Alma

"Nunca digas adiós, porque decir adiós significa irse lejos, 

e irse lejos significa olvidar" 

Peter Pan

Vivimos cada segundo sabiendo que sería el último desde aquella noche que entramos cogidos de la mano en su viejo apartamento frente al mar y no nos soltamos hasta llegar a nuestro arcoíris, que siempre fueron las vías de un tren.

Luna pasaba cada vez más tiempo en Madrid, trabajando en un nuevo proyecto y yo, pasé mis últimos meses viviendo con ellos en la que siempre será nuestra casa, disfrutando de la pequeña Alma, de las risas que siempre supo sacarme Alexander y sobre todo, de él.

La última noche que pasamos juntos le confié mis sospechas sobre Luna, esas que al poco tiempo me confirmó por teléfono cuando ya estaba en Barcelona, mientras Alexander corría de nuevo hacia el mar como su madre lo trajo al mundo y meses después Vega y Gabrielle llegaban para llenar de magia nuestras vidas. Nuestro último día lo pasamos solos, callando todo lo que nos quedó por decirnos en un intento de que doliera un poco menos lo inevitable y esa tarde, en la estación de Valencia, nos soltamos de la mano entre lágrimas escuchando cómo llegaba el tren y con él, nuestro hasta luego.