Estábamos ya en el quinto capítulo de la serie, nos habíamos terminado dos pizzas, media caja de donuts y mi teléfono vibró de nuevo. Miré sin ganas esperando encontrarme otra llamada perdida de Carla, pero en su lugar vi su nombre en la notificación.
— ¿Es Alma?— me preguntó Álex al ver que recogía el móvil de la mesa de centro para leer el mensaje— Que le pregunte a Luna si al final mañana vamos a comer al Saler o no— Álex me conocía como si me hubiera parido y sonrió tras pronunciar su nombre. Leí el mensaje y le contesté.
Gabe: Gana el Brujo, tienes que ver la serie, te va a encantar. Dile a Luna que le mande un "Whats" a su marido y así no me tienen de recadero.
Alma: Estas fiestas me pongo a verla con Andrea. Tu amiga está aquí.
Sonreí al entender que Carla estaba en el pub, porque por más que Alma lo intentara, se le notaba que no le gustaba.
Gabe: Cuál de ellas?
Alma: La "Anaconda"
Gabe: OK... Dile que se divierta de mi parte.
Alma: Puedo... pero a lo mejor se enfada, porque según parece no le has cogido el teléfono en toda la noche y tampoco le contestas los mensajes.
Gabe: Los maratones de series con mi Álex son sagrados... No se lo digas, pero a lo mejor es que no me apetecía hablar con ella...
Dejé el móvil en el bolso de nuevo cuando Luna dejó de hablar con Carla. Los únicos sillones libres del pub eran los nuestros, con lo que Luna que no se llevaría mal ni con el diablo las invitó a quedarse con nosotras, no sin antes pedirme permiso con la mirada. No me negué, no tenía motivos para hacerlo porque a mi pesar, Carla era sociable, simpática, con muy buena conversación, muy rubia, con muchas curvas y mucho de todo, pero sonreí y me arrimé a Luna para dejarle sitio a sus amigas y a ella.
Seguí viendo la serie cuando Alma se desconectó y al terminar el sexto capítulo, recibí un nuevo mensaje de Alma que contesté mientras Álex le daba el biberón a MiniA, que parecía querer quedarse de juerga con nosotros.
From Alma: Ha cogido y dejado el móvil con cara de fastidio 10 veces en media hora... ¿No te da pena tu amiga?
Gabe: No... No me gusta que me interrumpan cuando estoy viendo un capítulo y le dije que esta noche era para Álex. Y a ti? Te da pena?
Alma: No es mi amiga, no tiene porqué dármela... No te gusta, pero sigues hablando. Y no puedo decirle nada de tu parte, porque sabrá que conmigo sí que quieres hablar. ¿Por qué conmigo sí y con ella no?
Alma estaba haciendo preguntas para las que quería una respuesta aunque lo negara y yo, estaba dispuesto a responderlas aunque volviera a huir.
Gabe: Porque tú no eres Carla.
Alma: ¿Quieres que le diga eso también? Creo que si lo hago te quedas sin amiga.
Gabe: Para que me quede sin amiga, lo que tendrías que decirle es lo que NO voy a escribirte...
Alma: ¿Por?
Gabe: Porque tú y yo somos amigos.
Alma: Y vosotros también, o eso es lo que dices, que Carla es tu amiga...
Gabe: Porque Álex acaba de acostar a MiniA. Porque él también se va a dormir y me he quedado solo. Porque me he bebido 4 cervezas. Porque esta conversación es un déjà vu que no nos conviene hacer realidad. Porque sé que estáis sentadas en los sillones que hay al lado del pasillo que lleva al almacén, según la foto que Luna le ha mandado hace un rato a Álex. Porque llevas puesto el puto vestido negro. Porque las cosas que me queman los dedos por no escribirte, no son las que los amigos se dicen. Porque si te las escribo, mando a la mierda nuestra amistad, me planto en nuestro pub y te arrastro a ese almacén para follarte hasta que te tiemblen las piernas. Por eso Alma...
No respondió a mi último WhatsApp y se desconectó. Luna llegó una hora después a casa, se sentó a mi lado en el sofá y apoyó la cabeza en mi hombro. Nos quedamos en silencio viendo la programación de madrugada de algún canal nacional, hasta que Álex volvió del mundo de los sueños y nos arrastró a dormir antes del siguiente biberón de Alma.
El domingo por la mañana, Álex y yo cargábamos el coche con las cosas de MiniA, las neveras llenas de comida y bebida y tomábamos rumbo a la Dehesa del Saler. Amo el mar y nuestras escapadas al parque natural de la Albufera, eran oxígeno en estado puro para mi cerebro, pero el hecho de que Luna fuera tan adorable y que cuando se tomaba más de una cerveza decidía que todo el mundo era su amigo, terminó con Carla uniéndose a nuestra mañana en familia.
Sí, en FAMILIA...Porque faltaban dos días para Nochebuena y los alegres prejubilados, mis padres, los de Álex, Luna, Alma y ahora también los de Andrea, se unieron a nuestra excursión para celebrar juntos una pre Navidad y acabar abandonándonos en cuanto llegamos, porque tenían mesa en un restaurante cercano. Nosotros en cambio, nos instalamos en las mesas de picnic, descargamos lo que parecía la mudanza de una vida y pusimos el altavoz con la música a poco volumen para respetar la fauna local.
Cuando por fin terminamos de bajarlo todo, Carla se acercó y me abrazó. Después de pasar la noche ignorando sus mensajes y estar contestando a todos los de Alma, me sentía bastante culpable. El hecho de que no fuéramos pareja, sino de los que "vivimos el momento" no implicaba que la debiera tratar mal y la noche anterior, debí frenar, relajarme y pensar antes de seguir escribiendo, contestar a alguno de sus WhatsApps y ser yo quien la invitara a venir a pasar el día.