Mientras Dania observaba con delicadeza una fotografía que le entregaron hace un par de días del bebé cuando se realizó su primer ultrasonido, recibió una llamada de su querida amiga Katy.
— Hey, amiga te quiero invitar a cenar esta noche a tu pizzería favorita — dijo con entusiasmo la chica a través del teléfono.
— No se Katy, no estoy de humor para salir a cenar— menciono cabizbaja observando aun la fotografía.
— Amiga, por favor acepta la salida, te aseguro que no te vas arrepentir— suplico Katy.
Dania pensó por un momento aceptando salir con su amiga colgando de inmediato la llamada.
Busco entre su guardarropa algo lindo que usar, encontró un vestido color azul rey muy hermoso, es un modelo sin mangas con tirantes muy finos que se cruzan elegantemente en la espalda. La parte superior del vestido está diseñada para ajustarse perfectamente al cuerpo, realzando la figura con un escote sutil.
La falda del vestido, por el contrario, es suelta y vaporosa, cayendo por encima de las rodillas con un movimiento ligero y etéreo que añade un toque de gracia con cada paso que da la chica, combinando con una chaqueta de piel color negra y unos tacones negros bajos.
Pidió un Taxi por el teléfono, el cual la llevo hasta su destino, una pizzería común que se encontraba en el centro de la ciudad de Brasil. Dania entro y tomo asiento en la primera mesa del lugar esperando a su amiga.
Pasaron 10 minutos y Katy no llegaba por lo que Dania comenzó a desesperarse mandándole un mensaje a la chica preguntándole donde se encontraba, pero no recibió respuesta.
Cuando la chica estuvo a punto de salir del lugar, una persona se puso frente a ella prohibiéndole el paso, cubriendo su rostro por un ramo de rosas que llevaba con él.
— Necesito pasar, hágase a un lado — exigió la chica algo molesta.
— Traigo un arreglo para la chica mas bella y hermosa que conozco, la que volvió loco mi corazón— dijo la persona simulando una voz de pato.
La chica se extraño por las palabras ajenas, trato de retirar las flores del rostro de la persona, pero él no lo permitió, lo volvió a intentar y esta vez sin interrupción retiro las flores viendo que detrás se encontraba aquel hombre por el que lloraba los últimos días.
Thomas Felton se encontraba frente a ella con una gran sonrisa, Dania al contrario se encontraba seria, no sabía cómo reaccionar.
—¿Qué haces aquí Tom? — pregunto furiosa.
— Al parecer a Katy se le olvido decir que no llegaría y me mando en su representación— respondió en burla.
Dania trato de irse, pero fue detenida por los grandes brazos de Tom que la tomaron por la cintura.
— Suéltame, suéltame— forcejeo para soltarse del agarre, la gente que pasaba los veía extraños.
— Te soltare, solo si me dejas hablar contigo y explicarte — Dania asintió y Tom la dejo libre.
Se observaron unos momentos, Dania lo veía furiosa mientras que Tom le suplicaba con la mirada que le diera la oportunidad de hablar.
— Tienes un minuto y contando.
Dania respiró profundamente, tratando de calmarse. Tom, con una mirada sincera, comenzó a hablar, sintiendo el peso de cada palabra.
—Dania, te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Estoy aquí buscando tu perdón por haberte engañado. Nunca te dije que no había cancelado mi compromiso con Anna. Te dejé ser la amante sin decírtelo, y eso estuvo mal —dijo Tom con voz temblorosa, lleno de arrepentimiento.
Dania bajó la mirada, su corazón estaba dividido entre el amor que sentía y el dolor de la traición.
—No cancelé mi boda con Anna porque estaba buscando la manera de decirle que ya no la amaba, que la persona a la que realmente amo eres tú —continuó Tom, avanzando un paso hacia ella, con los ojos llenos de súplica—. Esta vez terminé definitivamente mi compromiso con Anna. Soy un hombre libre y sin compromisos, y estoy dispuesto a luchar por nuestro amor, por ti, Dania.
Las palabras de Tom resonaron en el corazón de Dania, que levantó la vista para mirarlo. Las emociones se agolpaban en su pecho.
— Tom, créeme que no ha sido fácil, no se que decir ella vino hasta mi y me golpeo además de insultarme.
— Hace un par de horas hable con ella, terminamos todo y se fue del departamento llevándose con ella todas sus pertenencias, no se interpondrá más en mi camino.
Dania aclaro su garganta para decir lo que necesitaba sacar en ese momento.
—Tom, no sé cómo sucedió, pero mi amor por ti es profundo —confesó Dania, con voz quebrada—. No puedo odiarte, aunque me duele demasiado darme cuenta de que me engañaste. Pero aún me duele más estar separada de ti.
Tom extendió una mano, esperanzado, pero con respeto, esperando su consentimiento. Dania dudó, pero luego tomó su mano, sintiendo la calidez y la familiaridad del tacto.
—Por favor, dame una oportunidad para demostrarte que he cambiado. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para ganarme tu confianza de nuevo —imploró Tom.
Dania lo miró a los ojos, buscando sinceridad en ellos. Finalmente, suspiró y asintió levemente.
—Está bien, Tom. Pero entiéndeme, no será fácil. Me lastimaste profundamente —advirtió Dania.
—Lo sé, Dania, y estoy dispuesto a trabajar en ello todos los días. Haré lo que sea necesario para que vuelvas a confiar en mí —prometió Tom, apretando suavemente la mano de Dania.
Ambos se quedaron en silencio, mirándose, comunicándose con los ojos lo que las palabras no podían expresar. Dania sintió una mezcla de alivio y esperanza al ver la determinación en el rostro de Tom.
—No puedo seguir ignorando lo que siento. No puedo seguir viviendo con este dolor —dijo Dania finalmente, con voz temblorosa—. Te perdono, Tom, pero esto tiene que ser diferente.
Tom, con una sonrisa llena de gratitud y amor, se acercó a Dania y la abrazó con ternura.
—Te prometo que será diferente, Dania. Te amo más que a nada en este mundo —susurró Tom, acariciando su cabello.