Homi miraba su reloj preocupado, iba a ser las una de la mañana y todavía su informante no llegaba. Hace tres horas había quedado con uno de los miembros de su equipo porque le habían advertido que era urgente. El grupo que manejaba era bastante complejo, y pocos eran los allegados de aquella división, además del capitán y subcapitán, los únicos capaces de reconocer a los miembros de la cuarta división, eran los capitanes y el comandante. Desde las sombras, se escucharon los ecos de unos pasos, que se iban acercándose a su lugar.
—Tardaste bastante —dijo Homi, mientras se giraba para encontrarse con una chica.
—Lo siento, inconvenientes en el camino —aclaró ella, pero antes de que le contestaran, continuo—. Tengo información sobre algunas cuestiones. Primero, encontramos ciertas cosas sobre la llegada de dos individuos —comentó.
—Si, lo sé. Kazutora Hanemiya y Keisuke Baji —dijo Homi, intentando cortar esa parte de la información.
—Exacto, solo que uno viene de las afueras de Tokio y el otro salió de una correccional —y esa afirmación dejó completamente sorprendido a su capitán.
—Vaya, eso es peligroso ¿Verdad? —cuestionó mientras se recostaba en una pared. La chica dejó deslizar un bate de béisbol, para ponerlo en el piso, y se acomodó la gorra negra con la pequeña imagen de una serpiente azul, que cubría todo su cabello.
—Es complicado, parece que la gente se está movilizando, pero son bastantes incoherentes —explicó ella—. Sin mencionar que hay ciertas personas de Moebius —pero no pudo continuar, por el sonido de varias pisadas. Homi se puso alerta cuando vio a la primera persona acercándose a ellos, y casi de forma inmediata se vieron rodeados por varios chicos, claramente más grandes que ellos.
—Vaya, vaya, vaya, vaya. ¿Nos estamos contando secretos? —dijo en un tono desagradable, mientras que la chica le daba la espalda y sacaba un barbijo para cubrir su rostro.
La chica tomó el bate sin preocupaciones, y se giró para ver a esos chicos, mientras que Homi solo se acomodó la capucha y sin dudarlo le rompió la nariz al primero que intentó acercarse. Su informante le respalda, y con su bate noqueaba a los que intentaban acercarse a ambos. La pelea no duró mucho, las personas que estaban tiradas, completamente inconscientes no eran más de diez personas, y cada uno vestía el uniforme de Moebius.
—Parece que este lugar ya no es seguro —dijo la chica mientras intentaba caminar entre los cuerpos—. ¿Qué haremos capitán? —preguntó.
—Hasta ahora, lo que tenemos nos basta. Y este ataque será perfecto para reforzar nuestras sospechas —aclaró—. Moebius va a atacar, ese tal Baji parece peligroso y ese Kazutora se ve sospechoso —comentó—. Nos vemos después, dos A —saludó y la chica solo asintió mientras se retiraba por la oscuridad.
Dos A, era un apodo que tenía una de las subcapitanes de la cuarta división, debido a que esa división era completamente anónima, varias personas eran las que se encargaban de conseguir información confiable y viable para su capitán. Esa división era completamente anónima, pero no era la única en ser misteriosa, la división de Jun también lo era. Desde su inicio, Hiro les había advertido sobre la importancia de la información que ellos iban a manejar, y que para evitar que los miembros tengan miedo, todos debían ser anónimos para tener la transparencia que necesitaban para funcionar.
Todos los miembros de ToMan, se quedaron totalmente sorprendidos al ver a Baji Keisuke con su uniforme y al frente con los demás capitanes. Mientras que Takemicchi, estaba abajo, junto con sus amigos. Cuando terminó la reunión, Takemicchi se retiró con sus amigos, pero a lo lejos Baji lo miraba atentamente.
—Baji ¿Estás escuchando? —preguntó Pah-chin con enojo, pero el pelinegro solo bostezo.
—No, la verdad —confesó, mientras se recostaba contra uno de los pilares del templo Misushi— Entonces, ¿Qué pasó mientras no estaba? —preguntó, y entonces vio a Mikey cerrando bloqueando su teléfono.
—Podemos decir que hicimos unos nuevos amigos —aseguró Mitsuya con una sonrisa.
—Tenemos una relación cercana y de confianza con una pandilla llamada Bluser —dijo Draken tranquilamente—. ¿Qué sucede?—preguntó viendo la cara sorprendida de Baji.
—¿Qué? —preguntó sorprendido.
—¿Qué pasa Baji? —preguntó Mikey, mientras el mencionado se acercaba a sus amigos.
—Bluser es una pandilla peligrosa —comentó, y sin dudarlo se acercó a su comandante—. Su comandante es un monstruo. No puedes relacionarte con alguien así —pero el rubio se quedó callado, en su mente estaba la imagen de Hiro contra la pared viendo su pierna lastimada.
—¿Por qué crees eso? —preguntó serio, pero Baji se quedó sorprendido—. Yo mismo he convivido con su comandante y no estoy seguro de que sea cierto lo que dicen de él —aclaró—. Es fuerte, y tiene muchas cosas buenas —comentó.
—Los rumores que lo siguen son bastantes y sin mencionar que dicen que mató a alguien —murmuró Baji—. Sin embargo, se dice que sus capitanes también son peligrosos, tiene a alguien que le rompió la cabeza de una persona a golpes —aclaró—. Solo digo que no son confiables, y si lo son supongo que podrían preguntarles sobre eso.
—No los conoces —comentó Pah-chin—. Son molestos, pero tampoco son malos, además saben cómo pelear —aclaró.