NOELIA.
Acabo de enseñarle a Mike cuál será su habitación, se instalará en la de invitados a dos puertas de la mía, creo que lo mas razonable es tenerlo cerca.
Mi madre está feliz de que esté aquí, no ha hecho muchas preguntas sobre mi relación con Mike, esperaba que ella me interrogara sobre nosotros con preguntas sobre como nos conocimos, donde y como se dio lo nuestro,mí madre es asi, hoy no ha preguntado nada aunque seguro que espera a la ocasión perfecta.
Al bajar las escaleras veo como papá le sirve una copa de vino a Mike, este da un pequeño sorbo atento a sus palabras, no es que me importe, estando conmigo no ha llegado nunca a beber de más, pero no ha comido nada después de haber devuelto en la carretera todo lo que cenó anoche y le podría sentar mal ahora esa copa.
Siempre pensé que papá conociendo como es, pondría en grito en el cielo cuando algún día le presentara a algun chico como mi pareja, pero para mí sorpresa a Mike lo ha recibido con los brazos abiertos, está encantado con que mi pareja sea uno de los hijos de su viejo amigo, en paz descanse.
No se diga de mi madre, Sofía, ella piensa que es todo un caballero, además de que me ha confesado esta «rebueno», ella cree que me ha tocado la lotería.
Si en realidad supieran cuál es la relación que tenemos ente nosotros…
—Noelia, llévale algo de comer a tu chico, debe de estar hambriento después de llevar toda la mañana sin probar un bocado. —Me ofrece un plato lleno de mini emparedados.
Mike desde que llegó esta mañana no ha querido comer nada, sé que las noticias que nos avanzó Victor han hecho merma en él, se nota afectado, pero si no come estará peor.
Me dirijo con el plato hacía el comedor donde mí padre le sigue contando anécdotas a Mike de sobre padre, ya cuando eran jóvenes compartían mucho, esté recostado en el sillón, lo escucha atento.
—Mike cariño, mi madre te envía estos mini emparedados para que comas porque no has desayunado, se preocupa porque solo has tomado café y ahora vino.
—Gracias de verdad, pero no… —Papá lo interrumpe.
—Chico en esta casa no se desprecia la comida, vamos a comer y luego seguimos con lo nuestro. —Papá se retira creo que en busca de mi madre dejándonos solos.
Mike está serio aunque intente sonreír, quiero distraerlo de alguna forma.
—Mike, si te apetece distraerte te puedo mostrar mi casa del árbol, ¿quieres? ahí pasé mis mejores momentos de niña. —pregunto con la esperanza de que acepte.
MIKE.
Noelia se sienta a mi lado, no puedo dejar de ver esa bonita sonrisa que me ofrece, una mujer completamente diferente a la que conocí está aquí sentada conmigo, parece más relajada, más sencilla que lo que creí que era. Me gustaría compartir con ella ahora, no estar tan decaído, pero no lo logro.
Estoy agobiado porque no logro sacar de mi mente las palabras de Victor. «Van a por tu empresa amigo».
He intentado distraerme de mil formas diferentes, y ni así consigo que estas náuseas y dolor de cabeza desaparezcan.
La rubia me está pidiendo que vaya con ella a ver su casa del árbol, está ansiosa por enseñarme, alguna vez en las cenas que compartimos en su apartamento durante la primera tutela me habló sobre ella, no me apetece demasiado aunque sí que necesito que me dé el aire.
—Te acompaño, ¿está muy lejos de aquí? —pregunto.
—Hay que andar un poco pero nada que un hombre como tu no resista —dice guiñando un ojo.
—¿Estoy alucinando o me acaba de coquetear, letrada Millas? —pregunto.
Noelia se ríe fuertemente, pero no me contesta, solo me mira con esa sonrisa que me emboba.
—Vamos acaba de comerte eso, voy a ponerme cómoda y nos vamos.
La veo subir las escaleras hacía su habitación a toda prisa, si no la conociera, creería que me coquetea en serio.
Me acabo los dos bocaditos que me quedan, recojo el plato y lo llevo a la cocina, en ella está Sofía que es un calco de su hija, se aprecia claramente que tiene más años pero sigue siendo una mujer con clase y muy bella.
—Señora Millas, ¿dónde le puedo dejar esto?
—Cómo Señora, llamame Sofía o en su defecto mamá, si quieres que no nos llevemos bien. —dice sonriendo y quitando el plato de mis manos.
—Como gustes Sofía, —le devuelvo la sonrisa.
Vuelvo a la sala a sentarme en el sofa, enciendo mí móvil para entretenerme hasta que la rubia baje para marcharnos, yo no tengo que cambiarme nada mas llegar me ofrecieron ir a ponerme cómodo, así que me coloque un pantalón negro y una sudadera de cremallera blanca.
Pocos minutos después, Noelia baja las escaleras enfundada en un plumas blanco, leggins y zapatillas.
Se ha recogido el cabello en una coleta alta que muestra sus facciones, facciones que ahora me parecen perfectas.
NOELIA.
Mike me repasa con la mirada, está serio pero me regala una sonrisa.
—Nos vamos mamá —grito desde la entrada.
Mi madre como era de esperar acude a nuestro encuentro.
—¿Dónde vais a estas horas? Tenéis que dormir algo para estar despiertos esta noche. —suspira —Además muchachita no has ido a ver a tu abuela, te esperaba para el desayuno y por lo que se está bastante molesta.
—¡Ay Dios, la abuela! Le dije que iría está tarde! —Miro a Mike pidiendo perdón con la mirada.
Mi abuela me esperaba esta mañana, la llamé pidiendo disculpas por no poder ir a desayunar con ella, llegué a tiempo a casa, pero Levis no estaba demasiado bien después del mareo y no quise dejarlo solo aquí con mis padres, entiendo que es algo incómodo cuándo ellos se acaban de conocer.
—No te preocupes rubia, puedes hacer una cosa, ves dónde tú abuela, mientras yo dormiré un poco, aquí te espero.
Editado: 26.01.2024