Estar contigo

EXTRAS

 

 

NOELIA.

 

EXTRA 1

 

Cinco años después…

 

 

En la parrilla las hamburguesas tienen una pinta exquisita, estamos todos en el jardín reunidos celebrando los primeros rayos de sol que trae el verano.

 

Mi padre se encarga de la barbacoa mientras mamá está organizando la mesa con mi suegra.

 

Alex habla con Mike, mientras que Isaac juegan con Daniel, que corre a su alrededor con un balón.

 

Tomo la mano de Mike, al que sigo queriendo como si fuese el primer día.

 

—Mike, digo con una sonrisa nerviosa —necesito hablar algo contigo.

 

Él asiente con la cabeza mientras sonríe alejándose de Alex, me mira curioso acompañándome a la cocina.

 

—¿Qué pasa, Noelia? —Me pregunta cariñoso.

 

—Es algo Inesperado, pero me alegro. —Le digo mirándolo a los ojos. —Estamos esperando otro bebé.

 

Los ojos se le agrandan, le brillan y se le iluminan. Sé que él quería más hijos, solo que teníamos que esperar, mi trabajo es muy demandante, por eso entiendo su excesiva alegría.

 

 —¡No me lo puedo creer! —alza la voz y me abraza con ternura. —¡Eso es increíble, rubia!

 

Después de darle la noticia y recibir unos cuantos mimos y besos, volvemos a la mesa, donde ya nos esperan todos sentados. 

 

Las risas y felicitaciones no tardan en llegar. Es una noticia que muchos esperaban con ganas, como por ejemplo mis padres.

 

Daniel se acerca a darnos un beso, pidiendo toda nuestra atención descaradamente, no sabe lo que significa tener un hermano, pero algo me dice que se le han despertado celos, espero que lo lleve bien cuando lo entienda.

 

Mike viene, lo coge en brazos y me besa.

 

 

 

EXTRA 2

 

Unos cuantos años más tarde…

 

Esta mañana estoy muy melancólica, estoy empacando las cosas de Daniel, se marcha a la Universidad a estudiar Dirección de empresas, ya que quiere seguir los pasos de su padre.

Mike baja las últimas cajas que mi niño se va a llevar, sonríe cuando me mira, pero lo conozco perfectamente, él también tiene un nudo en el estómago. 

Daniel y él están muy unidos, siempre lo han estado y más ahora que compartía horas muertas en la empresa con su padre, en los últimos años, se han unido mucho más.

—No puedo creer que ya te vayas, Daniel. —digo suspirando, mientras doblo una camiseta y la meto en la maleta.

Mamá, voy a extrañar esta casa y estar con vosotros muchísimo, pero entiende que también tengo muchas ganas de ir a la universidad. —se ríe.

Recuerda, aún tenemos a las gemelas en casa. No estamos solos, con Abby y Greta la diversión en esta casa no se acaba, no está todo perdido, aunque te echaremos de menos.

—Lo sé, papá. Y los visitaré siempre que pueda. —dice abrazando fuerte a su padre.

Después de un intercambio de abrazos, nos dirigimos al coche, que está hasta arriba de cajas. Mientras nos despedimos en la puerta, Mike se acerca a Daniel y le dice entre susurros «»Tenemos una casa llena de amor, incluso si estás a kilómetros de distancia, Daniel

—Daniel se sube al coche y a mí me parece que se me parte un poco el corazón, antes de partir, nos mira a los cuatro. 

—Os amo, familia. Nos vemos en Acción de Gracias. Niñas os tengo vigiladas, aunque este lejos, portaos bien.

Abby y Greta, nuestras otras dos joyas, se acercan riendo y gruñendo por las palabras de su hermano, juntos nos pasamos a casa de nuevo.

El primero de mis bebes se ha ido, pero sé que regresara a casa pronto, y nosotros

lo estaremos esperando con los brazos abiertos.

 

 

 




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