Gabriel

Carla era genial, pero absorbente, demasiado para una persona a la que había repetido por activa y por pasiva que no la consideraba mi pareja, ni entraba en mis planes hacerlo. Y la mayor parte del tiempo parecía hacerme caso, hasta que Alma entraba en su radar. Cuando ocurría, se transformaba en una novia obsesionada en marcar territorio frente a ella y yo, como podía, intentaba suavizar sus actos. La solté con cuidado y me puse a hablar con Maika, a la que no le había pasado desapercibido su gesto, mientras Alma limpiaba de nuevo la misma mancha que llevaba toda la noche frotando.

En uno de los taburetes, Jacobo la miraba con devoción, conocía a la perfección esa mirada porque era la misma que yo trataba de esconder cada vez que Alma estaba frente a mí. Aunque a él, a diferencia de mi acompañante, sí que le quedaba bastante claro que con Alma, las posibilidades existían pero en ese momento eran escasas. Y cuando estábamos saliendo, me llegó un whatsapp de Alma.

From Alma: Un día de estos te va a asfixiar...

Sonreí y me giré cuando dejé pasar a Carla y le respondí de camino al coche.

Gabe: ¿La estás llamando Anaconda sutilmente?

Alma: ¿Fui sutil? ¡Gracias!

Reí con ganas y Carla me miró interrogante, le dije que Álex me había enviado un meme gracioso y cuando me pidió verlo, le rodeé los hombros, la acerqué a mí y se le olvidó el tema, guardé el móvil en el bolsillo trasero del pantalón y caminamos abrazados hasta el coche.