PAIGE WINDSOR.
Alejate Paige.
Él solo te besa por qué piensa que sos Lara.
Él no te quiere a ti, quiere a Lara.
Con esos pensamientos en mi cabeza me alejo de Kendall.
Lo miro a los ojos y él a mí.
— ¿Paso algo?.
Si.
— No.
No le puedo decir la verdad, a nadie le puedo decir.
— No pasa nada. Tengo que irme Pierce me está esperando. —Invento una escusa.
— Está bien.
Me levanto y con cuidado salgo de la fuente.
Lo miro por última vez mientras él sigue ahí.
Salgo del jardín y voy en búsqueda de mi hermano.
(...)
— Al fin te encuentro.
Entro a la cocina está hablando con Ana una señora de unos cincuenta años que trabaja para nosotros.
Es muy amable con todos.
— Estuve todo el día acá, ¿Por dónde me buscaste?.
— Por fuera del castillo, en el pueblo.
— Por que yo estaría allá, odio ir al pueblo y lo sabes.
Si ya lo sé.
— Es que no quería volver a encontrarme con Kendall.
— ¿Por qué no? ¿Paso algo? ¿Te hizo algo?.
Es demasiado sobreprotector conmigo y eso que es menor que yo.
Por un año pero aún así es menor.
— Me beso. —Suelto.
Me mira sin ninguna sorpresa.
— ¿Y que tiene de malo?
— Que fue mi primer beso y que no era para mí.
— Te beso a vos creo que si lo era.
— No me beso a mi, beso a Lara.
Ahora abre la boca como hace cada vez que entiende de lo que le hablan.
Es un poco lento.
Mejor dicho bastante lento.
Pero aún así lo quiero.
— Ya entiendo él piensa que sos Lara y por eso te beso, y eso te molesta.
— Exacto.
— Aunque haya pensado que eras Lara, él beso que le gustó fue el tuyo, se sienten diferentes los besos que dan dos individuos. —Hablo Ana.
La miro.
¿Tendrá razón?
Y aunque así fiera, él beso a Lara no a mí.
Y con eso es suficiente para no querer que me vuelva a besar.
Tengo que hablar con él.
— Voy a hablar con él, te veo después, ¡Te quiero! —Grite lo último mientras me iba corriendo a buscar a Kendall.
— ¡Yo también te quiero! —Lo oigo gritar.
Sonrío y sigo corriendo.
— No te metas en dónde no te llaman. —Escucho decirle Pierce a Ana.
Es tan diferente conmigo, a los demás trata como basura y a mi me trata muy bien.
(...)
— Tenemos que hablar. —Hablo cuando lo veo que sale del baño ya vestido, mientras se está secando el cabello.
— ¿De que? —Deja la toalla sobre su cama.
Y se pone a buscar algo en su armario.
— Del beso.
Ahora si pone toda su atención en mi.
— ¿Que pasa con el beso?.
— No quiero que lo vuelva hacer.
Bajo la mirada.
Tengo tanta vergüenza que ni siquiera puedo mirarlo a los ojos.
— ¿Por qué? ¿No te gusto? Recuerdo que te encantaba que te besara.
Ahora que le digo.
Ya que jamás me había besado a mi, si no a Lara.