó mirando extrañada a Anastasia.

— Para tu fiesta de cumpleaños. — Mintió Anastasia y miró hacia la televisión haciéndose la tonta. — Es que te ves perfecta para tu futuro esposo.

— ¡¿Pero qué dices? ! — Se rió Larisa, poniéndose muy nerviosa. — No tengo todavía pensamientos de casarme con mi novio, primero tenemos que asentarnos y luego… Dios dirá.

Anastasia sonrió dándole la razón y la vio irse dando saltos hacia su dormitorio. Cansada, Anastasia se sentó de nuevo en el sofá y agarró el ordenador portátil, poniéndose a mirar sus correos electrónicos, viendo las respuestas de la búsqueda de trabajo.

Estimado Anastasia Allan Bosman

El motivo de este correo es responder a la oferta de trabajo a la cual aplicó, por el que realizamos una entrevista en la oficina el día 19/11/2015. Siento comunicarle que, después de analizar en profundidad la entrevista que tuvo con nosotros, debo rechazarla.

Anastasia se sintió angustiada por cada uno de los correos, todos la estaban rechazando.

— ¿Y ahora qué hago?

— Si a ti te han rechazado siendo de las mejores estudiantes y teniendo unas magníficas calificaciones, entonces, ¿qué debo de esperar yo? — Habló Larisa, que se asomó a mirar la pantalla del ordenador. — Mis padres no querrán que siga colgada a ellos de por vida.

— Podrías trabajar con ellos. — Anastasia cerró el ordenador portátil.



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En el texto hay: familia, drama, padres

Editado: 19.11.2024

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