Estamos Juntos en Esto

Los Lagartos Rojos

Takemicchi era el que más incómodo se sentía, entre todo el grupo de gente. Al frente caminaban Draken y Tensu, quienes hablaban tranquilamente sobre algunas cosas, Dai y Pah-chin se lanzaban miradas furtivas, mientras que Mitsuya y Hachiro hablaban sobre sus comandantes. Por otro lado, Jun solo bostezaba, una y otra vez, mientras se tambaleaba por el sueño, Mimi por su parte, estaba con Smiley y Angry quienes lo tenían vigilado, y por último Homi por otro lado, estaba detrás de Takemicchi vigilando a todos, y tomando notas mentales sobre algunas cosas que veía.

—Chicos —llamó Takemicchi mientras miraba una pared—. ¿E-esto es sangre? —preguntó, y Chifuyu se acercó para ver, y se percató de que las gotas seguían como un camino.

—Parece un rastro —comentó, mientras se ponía en cuclillas y todos los demás se acercaban.

—¿Creen que pueda ser Mikey? —preguntó nervioso Takemicchi.

—Claro que no —contestó Tensu serio, sorprendiendo a Draken.

—Mikey no haría eso. Esto es propio de nuestro comandante —aclaró Homi, mientras miraba el rastro.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Pah-chin confundido.

—Fácil, solo a Hiro se le ocurriría lastimarse a propósito para que nosotros sigamos la sangre —aclaró Dai, como si nada.

—Algo es seguro —dijo Jun seriamente—. Dónde está Hiro, está Mikey —dedujo.

—Vamos por las motos —dijo Draken—. Y vamos a buscar a nuestros comandantes.

Por otro lado, Hiro miraba al chico vestido de rojo, que los miraba totalmente asustado. Y sin dudarlo cerró la puerta, para irse corriendo. Por otro lado, Mikey solo se puso de apoyo a su compañero, para poder ayudarlo a pararse.

—Algo me dice que vamos a tener que pelear —comentó Hiro con una sonrisa con los labios agrietados—. Cuento contigo, rubiecito —dijo y Mikey asintió.

El sonido de un grupo de gente corriendo empezó a hacerse más fuerte. Hiro y Mikey solo compartieron miradas, y se separaron. El rubio se ponía cerca de la puerta para poder golpear al primero que llegara, mientras que Hiro tomó una de las sillas. Cuando la puerta se abrió violentamente, Mikey lanzó su poderosa patada para poder derribar a tres chicos al mismo tiempo. Hiro por otro lado, tomó aire mientras veía como se acercaban los chicos, piso con su pie lastimado, y con la fuerza de sus brazos alzó una silla y la rompió contra el cuerpo de los primeros chicos, y después se preparó para empezar a pelear con los puños.

La pelea era bastante desigual, pero Mikey no tenía complicaciones, de vez en cuando alguno lograba darle en el rostro, pero era uno en un millón. Por otro lado, Hiro si estaba complicado, porque no podía dar patadas, pero igual se encargaban de dar golpes certeros para desmayar a todos los que se acercaban en el menor tiempo posible. Cuando Hiro logró salir del lugar en que estaba, salto con un pie hasta llegar a Mikey, quien estaba rompiéndole la nariz a un chico.

—Tenemos que irnos —dijo Hiro con una sonrisa cansada, pero Mikey solo le dio la espalda y luego se arrodilló—. ¿Qué haces? —preguntó confundido.

—Estás muy lastimado, si dejo que camines así solo vamos a retrasarnos, además parece que en cualquier momento te vas a desmayar —aclaró y Hiro por primera vez se deshizo de la máscara de fuerza que estaba cargando, y se dejó caer en la espalda de Mikey, quien lo alzó sin esfuerzo—. Tranquilo Hiro, yo voy a cuidarte—comentó, antes de ponerse serio.

Mientras Mikey salía del lugar, se dio cuenta de que estaba en una casa muy pequeña, rústica y que no se notaba que nadie habitara en ella desde hace años. Hiro intentaba mantener la compostura, mirando a su alrededor para evitar algún ataque sorpresa, por otro lado Mikey se preocupaba por salir del lugar y llegar a un hospital lo antes posible, porque su compañero estaba cada vez más pálido.

Por otro lado, Draken y Tensu estaban comandanteando el grupo de motociclista que estaban yendo por una calle a las afueras del la ciudad, pero justo cuando llegaron a la mitad, se quedaron sorprendidos al ver un muro de más de cincuenta personas, todos vestidos con un enterizo rojo, con la imagen de un lagarto de color negro a lo largo de todo el traje.

—¿Qué mierda? —preguntó Draken deteniendo su moto a unos metros lejos de aquella barrera. Todos los demás miraban eso sorprendidos.

—No nos dejarán pasar —comentó Jun, mientras bostezaba. Smiley por un lado sonó sus nudillos.

—Entonces tendremos que abrirnos paso —comentó mientras Angry asentía. De todos los miembros de ToMan, Hakkai era el más inseguro de todos, a pesar de su altura y fuerza, el uniforme de aquellos chicos, le hacía recordar a su hermano.

—¡¿Quiénes mierda son?! —preguntó Tensu caminando hacía esos chicos, quienes tenían una sonrisa triunfal.

—¡Somos los Lagartos Rojos! —aclaró otro chico con un piercing en la nariz—. Así que será mejor que se retiren, este es nuestro territorio —aclaró con aires de superioridad.

—¿Dónde están nuestros comandantes? —preguntó Dai, mientras se acercaba al subcomandante—¿Qué hicieron con ellos?

—Ellos seguramente ya no deben estar vivos —comentó otro con una despreciable sonrisa burlona—. De todas maneras, si quieren ver sus cadáveres, tendrán que pasar por sobre nosotros, y somos ciento cincuenta personas y ustedes solo trece —dijo, mientras que Pah-chin estaba frunciendo el ceño—. ¿Por qué no mejor se rinden? —preguntó divertido.



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En el texto hay: boylove, au, tokyorevengers

Editado: 31.05.2025

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