En cada rayo de sol que ilumina mi piel, siento el latir de la vida, una emoción sin igual. Quiero vivir mis días con pasión y alegría, como si fueran los últimos, en cada melodía.
No quiero dejar espacio para los lamentos, ni arrepentimientos, ni oscuros tormentos. Quiero abrazar el presente con fuerza y valentía, hacer lo que amo, vivir cada día con plenitud y armonía.
Los sueños que anidan en mi corazón, los perseguiré con entusiasmo y devoción. Quiero bailar bajo la luna, reír hasta el amanecer, disfrutar de cada instante, sin miedo a perder.
Exploraré nuevos caminos, sin temor a caer, descubriré horizontes, sin dejar de creer. No quiero que el tiempo pase sin sentido, quiero llenar mis días con risas y sentido. Cada risa, cada abrazo, cada aventura vivida, serán tesoros que guardaré en mi memoria querida.
Cuando llegue el momento de partir, no habrá remordimientos,solo gratitud por cada día vivido, sin lamentos.
Así que, abrochemos los sueños y hagamos realidad, disfrutemos de la vida, sin importar la tempestad. Vivamos cada día como si fuera el último regalo, sin remordimientos, solo amor y alegría a raudales.
"Viviré mis días como si fueran los últimos de mi vida, haciendo lo que amo y disfrutando al máximo, porque cuando llegue el momento de partir, no quiero tener remordimientos de nada, solo la certeza de haber vivido intensamente".