Tres años después…
Narrador omnisciente.
Noelia está en su habitación, rodeada de la suave luz de la mañana.
El vestido blanco cuelga delicadamente del perchero, y ella lo mira emocionada.
Su madre, Sofía, ve como su amiga Clara se dedica a colocar y dar los últimos retoques al velo.
Mientras, Noelia se mira en el espejo con una mezcla de nervios y emoción.
NOELIA.
—Noelia, estás deslumbrante. Mike no sabrá qué hacer cuando te vea —dice —va a llorar de felicidad, seguro.
—Espero que le guste. —Sonrío nerviosa. —¡Estoy tan emocionada!
Daniel, mi pequeño, se acerca curioso, mirándome sorprendido por el maquillaje, y los preparativos, por lo que me agacho para estar a su altura.
—¿Qué sucede cariño? —pregunto atrayendo hacia mí.
—Mamá, ¿vas a ser como la pinsesa del cuento hoy? —pregunta confuso.
—¡Exactamente, mi príncipe! Y tú serás el valiente caballero que me llevará hacia Papá. ¿Quieres?
—¡Síiiii, quero ser un caballero! —se emociona.
Mamá toma el vestido y se acerca para ayudar a ponérmelo.
Cuando por fin acaba de abrochar el vestido, me doy la vuelta para mirarme en el espejo, mientras Clara al fin coloca mi velo.
Daniel me mira embobado con sus pequeños ojos azules.
—Mamita, estás pechiosa, hasta más que la pinsesa Aurora, ¿O no? —dice pensativo, no puedo evitar reír ante sus inocentes palabras.
La puerta se entreabre, y la madre de Mike asoma la cabeza.
—Chicas, es hora de que la boda comience. Mike está esperando. —dice emocionada.
—Estoy lista. —suspiro —Clara, gracias por todo.
—Te lo mereces, amiga. —me abraza —Ahora ve y sé la princesa que siempre has soñado ser.
Me veo el vestido, lo toco con cuidado, mientras Clara me ayuda con los últimos detalles.
Daniel me ofrece la mano, listo para llevarme como un caballero hasta su padre. Miro a mi pequeño bebé que ya tiene más de dos años.
—Vamos, mi valiente caballero, lleva a la princesa hacia su príncipe.
—Pero, vamos con papi, ¿no? Él no es un píncipe, es constutor.
—Claro, pero él es el príncipe constructor de mamá. —Me agachó a besarlo. —Pero no se lo digas.
MIKE.
La música suena suavemente, lo que indica que Noelia va a entrar por la puerta en cualquier momento.
Por decisión de ambos, la boda se celebra en el jardín de nuestra casa.
Mi madre se ha ocupado de decorarlo con bonitas flores blancas y un pequeño altar.
Llevo veinte minutos esperando y siento que el nudo de la corbata me está ahogando, creo que nunca he estado tan nervioso.
A lo lejos, se escuchan los susurros de los invitados que están sonrientes mientras esperan a que llegue la novia.
Mamá, se acerca con una sonrisa tranquilizadora.
—Mike, relájate. Hoy es un día especial para ella, es normal que se tome su tiempo hijo. —explica.
—Lo sé, pero no puedo evitar sentirme un poco nervioso. —respondo volviendo a tocar el nudo de la corbata.
Mamá me da una palmada en el hombro para darme ánimos y relajarme, lleva toda la mañana quitándome los nervios y abrazándome.
—Estás a punto de casarte con la mujer que amas y te ama, no tienes razones para estar nervioso, mira, ya viene con nuestro pequeño príncipe. —dice sonriente.
Al decir eso, el músico sentado al piano empieza a tocar una marcha nupcial, suave. Miro hacia el pasillo y la veo, veo a mi rubia radiante que, con su vestido blanco, camina hacia mí, su mirada está fija en la mía y nuestro pequeño Daniel a su lado me sonríe. Un Niccolo orgulloso, la acompaña hasta dejarla a mi lado.
—Te entrego a mi pequeña, muchacho, porque sé que la cuidaras con tu vida —me estrecha la mano.
—No lo dudes Niccolo —le sonrío —No lo dudes…
—Hola amor. —Sonríe.
Pienso que no he visto nada más bello en la vida, que esos ojos brillantes que me miran.
—Estás simplemente increíble nena. —suspira.
Mi hijo me mira sonriente y corre hacia los brazos de Alex, sentado en primera fila junto a Isaac. Alex mejoró del golpe en su cabeza, al poco tiempo estaba completamente recuperado, ahora es socio y abogado en el bufete de Víctor junto a Noelia. Su relación con Isaac ha avanzado mucho, tanto que próxima primavera se casan y estamos invitados a su boda.
Editado: 26.01.2024