Estar contigo

CAPÍTULO 21

NOELIA

 

 

La cena está preparada, desde que Mike despertó no lo he visto, primero la abuela lo acapara para contarle historias de su juventud, después papá lo invitó a una copa en su despacho.

 

Mike está diferente desde que está en casa, parece otra persona, su aura es diferente.

 

Mis primas están al llegar a casa, Sara y Sonia son mellizas de mi edad. 

Ellas no se parecen en nada, Sara la morena, no quiso estudiar y se acomodó ayudando a su madre, mi tía Bea en la tienda, en cambio, Sonia la rubia, es asistente social, le gusta lo que hace y es buena chica.

 

No es que Sara sea mala persona, es que nunca nos hemos llevado bien, siempre he pensado que era una «fresca» cosa que corrobore con diecisiete años cuando la encontré besándose con el chico que me pretendía.

 

Sara, cuando me decepcioné, explicó que él llevaba meses buscándola y que por eso se acercó a mí, cosa que creería si el chico no me hubiera seguido llamando por meses.

 

El pobre perdió su oportunidad, el primer plato nunca está después del aperitivo, y yo, más que primer plato, me considero manjar. 

 

La cuestión es que desde entonces estamos algo distanciadas, aunque ella pretenda que no pasa nada y cuando puede levemente me ataca.

 

El timbre suena, lo que significa que mi tía Bea, mi tío Fermín y mis primas están aquí.

 

En el salón la abuela Viky, que no es abuela de ellas, las abraza, Viky es la mamá de mi madre y la tía Bea es hermana de papá.

 

Mike aparece acompañado de mi padre, está radiante con unos vaqueros negros y una camisa verde, el pelo revolucionado lo hace atractivo, sonríe al verme, sonríe enseñando su perfecta dentadura y yo quedo embobada.

 

Mike se acerca, con su brazo rodea mi cintura y besa mi mejilla.

 

—Estás preciosa nena —dice en mi oído haciendo que me tense.

 

 

MIKE

 

El padre de Noelia, Niccolo me ha pedido que revise un contrato de una venta que ha hecho de una propiedad.

Es un hombre serio, hasta el punto que intimida, al pasar al despacho lo primero que me ha pedido es hablar sobre mis intenciones con Noelia, no es tonto y sabe que algo raro pasa, le he contado parte de la historia, sobre Morrison, la empresa etc. omitiendo que yo soy un favor que le hace a Víctor.

Me ha dicho que por su parte va a investigar lo que sepa sobre la empresa en honor a mi padre y por último que lo tutee, nada de señor millas. Creo que he superado la primera fase con mi falso suegro.

 

Noelia está parada delante de la puerta desde donde visualizo a los que deben ser sus tíos y sus primas.

Me repasa con la mirada y por el brillo que tiene en los ojos, sé que le agrada lo que ve.

Esta chica me hace sentir bien.

 

—Hola preciosa. —dejó un beso en su mejilla.

 

—Hola, mira te presento a mi tía Bea, mi tío Fermín y mis primas. —Señala.

 

—Un gusto —digo estirando la mano.

 

Después de las presentaciones, ya en la mesa, el ambiente es relajado y divertido.

 

Los bocaditos salados que ha preparado mi suegra son deliciosos, charlamos de todo un poco hasta que en el postre que ha preparado la prima de mi prometida pastel de piña y coco llega a la mesa.

 

—Insuperable —expreso metiendo un trozo en la boca.

 

—Muchas gracias Mike, se ve que eres adorable. —contesta ella sonriente.

 

Todos en la mesa se quedan callados durante unos segundos, no entiendo el porqué, esta tarta está rica.

 

—De nada está rico. —Digo amablemente.

 

La cena transcurre tranquilamente, durante toda la velada estamos riendo contando anécdotas, sobre todo, de cuando mi prometida era una pequeña estudiante. O cuando Sonia se fue a la Universidad. Parece que todo va de viento en popa, las copas toca tomarlas en el salón de fuera. En algún punto de la noche siento la mirada penetrante de una de sus primas, Sara, la morena, me mira sonriente desde la mini barra que tiene mi falso suegro, algo que no me importaría si estuviera en un pub público, pero por alguna extraña razón aquí esta noche me incomoda, y siendo la prima de Noelia me incomoda. 

 

Noelia ríe y baila divertida con su tío Fermín, dejándome solo sentado al lado de una pequeña mesa.

Sara sí prima como intuía se acerca a la mesa.

 

—¿Te apetece bailar Mike? —pregunta.

 

—No gracias, estoy bien aquí. —contesto.

 

—Vamos, se nota que estás aburrido.

Como un ángel caído del cielo, Viky aparece.

 

—Mike anda ayúdame, tengo que tomar unas pastillas, ¿puedes traerme un poco de agua?

 

—Claro, abuela, voy a por un vaso, enseguida vengo. —respondo —Disculpa Sara.

 

Cuando vuelvo Sara ya no se encuentra, le doy el vaso lleno de agua que se bebe casi de un trago.

 

—Abuela, pensé que tenía que tomar una pastilla —cuestiono.

—Ups, lo había olvidado. —Reímos.

 

Noelia, después de bailar durante un largo rato, se acerca a mi lado.

 

—¿Te sientes bien? —Pregunta

 

—Estupendamente rubia, estupendamente. 

—Me alegro de que estés bien. —Sonríe.

—La verdad, hace tiempo que no me sentía así. —Digo mirándola a los ojos.

 

En un gesto inesperado por mi parte la rubia acaricia mi pelo, si no fuese porque esto no es real, en este momento la besaría.

 

—Mike es tarde, creo que me voy a la cama. —me dice.

—Yo también me acuesto ya, voy al baño y subo. —respondo.

Noelia aparta la mirada y se aparta dejando el paso libre, para que vaya al baño.

 

Voy al baño que se encuentra abajo, al lado de la cocina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.