Para los miembros de Bluser, las reuniones se sentían un poco vacías por la falta de su comandante. Si bien los capitanes podían llevar a cabo con éxito todas las reuniones informativas, la falta de Hiro era palpable, al menos eso pensaban, hasta el domingo.
—¡Volví chicos! —gritó su comandante asustando a todos los miembros, quienes una vez reaccionaron se inclinaron ante él.
—¡Buenos días, señor comandante! —saludaron todos al unísono. Mientras Hiro caminaba entre las filas de personas inclinadas, sus capitanes veían como su comandante se acercaba con una sonrisa emocionada, y un notorio vendaje en su pecho que se podía ver a través de la camisa blanca.
—Nos alegra verte —dijo Jun con una sonrisa mientras lo abrazaba.
—Auch, espera que no estoy tan curado —comentó Hiro con una sonrisa adolorida. De pronto Tensu se acercó y lo abrazó con fuerza.
—Imbécil, no vuelvas a preocuparnos así —pidió, mientras que Mimi se acercaba por detrás para ver el vendaje.
—Tienes doblado aquí, déjame arreglarlo —pidió, pero Hiro se alejó con una sonrisa nerviosa.
—Conozco tus “déjame arreglarlo”. No quiero morir —comentó divertido.
El único que estaba un poco más alejado de la felicidad de la llegada de Hiro, era Homi. Él estaba debatiendo en su mente sobre lo que iba a decir; tenía dos opciones, la primera era guardarse la información para disfrutar del momento, y la segunda, era arruinar el momento para todos.
Si bien estaba tentado a la segunda opción, porque desde que había escuchado sobre la desaparición de su comandante, intentó con todos sus contactos rastrearlo, y cuando lo encontraron, parte de su vida volvió a funcionar. Sin embargo, también recordaba las cosas que le había dicho Hiro, en el momento en que le dijo que sería capitán de la sexta división.
Ese día, estaba los siete hablando sobre cómo sería la organización de su grupo. Desde lo que iban a hacer cada uno, y Hiro era el más emocionado de todos. Cuando llegó el momento en que le tocó hablar, las palabras que le había dirigido fueron: “Ahora nuestros ojos y oídos serán todos tuyos, si algo pasa, cualquier cosa, recuerda que tu palabra es la que más peso va a tener con respecto a todos nuestras relaciones externas. Si algo pasa afuera, tú serás el que ilumine nuestro camino, tienes que recordar eso. Porque es un peso muy grande”. Lo había dicho totalmente preocupado, y aun así él aceptó, estaba seguro de que podía hacerlo. Y aun lo esta.
—Homi —dijo Hiro, saltando sobre su capitán, para sacarlo de sus pensamientos—. ¿Te ves preocupado? ¿Qué descubriste? —preguntó serio mientras los demás capitanes se acercaban con él.
—Es algo que me llegó recientemente, pero quería decirlo cuando nos juntemos —se explicó mientras todos los miraban atentamente—. Sé que estamos en una extraña, pero buena relación con ToMan, por esa razón me puse a hablar con ciertas personas. Mi equipo acaba de descubrir ciertas cosas —explicó. Para su sorpresa, en menos de un segundo, los siete se juntaron en un círculo cerrado mientras se abrazaban, como si quisieran evitar que algún tercero se acercara a escuchar—. Al parecer, dos personas llegaron a Tokio, y con ellos un montón de rumores sobre pandillas que no existen, o al menos no son llamativas. Pero lo interesante de todo, es que ToMan parece ser el objetivo —después de esa introducción. Hiro se había quedado muy callado, escuchando los nombres de los posibles involucrados.
Mikey estaba terminando su reunión, cuando los ecos de las palabras de Hiro volvían para molestarlo. Era la primera vez que sucedía eso en mucho tiempo. Al menos desde la época de su hermano mayor.
“… la idea de decepcionarlos me aterra profundamente”
Esa frase siempre era la más fuerte, pensaba en la mirada sería de Hiro, su físico pequeño y todos esos moretones que se asomaban por su ropa de hospital. Tantas cosas venían a su mente, y lo dejaban callado mientras sus amigos estaban hablando entre ellos.
—Veo que todos están bien —esas palabras llamaron la atención de todos. Smiley, Angry, Peh-yan, Hakkai y Takemicchi, no entendían por qué ese chico estaba ahí vestido con el uniforme de ToMan, cuando nunca antes lo habían visto. En cambio, Draken, Mitsuya, Pah-chin, Chifuyu y Mikey estaban sorprendidos—. ¿Cómo están ToMan? —preguntó.
El chico que estaba hablando, era un joven alto de cabello largo y negro, tenía una sonrisa filosa, que personalmente a Takemicchi empezaba a asustarlo. Ese chico se acercó a ellos, con las manos en los bolsillos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de Mikey, con una mirada analítica le dijo.
—No has crecido nada en todo este tiempo —le comentó a Mikey, cosa que lo hizo reír a él, y a todos los que los conocían.
—Sigues siendo un idiota Baji —dijo el comandante de ToMan. Baji Keisuke, era uno de los miembros más extrañados de toda la pandilla.
Takemicchi se sintió intimidado cuando vio la mirada del misterioso chico en él, cuando miró a su lado, pudo ver la mirada de alegría de Chifuyu al ver a su antiguo capitán. Y cuando volvió su vista al frente, se quedó de piedra al ver a Baji tan cerca de él, con una mirada de pocos amigos.
—¿Este es el chico que me reemplazó? —preguntó con un tono enojado, mostrando los filosos caninos que tenía en la boca, dándole un tono salvaje.