Ante esa pregunta, Mikey se puso serio. Nadie podía creer lo que veía, aun vestido con su uniforme de colegio, estaba ese mismo chico de lentes que antes se había visto tan débil. Takemicchi se quedó sorprendido, ni siquiera se le había pasado por la mente que él sea parte de una pandilla.
—Nos mentiste —dijo seriamente Mikey, pero Hiro solo reprimió una carcajada.
—Puede ser, pero prefiero que se entienda como un estudio —aclaró levantándose para acercarse a Mikey y quedar cara a cara—. Se dice que conoces mejor a una persona, cuando ves cómo actúa con un extraño. Porque decidiste no golpearme, aun cuando podías, es lo provocó que estemos hablando ahora —aclaró—. En fin, dejando tanto drama, mi nombre es Hiro—dijo estirando su mano, como un saludo.
—Chifuyu —llamó Mikey mirando desconfiado a Hiro, quien tenía una media sonrisa, mientras que el mencionado daba un paso al frente—. Los miembros de tu pandilla lo atacaron de una forma muy cobarde —comentó seriamente—. Nos declaraste la guerra — Ante esas declaraciones, los seis capitanes intercambiaron miradas confusas. Hiro se alejó y llamó al mensajero quien se puso recto con las manos temblando de nervios.
—Repite las dos primeras reglas para entrar a Bluser —pidió, y el chico con la voz aguda por los nervios, repitió.
—Regla número uno, la pandilla solo se centra en la defensa de nuestro territorio y nuestra gente. Regla número dos, ningún miembro de la pandilla puede atacar a otra persona a menos que sea en defensa propia —cuando terminó de hablar, Hiro sonrió.
—Nosotros nunca atacamos —aclaró. Pero una nueva voz interrumpió.
—¿Qué sucede si hay un traidor? —preguntó Takashi Mitsuya, llamando la atención de todos.
—Repite la tercera regla, por favor —pidió de nuevo.
—¡Si, señor! Regla número tres, cualquiera que vaya en contra de las dos primeras reglas, será sometido a un castigo elegido por el comandante y luego será expulsado de la pandilla —Hiro solo aplaude, feliz de que sus compañeros supieran las reglas.
—Eso fue perfecto, puedes retirarte Seichi —y ante eso, el mencionado se sonrojó y salió nervioso del lugar—. Bueno, ya lo viste. Nosotros jamás atacaremos a ninguno de tus compañeros —comentó—. ¿Quieres sentarte en algún lado? —preguntó.
En poco tiempo, los miembros de ToMan estaban sentados en una esquina, frente a los miembros de Bluser. Hoshi Akemi, miraba a todos los miembros de ToMan, analizando todas las formas posibles en la que ellos podrían atacar repentinamente y todas las posibilidades que tenían ellos de responder. Mientras tanto Hiro estaba muy concentrado con el relato de Chifuyu sobre su ataque, curioso de todos los detalles que le podría proporcionar. Por otro lado, Draken miraba atento a Tensu, se veía totalmente diferente desde su primer encuentro, y aunque el tema de la mentira aún le molestaba, admite que su resistencia para estar ahí después de que ellos lo habían golpeado. Mikey por otro lado, miraba a Hiro, quien le preguntaba cosas a Chifuyu, desde ¿Dónde te habían atacado? ¿Qué estabas haciendo antes del ataque? Y muchas otras cosas más. Takemicchi miraba todo atentamente, a su parecer los capitanes de Bluser no daban miedo como tal, no parecían peligrosos. Cuando sus ojos se toparon con los violáceos de Jun, se quedó paralizado al ver que este también lo miraba desconfiado. Por otro lado, Pah-chin, intercambiaba miradas con Fuyaka Dai, quien no se dejaba intimidar, ambos parecían estar en una pelea de miradas, que fue interrumpida por las palabras de alguien.
—Bueno, todo lo que me contaste la verdad me dejó sorprendido —comentó Hiro, mientras miraba a sus capitanes—. Fácilmente podemos decir que tenemos un traidor —aseguró, y entonces Hachiro Hiromi, decidió tomar la palabra.
—Si tenemos un traidor, debemos atraparlo pronto, porque no queremos problemas con nadie —comentó—, así que deja que yo me encargue de eso —comentó.
—Perfecto —respondió—. Nosotros nos encargaremos de esto, si encontramos a alguien que salió del territorio para atacarte, seguro es porque quiere un enfrentamiento directo entre la ToMan y Bluser, así que no podemos permitir eso —aclaró poniéndose de pie—. ¿Qué te parece? —preguntó mirando a Mikey.
—Bien —fue lo único que dijo, mientras se alejaba del lugar seguido por todos los demás. Entonces, el rubio se giró—. ¿Por qué inin? —preguntó de repente.
—Bueno, nosotros ayudamos a las personas de aquí, y aunque no lo creas hay mucha gente que intenta adueñarse de este lugar. Por eso los llamamos invasores, y a las pandillas que vienen a hablar, normalmente son invitadas por uno de nosotros, pero siguen siendo invasores —cuando Hiro terminó su explicación, Mikey solo lo miró confundido, y simplemente se giró, para irse.
Takemicchi no quiso mirar atrás, pero la curiosidad simplemente lo hizo girar, y en ese momento vio a Hiro mirar su teléfono, como si estuviera escribiendo algo en él. Hiro por su lado, pudo sentir la mirada de alguien, y cuando alzó la mirada para ver quien estaba mirando, solo levanto la mano para despedir a Takemicchi, quien al verse descubierto, volvió a mirar al frente.
Al salir de la fábrica abandonada, Mikey vio al mismo chico que los había guiado, esperándolos. Seichi había recibido el mensaje de que los inin, iban a retirarse y su comandante le pidió que los lleve al límite. Mientras caminaban, Pah-Chin preguntó lo que a nadie se le había ocurrido, y tomó desprevenido a Seichi.