Estamos Juntos en Esto

Confía

La lluvia empapaba a ambos chicos, Hiro debía admitir que Mikey, serio e inexpresivo, daba un poco de miedo. Por su lado, el rubio había recibido la información por parte de Emma, que le comentó sobre un sujeto aterrador. Y ahora, lo único que se interponía en su venganza era Hiro; ninguno de los dos, mostraba la mínima intención de retroceder.

—Muévete —ordenó Mikey, caminando hacia el castaño, quien sintió la necesidad de retroceder, pero la sed de venganza era más fuerte, que su propio miedo. La tensión de ambos iba en aumento—He dicho que te muevas —antes de que cualquiera pudiera decir algo, Mikey pateó a Hiro.

Ese momento solo lo pudo presenciar Kiyomasa, y aun así le resultaba increíble. Frente a él, y con un enorme trueno iluminando la escena, estaba el comandante de Bluser sosteniendo la pierna del comandante de ToMan, centímetros antes de que toque su rostro.

El mundo dejó de funcionar para Mikey, y cuando logró reaccionar, ya estaba cayendo al piso, su pierna había sido jalada, logrando su desequilibrio; una vez en el piso, Hiro soltó bruscamente su pierna; mientras Mikey caía, las esperanzas de Kiyomasa lo hacían con él, esa escena únicamente había demostrado lo peligroso que era Hiro, puesto que a los ojos del más alto, había logrado lo imposible, y ahora, a sus pies, estaba el invencible Mikey.

—Ve al hospital, Mikey. Draken, te necesita —dijo, mientras pasaba al costado del rubio, quien se estaba levantando, aún algo atontado por la situación— Mi motocicleta está cerca, úsala si quieres —aclaró, mientras de su bolsillo sacaba unas llaves y la tiraba hacía el rubio.

Hiro se alejó, con un Kiyomasa blanco del miedo, que reaccionó cuando escuchó el sonido del teléfono de su captor. El comandante de Bluser, había recibido un mensaje de Tensu, diciendo que esperaban noticias. Hiro sabía que no debía girar, porque no tenía dudas de que el rubio se había marchado.

Mikey conducía a toda velocidad, en su mente solo estaba la imagen de su mejor amigo en el suelo con aquel charco de sangre creciente; y eso le provocaba una enorme pesar en el corazón, y la preocupación creciente que poco a poco nublaba su mente.

Draken había entrado en la sala de operaciones, así que la sala de espera solamente se encontraba un ambiente desolador y desesperanzador, Hinata intentaba consolar a Emma quien estaba a punto de desfallecer del llanto, pues jamás había pensado en ese escenario, Takemicchi estaba serio intentando contener sus lágrimas de preocupación, sin embargo, sus amigos estaban murmurando preocupados lo que había pasado. La llegada del capitán de la segunda división, Takashi Mitsuya, y el subcapitán de la tercera división, Ryohei Hayashi, tomó por sorpresa al rubio de ojos azules, pero aun así se mantuvo lo más tranquilo que podía, mientras intentaba contar lo que había sucedido.

—Antes de llegar al hospital… Su pulso —intentó decir, pero su voz simplemente se cortaba.

—Takemicchi —llamó Manjiro Sano llegando para unirse a sus amigos. Muchos intentaron hablarle—. Todos cállense. Es un hospital, así que hay que guardar silencio —aclaró serio, de forma inmediata todos se quedaron callados

El rubio tomó asiento en la sala de espera, su rostro no mostraba ninguna preocupación, aunque por dentro, tenía muchas ganas de liberar aquello que tenía encerrado, pero era consciente de que él era el comandante de ToMan, la gente que estaba a su alrededor confiaba plenamente en él, y esa responsabilidad, guiaba su actitud a una más tranquila, pese a la situación.

—Kenchin —dijo serio, con la mirada perdida en el suelo limpio—. Siempre fue alguien que mantenía su palabra —murmuró—. Él no morirá, jamás haría algo tan deshonroso. Porque prometió que juntos dominaremos todo el país —y aunque el momento era tenso, aquella sonrisa no pudo evitar formarse en su rostro al recordar aquella promesa con su mejor amigo—. Así que Emma, Mitsuya, Peh-yan, Takemicchi, crean en Kenchin.

Aquellas palabras resonaron en el interior de todos los presentes, incluso tocó a Tensu, quien estaba allí presente para poder informarle las noticias del subcomandante, a su comandante y mejor amigo. Takemicchi no esperaba aquellas palabras, así que no podía dejar de pensar en lo increíble que era Mikey y en su fuerza, todos los demás se mantuvieron igual de silenciosos. No era el momento para que nadie hablara, todos estaban hundidos en sus pensamientos, mientras pasaban los minutos de agonía para poder saber alguna noticia de la cirugía. La llegada de un doctor los alertó a todos.

—Escapó de la muerte —fueron las primeras palabras del médico—. La operación fue un éxito.

El alivio llegó a todos, Hina consoló a Emma quien no paraba de llorar, casi todos empezaron a saltar de alegría al saber que todo había sido un éxito, el grito de: “¡Lo hicimos, salvamos a Draken!”, salió de lo profundo del alma de Takemicchi, quien terminó arrodillado sin poder evitar contener su emoción. Mitsuya y Peh-yan, hablaron lejos del lugar, y para sorpresa del subcapitán de la tercera división, su compañero le comentó que podría volver sin problemas a ToMan.

Lejos de los gritos de victoria de todos los miembros de ToMan, Mikey se había alejado para poder estar solo y dejar fluir a sus preocupaciones y emociones, mediante grandes lágrimas. Él no quería que los miembros de su pandilla vieran sus debilidades. Secretamente, Takemicchi lo estuvo buscando preocupado, y cuando lo encontró, simplemente no pudo evitar quedarse oculto para dejarlo solo. Cuando decidió que era momento de alejarse, el rubio se encontró con cierto pelirrojo que se había esforzado por mantenerse sin llamar la atención.



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En el texto hay: boylove, au, tokyorevengers

Editado: 31.10.2024

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