Mikey estaba sentado pensando en lo que había ocurrido, mientras tanto Mitsuya miraba preocupado a Hakkai quien tenía la mirada sombría, el incidente estaba molestando de sobre manera, a tal punto que en su cabeza solo podía repetirse una y otra vez, las palabras de Seishu Inui.
—Entonces, alguien le metió la idea a la cabeza —dijo preocupado Takemicchi, mientras tomaba asiento.
—No lo creo —murmuró Hakkai, preocupado y nervioso.
—Sea como sea, ahora sabemos que hay algo más —aclaró Draken tranquilo—. Pero ya es tarde, será mejor que nos vayamos a casa —y así fue como se separaron.
Mikey estaba caminando por una calle solitaria, y mientras lo hacía pensaba en lo que Hiro le había dicho, en su preocupación de que haya algo más grande que un simple conflicto. Y de tanto darle vueltas al asunto, no pudo escuchar el sonido de alguien corriendo hacía él. Pero lo que primero sintió, fue su hombro estrellándose violentamente contra la pared, y de pronto un pañuelo en la boca y la nariz, junto con alguien que le sostenía las muñecas. Cuando logró liberarse, empezó a sentirse mareado, hasta que simplemente cayó en la inconsciencia.
Así había pasado dos días, en los que Draken estaba con una expresión sombría, pero no era el único, también estaban todos los capitanes de ToMan, incluso Takemicchi estaba así. Pero en aquella reunión del día jueves, cuando todos los miembros de ToMan se habían reunido, se empezaron a escuchar pasos de una multitud, y frente a Draken se acercaba Tenji Sentsu con una expresión seria. El pelirrojo pasaba entre la multitud, mientras todos miraban a los otros cinco capitanes que lo seguían, y luego a los miembros que estaban divididos en seis filas, detrás de sus respectivos capitanes.
—¿Qué es esto? —preguntó Mitsuya sorprendido por la cantidad de personas que estaban ahí.
—¿Una invasión? —preguntó Takemicchi preocupado por tener que pelear en esas condiciones.
—Entonces que vengan de a uno —dijo Pah-chin sonando sus nudillos. Pero todos se callaron cuando Draken empezó a bajar las escaleras para encontrarse con Tensu.
—¿Qué demonios es esto? —preguntó y entonces Tensu solo se inclinó, luego los capitanes y por último todos los demás miembros. Esa muestra simplemente dejó sorprendido a Draken—. Oye… —intentó decir.
—Yo, Tenji Sentsu, subcomandante y capitán de la primera división de Bluser, vengo a pedir ayuda a ToMan —dijo con la voz fuerte y clara, y luego se puso recto para mirar a los ojos a Draken—. No sabemos dónde está nuestro comandante —aclaró. Ese momento podría no parecer difícil para cualquiera que lo viera desde el exterior, pero Tensu tuvo que prepararse mentalmente durante varias horas para poder evitar decir sus típicos insultos, escribió en una hoja ya arrugada en su habitación, todo lo que iba a decir, y práctico las palabras por tres horas antes de ir con ToMan; él estaba desesperado por saber dónde estaba Hiro, y más porque faltaba un día para “ese” día y no quería que su mejor amigo se metiera en problemas. Draken no sabía qué decir, así que solo se quedó callado por unos segundos, después de meditarlo mucho, soltó un suspiro.
—Lo siento, no podemos ayudarte. Nosotros tampoco sabemos dónde está nuestro comandante —aclaró—. Lleva desaparecido desde el martes.
—Nuestro comandante también —dijo Mimi preocupado—, desde que fue a su territorio…Ups —murmuró al ver como todos lo miraban, entonces Pah-chin fue el que se acercó a él para intimidarlo.
—¡¿Qué haría su comandante en nuestro territorio?! —preguntó enojado, pero Mimi ni se inmutó, en cambio el que pegó su frente con Pah-chin fue Dai, que con su metro ochenta sabía intimidar.
—Porque uno de su pandilla fue tan imbécil para intentar atacarnos —aclaró con la voz más fuerte—. Así que nuestro comandante solo les devolvió su basura—comentó.
—¡Ah! —gritó enojado Pah-chin—. No soy muy listo, pero nadie de ToMan se metería con ustedes —contestó enojado.
—Entonces tiene una mierda por ahí entre ustedes, que va muy alegre con su uniforme —le contestó Dai, pero de pronto Mitsuya y Hachi se pusieron en el medio para evitar una confrontación física.
—Basta, chicos. Tienen que relajarse —pidió Mitsuya, mientras que Hachi miraba a Dai.
—Tienes que controlarte, no vinimos a pelear aquí —comentó sin perder su rostro serio. Entonces un bostezo llamó la atención de todos, Jun, quien tenía unas enormes ojeras en el rostro, se tapó la boca y luego miró a todos.
—Está claro que debemos trabajar juntos —comentó—, aunque no confiemos, necesitamos encontrar a Hiro y Mikey —aclaró.
Lejos de la sorpresiva reunión de ToMan y Bluser. En una habitación medianamente iluminada con un foco, había dos jóvenes atados en dos sillas dándose la espalda. Uno de ellos, el comandante de ToMan, Manjiro Sano, conocido como Mikey, estaba despierto y quieto esperando a que su compañero despertara. El compañero, era el comandante de Bluser, conocido como Hiro, quien estaba poco a poco despertando, a diferencia del rubio, él tenía heridas en el cuerpo y una profunda cortada en el tobillo izquierdo.
—¿Dónde estoy? —preguntó Hiro una vez despertó, desesperado por las ataduras, y preocupado por el tiempo—. ¿Qué día es hoy?—y entonces sintió un pequeño golpe en la cabeza.