NOELIA.
Alex sonríe y da golpecitos en la mesa al verme, eso significa que algo debe contarme, ya me he acostumbrado a este chico.
Me va a dar mucha pena cuando deje de ser mi pasante, no puedo decírselo, pero está preparado y aprobado, sin cruces.
—Buenos días, letrada Millas.
—Buenos días, Alex. —Le sonrío.
Alex, por precaución, se queda en la puerta esperando mis indicaciones.
—Vamos pasa, sé que quieres contarme algo.
—Sí, de hecho vengo a darte las gracias, ayer fui a por Isaac sin avisar para darle una sorpresa —explica nervioso —al llegar me encontré con que era el cumpleaños de su tía, estaba reunida toda la familia, y¿sabes qué? Me presento oficialmente como su pareja. —solloza —soy tan feliz.
Me alegro tanto por él, ha sufrido mucho hasta llegar hasta este punto.
—Solo quería contarte, ya lo he hecho así que vuelvo a mi puesto de trabajo. —Sonríe.
—Alex. —digo haciendo que se detenga. —Me alegra muchísimo, te mereces eso y más. —Le sonrío.
—Gracias Noelia, no solo por esto, por apoyarme desde el primer día.
—Para eso estamos los amigos. —indico.
Alex se acerca a darme un abrazo, está emocionado y hace que yo también me emocione.
—Sabía que el sentimiento era mutuo. —Ríe.
—Claro que lo es, solo que en la oficina, somos profesionales. Por lo menos hasta que acabe tu pasantía.
MIKE.
—Lamento no haber dado información en la llamada que he realizado, pero como comprenderá esto es muy serio.
—Por favor si quiere puede tutearme. —Le digo.
—Muchas gracias, como te decía, hemos revisado tus cuentas bancarias, y no sé cualquier manera, las hemos revisado exhaustivamente cada entrada y salida de dinero. Y la diferencia en facturación asciende a un millón ochocientos mil dólares.
De la sorpresa me pongo en pie.
—¿Me estás diciendo que hay una diferencia de dos millones?
Víctor me coge del brazo invitándome a que me siente de nuevo.
Esto es mucho más serio de lo que pensaba.
Pueden caerme años de cárcel por una cantidad así.
—Exactamente, tu empresa ha facturado 60 millones de dólares en el último año, por lo que creemos que su director general, junto a unos cinco o seis gestores, pensaron que podían esconder ese tres por ciento.
—El que se dejaba de pagar a las empresas que se atrasaron en sus trabajos, se les facturaba la misma cantidad igualmente, cobrando ese margen de más sin aparecer en ningún libro de la empresa. —Mis manos tapan mi cara.
Siento unas ganas enormes de vomitar, incluso creo que me estoy mareando.
—Mike escucha, esto seguro que lo podemos arreglar, sabemos que no tenías idea. Se podrá demostrar de alguna forma. —Me consuela mirando a Codman.
—Por suerte para ti, Levis, —Explica Eric —Hemos repasado todos los emails, que se enviaron en tu ausencia desde tu misma empresa, emails entre sus servidores, —Nos aclara. —Para saber quién está detrás de esto.
—¿Cómo? —Pregunto, no entiendo a lo que se refiere.
Víctor me explica.
—Los emails que enviaste a Noelia. —Me recuerda. —Ella se los reenvió a su padre y por supuesto a mí. Como abogado tuyo los envié a Hacienda por si servían para sacar información. ¿Es eso? —Cuestiona Víctor mirando a Eric.
—Efectivamente, eso es. —Sonríe. —Con eso y con la declaración del agente Millas de que cuando se realizaron hace dos días nuevas facturaciones, estabas en su casa. —Se pone serio de nuevo. —No significa que te libres de nada, significa que tienes las de ganar. Va a ser duro, pero es un proceso que hay que afrontar.
»Ahora la cuestión es, que vamos a enviar a registrar las oficinas de Construcciones Levis, estamos esperando una orden de registro que se puede demorar días…
—Mi cliente, sin dudarlo, va a colaborar. —Eric sonríe.
—Eso esperaba. Necesito que firme esta autorización para proceder al registro, solo tiene que firmar, después de que lo lea su abogado, si lo desea. —Se dirige a mí.
Miro a Víctor que repasa brevemente el folio.
—Es un acuerdo de lo más normal. —explica seguro de lo que dice.
Yo también leo el documento que básicamente es un permiso para requisar ordenadores y ficheros. No lo pienso mucho y firmo directamente.
—El sargento Millas acertó con usted. Dijo que firmaría sin peros. Me alegro de que no se equivocará contigo. —Coge el folio y lo revisa. —¿Cuándo podemos empezar? Vienen fiestas y necesitamos que el personal… —lo corto de inmediato. —Vamos ahora, para qué esperar. No queremos que borren más pruebas.
Eric esboza una gran sonrisa y asiente con la cabeza.
—Muchos de mis compañeros no estarán contentos con esto.
—Imagino, mal día para trabajar. —sonrío.
—Serán unas horas, es temprano, menos mal.
NOELIA.
En recepción me dicen que Víctor tuvo que salir temprano.
Tengo que repasar muchas cosas con él y se marcha. Bufo para mí misma.
Una llamada entrante de Mike, hace que vuelva a la realidad.
—¿Qué sucede cariño?
—Rubia, voy con Víctor camino a la empresa. —Explica agitado.
—¿Qué ha pasado?
—Luego te cuento nena, me han llamado de hacienda, van hacer un registro general.
—Tienen una orden? —Pregunto.
—Si, tienen. No te asustes yo mismo la firmé con el visto bueno de Víctor, te llamo por si puedes acercarte a la empresa.
—¿Ya han empezado?
—No, entrarán a las doce cuando empiece la junta.
—Bien, ¿dónde nos vemos? —Me quedo pensativa. —En la cafetería de Laura.
Editado: 26.01.2024