Estar contigo

CAPITULO 14

NOELIA.

 

No puedo creer que haya sido tan tonta, ¿que me ha pasado ahí abajo? La ira me ha consumido, y todo al verlo hablar felizmente con Elsa, como puede ser tan tonto y dejarse engañar por tipas como ella, se ve a lo lejos que es una lagarta.

 

Si lo conociese sólo por su aspecto, diría que este moreno con pinta de Dios griego,  no es ningún iluso, pero es tan engañoso su aspecto que… mierda, ahora me arrepiento haberlo lastimado poniéndome de esa forma. No debí atacar de esa manera.

 

Levis es un hombre muy dañado por su pasado, que se aleja de cualquier persona que quiera acercarse a él, tanto que cuando percibe cercanía o cariño se aleja para no causarle daño, en cambio yo que he conseguido acercarme lo suficiente, voy y lo ataco como si él fuese el enemigo.

 

No es lo que yo quería, realmente no se ni yo lo que ha pasado por mi mente al verlos juntos, últimamente, el idiota ha despertado en mi un sentimiento de cariño, por eso no quería que… solo quería.. que no se acercará a Elsa, ella no es buena persona.


 

—Pues no quiero, y no te abro --digo cruzandome de brazos delante de la puerta del despacho --Estás sacando las cosas de contexto, efectivamente Víctor pidió que te cuidara. Eres su amigo y yo su persona de confianza. —le explico. —Levis… sabes que en el fondo te aprecio, solo que no soporto que pases de la mierda que te rodea, necesito que te centres para saber quien te quiere fuera de juego.

 

—No me jodas Millas… tú me aprecias porque te conviene, para tener contento a tu jefe, eres como todos. —Responde lleno de ira.

 

—¿Crees realmente que soy como todos los que te rodean? —Digo acercándome sigilosamente —Venga dime, ¿crees que no me importas? --hablo con calma acercandome despacio.

 

Me doy cuenta que poco a poco su respiración se va calmando, cuando por fin lo tengo cerca, lo rodeo con mis brazos y lo abrazo, por primera vez siento que estamos en la misma onda, Mike rodea mi cintura y me abraza con fuerza. 

 

—Lo siento Mike, está vez no has hecho nada, soy yo que estoy nerviosa. —explicó separando mi cabeza un poco.

 

—Espera, quédate así un minuto y ahora seguimos con la lucha. —pide haciendo que sonría.

 

—Está bien, pero los abrazos los cobro caros. 

 

—Mmm… creo que pagaré el precio.

 

—Mejor porque el precio será que me acompañes a mi casa, está noche salimos,   mañana es  Nochebuena.

 

—Rubia… —gruñe intentando zafarse, no lo logra, todavía lo tengo abrazado.



 

NARRADOR OMNISCIENTE.

 

—¿Cómo dices? ¿su prometida? ¿De qué me hablas? —pregunta con enfado.

Intenta ponerse en contacto con Morrison telefónicamente.

 

Pedro da vueltas en la oficina, con el teléfono en la oreja, la rabia le quema por dentro.

 

 —No puede ser que mis planes en tan poco tiempo, se empiecen a frustrar cuando estoy tan solo a unos pasos de conseguirlo.

 

—Morrison tuvo que dejarlo ir con Millas, alegó que ella iba a ser su tutora durante estos seis meses. No había opción, era un juicio público. —explica Bennett.

 

—¿Entonces la abogada y Levis están en una relación dices?

 

—Eso parece, estas semanas Levis ha vivido en su casa y por lo que parece han empezado una relación.

 

—Bueno,  ¿eso significa que esa chica babea por Levis?

 

—En realidad creo, que por las miradas que Levis le dedica el sentimiento es mutuo.

 

Pedro acerca su silla a la de Bennett y toma asiento, sonriendo con malicia.

 

—¿Sabes qué es lo peor para una pareja que recién empieza?

—¿La desconfianza? —sugiere.

 

—Exacto, necesitamos que entre en juego una tercera persona que seduzca a Levis y pierda el apoyo de Millas. —sonríe. —Yo me ocupo, gracias por todo, puedes irte.

Ah! Bennett, mantenme informado.

 

—No lo dude, señor López, estamos en contacto, dice el abogado saliendo de la oficina.


 

MIKE.


 

Estar en los brazos de la rubia me relaja, cosa que no es buena.

 

No la quiero cerca de mí de esa forma, no quiero que esté en el ojo del huracán, pero ni modo, ahora la loca ha dicho que es mi prometida.

 

Veo como recoge papeles y archivos de la oficina y los guarda en su maletín a toda prisa. 

 

Llama a su asistente para despedirse, al momento un sonriente Alex aparece por la puerta.

 

—Hola bombón. —Me dice —Bella, que pases unas felices fiestas con tu prometido —Ríe —¿nos vemos para fin de año?

 

—Vendremos antes, creo… —contesto por ella.

 

—Levis, se nota que no conoces a Millas, no le gusta que contesten por ella.

 

—Efectivamente así es. —Alex creo que estaré aquí antes, luego te aviso. —le da un beso en la mejilla.

 

—A ti Levis te lo daría en los morros, pero tu novia me mataría —dice dejando otro en la mía.

 

—Alex, sería yo mismo el que lo haría… —Río al ver su mueca. —Es que tengo novia. —reimos.

 

Al salir de la oficina Noelia me lleva hacia la constructora, cuando subimos al coche le suena la tripa.

 

—¿Quieres que cenemos cuando salgamos de mi oficina?—pregunto.

 

—Si, no tengo nada en el frigorífico, además así no se ensucia la cocina.

 

—Hablando sobre eso, ¿quieres que nos mudemos a mi casa? es más amplia y una chica viene un par de veces a la semana a hacer la limpieza.

 

—Mike, te lo agradezco… pero no sé si me sentiría cómoda en tu casa.

 

—Prometo dejarte la mejor habitación, además me tendrías controlado veinticuatro de siete.

 

—Deja que lo piense, ¿de acuerdo?

 

Dentro del auto cuando nos adentramos al parking de la empresa, la guio para que estacione en mi plaza de aparcamiento, llevándome la sorpresa de que está ocupado cuando llegó por el de Pedro Lopez.




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