Estar contigo

CAPITULO 28

MIKE


 

El chico que acompaña a mi rubia me explica, que se despidió de Noelia en el restaurante, él venía a pie, pero tuvo que dar la vuelta al notar que su bebe había perdido su mantita.

Cuando dio la vuelta, noto como una moto con dos pasajeros a gran velocidad se dirigían a Noelia, reduciendo la velocidad al llegar a su lado, empujándola y quitando sus pertenencias, solo ha conservado el teléfono, ya que en ese momento Lily la llamo.


 

Agradezco a Coleman que se quedase a su lado hasta que llega la policía, ha pedir su declaración.

Noelia, para mi sorpresa, después del primer impacto, que la ha asustado un poco, ha mantenido el temple que la describe, dando su declaración y haciendo memoria de lo que ha pasado paso a paso.

 Al salir de la comisaria, ya más tranquilos aún con el disgusto presente, dudo si decirle que me acompañe a las oficinas de Hacienda.

Pienso en mis opciones y no me queda de otra que hablar con ella.


 

—Noelia, ¿estás bien cariño? —pregunto suave.

 

—No, pero debo estarlo, han robado mi trabajo, muchos documentos están ahí dentro, documentos confidenciales.

 

—Lo siento —beso su frente. —tenemos que hablar nena. —digo mirando esos bonitos ojos que tiene.

 

—¿Ha pasado algo Mike? 

 

—Me gustaría decirte que no, pero no es posible, en menos de media hora debo de estar en 

las oficinas de Hacienda pública, me han llamado en el almuerzo, quieren hacerme unas preguntas sobre la empresa, imagino.

 

—Mike, te acompaño. —Me da la mano para dirigirnos a mi coche.

 

—Para eso te llamaba, me vendrá bien el apoyo de mi pareja. —Sonrío.

 

—¿Tu pareja? —sonríe —Yo no soy tu pareja, jamás me pediste que saliera contigo.

 

—No hace falta que lo haga, tú sabes que eres mía nena.

 

Acaricio sus mejillas suavemente y dejo un tierno beso en sus labios.

 

—Eso de que soy tuya está por ver Levis. —Se carcajea.



 

NOELIA


 

Voy en el coche con Mike hacia Hacienda, antes debo llamar a papá y a Víctor. Debo saber si han conseguido sacar algo en claro de todo este asunto.

 

Mike baja la música cuando saco el teléfono para llamar.

 

—Papá, soy yo…

 

—Dime pequeña, qué pasa.

 

—Papá han llamado desde Hacienda a Mike, un tal Eric Codman, para hablar con él. ¿Lo conoces?

—Conozco a Codman, huele la mentira. Es bueno en su trabajo, si os acusa, pide, que te deje demostrar que no es cierto lo que dice.

 

—Gracias papá. 

 

—Te quiero hija.

 

Seguidamente, llamo a Víctor, para que me avise si va encontrando algo.

Sé que Víctor pasa horas buscando entre los correos, me lo dejo esta mañana en un mensaje, que estaba buscando.

 

—Hola Víctor, ¿has encontrado algo?

 

—Noelia, hay pequeños indicios, hay una pequeña colaboración entre López y un tal Varsilea. Déjame que repase un poco más y te indico.

 

—Víctor, se nos acaba el tiempo nos han llamado de Hacienda pública, ahora mismo vamos de camino.

 

Después de pronunciar estas palabras me arrepiento de decirlas, Mike me mira y su semblante se ha vuelto de preocupación, entiendo la preocupación que lo ocupa, pero después de todo hay ahora, tenemos que ser realistas, hay mucho en juego, necesitamos toda la ayuda posible.



 

MIKE


 

Con el estómago encogido por los nervios, me adentro a las oficinas, preguntando por Codman.

La recepcionista nos invita a subir a la primera planta donde debemos pasar la segunda puerta a la derecha.

 

Al llegar con el puño en alto se escucha un “pasen”, sorprendido me fijo en las cámaras de seguridad que abundan en los pasillos.

 

—Buenas tardes, señor Levis, me presento formalmente, soy Eric Codman, gracias por venir.— estira su mano cordialmente. —Disculpe, ¿usted es? —Se dirige a Noelia.

 

—Oh, disculpe, le presento a mi pareja, la señorita Noelia Millas.

 

—¿Millas? ¿Es usted hija del sargento Nicco? —pregunta serio.

 

—Así es señor Codman, soy su hija. —responde orgullosa.

 

—Siéntense, pueden llamarme Eric.

 

No sé qué creer, si esa pregunta es buena o mala.

Su rostro no refleja emoción alguna. 


 

—Señor Levis, ¿sabe por qué está aquí?

 

—Sí, le digo que no le mentiría.

 

—¿Eso se debe?

 

—Hace unos días mi novia, la letrada Millas, revisaba correos conmigo…


 

Explico toda la situación, paso a paso. Eric no habla, nos analiza y apunta todo lo mencionado.

 

—Entonces entiendo que, ¿usted no tiene representación fiscal, que haya autorizado el cobro del tres por ciento.?

 

—No, yo no redacto los contratos, son algunos de mis abogados.

 

—Está bien, hemos acabado. Sobra decir que esta conversación es privada. —Se pone en pie. —Hablamos pronto.

 

Nos ponemos en pie, le estiro la mano y este me la estrecha.

 

—Hasta pronto. 

 

Salgo con un mar de dudas, nervioso por toda la situación que estoy viviendo.



 

NOELIA


 

Parece que Eric, ha creído a Mike, no es seguro, pero al explicar todo lo que hemos descubierto estos días, parece que se ha relajado, he podido ver como en el folio, apuntaba, “investigar firma fiscal digital”.

 

Mike está nervioso, antes de que abra la puerta del coche para que me suba, sujeto su brazo, acaricio su mejilla y me acerco para besarlo. 

Entiendo que en estos momentos su cabeza no este para nada ni para nadie.




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