Al día siguiente, ToMan volvió, pero sólo sus capitanes, el subcomandante y el comandante. Y cuando estaban llegando, vieron a un joven de cabello rubio, que tenía un copete no muy alto, y estaba vestido con un abrigo largo de color azul oscuro con mangas tres cuartos, que le llegaba hasta los tobillos, adornado con letras plateadas y una serpiente enroscada en la espalda.
El uniforme de Bluser contaba con tres piezas. La primera era un abrigo largo de color azul oscuro con una serpiente enroscada en la espalda, y en la manga derecha estaba escrita el nombre de la pandilla, en el lado izquierdo justo cerca del corazón tenía el nombre del integrante, y tenía solo tres grandes botones negros. Después estaba el abrigo azul para el invierno, que tenía una serpiente que llegaba desde el hombro hasta la muñeca, en la espalda tenía el nombre de la pandilla en un color gris opaco, y tenía una capucha removible. Por último, estaba el enterizo azul oscuro, para las peleas, que tenía el nombre de los integrantes. Para los siete fundadores de la pandilla, el abrigo largo tenía una capucha grande que lograba tapar la parte superior de su rostro.
Ese chico parecía tener quince años, como mucho. Estaba recostado en un poste de luz, mientras miraba a todos lados buscando a alguien, inmediatamente volvía su mirada al reloj de pulsera barata que tenía en su muñeca derecha. Cuando Mikey apareció en el campo de vista del chico, este se enderezó y esperó pacientemente hasta que el rubio se acercara a él.
—¿Quién eres tú? —preguntó Draken seriamente. Pero ese chico no contestó, solo dijo.
—¿Quieren hablar o pelear? —preguntó y entonces Mikey sonrió.
—Vinimos a hablar —contestó Mikey, y ese chico solo asintió, se acomodó el abrigo y les dio la espalda.
—Síganme —pidió en un tono firme. Empezó a caminar de forma inmediata a paso constante. Todos los integrantes de ToMan miraron eso extrañados, mientras que apreciaban el delicado bordado de una serpiente azul que tenía la espalda del uniforme de aquel chico— ¡¿Qué esperan?! —les gritó llamando la atención de todos, quienes empezaron a avanzar.
El camino era largo, daban vueltas y giraban en momentos inesperados. Mikey estaba atento por si ocurriera algún ataque sorpresa para dejarlos en desventaja; no era el único, muchos de sus compañeros estaban esperando ansiosos por pelear, pero otros, como Takemicchi y Angry, estaban más preocupados por tener que pelear en un lugar desconocido. El chico empezó a disminuir su paso, porque estaba entrando a un callejón con un pequeño dibujo hecho con tiza rosa de una serpiente sacando la lengua, cosa que advirtió Draken primero.
Como si estuviera planeado, mientras ellos se acercaban cada vez más al sitio de reunión, muchos chicos pertenecientes a Bluser, empezaban a aparecer. Al principio eran uno o dos novatos que miraban a los invasores y luego compartían susurros inentendibles para los miembros de ToMan.
De pronto, llegaron a un nuevo callejón entre dos tiendas, una de animales y otra de comida vegana, no tan estrecho como los anteriores, pero este estaba lleno de miembros de la pandilla. Algunos jugaban a las cartas, otros hablaban entre ellos, había a lo lejos algunos miembros antiguos hablando sobre anécdotas de peleas viejas o situaciones raras que habían pasado hace años. De pronto unos novatos estaban practicando golpes, pero sin querer empujaron a uno de cabello castaño y flequillo contra Takemicchi, quien se giró sorprendido.
—Lo siento mucho —dijo de repente con un tono nervioso.
—No te preocupes —contestó con una sonrisa amable. De pronto un chico de cabello azul se acercó rápido y ayudó a su compañero a levantarse.
—Oye, ten cuidado, ellos son inin —le murmuró mientras ambos se iban lejos de Takemicchi.
—¡Oye Takemicchi! ¡Camina! —le gritó Draken llamando la atención de todos, el mencionado casi corrió para alcanzar a sus compañeros, quienes lo estaban esperando, junto con el chico de quince, quien también lo miraba.
—Lo siento —se disculpó. Cuando volvieron a retomar la caminata, la curiosidad le ganó—. Disculpa, pero, ¿Qué es inin? —preguntó, y el chico de quince se giró sin dejar de caminar.
—Significa “invasores invitados”, inin —aclaró—. Nuestro comandante disfruta jugar con las palabras de una forma extraña —aseguro. Luego se detuvo frente a una puerta maltratada, de una fábrica de cajas abandonadas. Mikey miro como el chico se acercaba a otro calvo, y le susurraba algo al oído, inmediatamente el chico dejó de bloquear la entrada y les abrió la puerta.
Takeshi Mitsuya, capitán de la segunda división de ToMan, estaba muy concentrado en ver los detalles de los uniformes de Bluser, como comandante del club de economía doméstica de su escuela secundaria, estaba muy familiarizado con las técnicas de costura y bordado. Él pudo ver que en el hombro izquierdo de muchos de los uniformes había una línea negra que se inclinaba hacia la izquierda. El chico que estaba frente a ellos, que antes cuidaba la puerta, tenía dos líneas negras, una horizontal y la otra inclinada a la izquierda, las dos unidas.
Cuando todos los miembros de ToMan estaban dentro, la puerta se cerró detrás de ellos inmediatamente. Frente a ellos estaban seis chicos de pie hablando entre ellos, cuando vieron a los inin junto con el mensajero, se callaron y se pusieron derechos, con la vista al frente.
Delante de ellos, había un asiento vacío justo en el medio, del lado izquierdo estaba Mitsuya Mirai, dieciséis años, mejor conocido como Mimi para los amigos cercanos, un joven de lentes cuadrados con marco negro, muy alto, de cabello negro y puntas rubias, capitán de la segunda división, se encargaba de cuidar a los heridos después de una pelea y defenderlos si no podían ganar alguna pelea, es conocido por todos por sus golpes certeros a la cabeza. Él tenía un rostro poco amigable, pero en realidad era alguien muy cálido y le gustaba resolver acertijos, debajo de su uniforme de pandilla, siempre usa una remera blanca y un jean negro, con zapatillas por si tiene que correr. Aprecia a sus amigos, a toda la pandilla, los considera parte de su familia y le duele mucho cuando uno de ellos sale herido.