Los meses siguientes fueron totalmente estresantes, lidiaban con las preocupaciones de los reyes y habían más reuniones de las que les gustaría.
Se reunieron con el señor de las sombras, Leclerc, él y sus compinches habían luchado junto a las auroras hace años, y lo harían de nuevo. Secretamente, Leclerc estaba enamorado de Sikeil y no desaprovechaba la oportunidad de impresionarla.
Llamaron a Madeline y Beck, aún tenían esas ganas de que la sangre corriera por el suelo, no podríamos decir que son buenas personas, pues Madeline nunca lo ha sido, solo pelea las guerras que ella quiere, por eso, tenían miedo de acudir a ella, corrían el riesgo de ser rechazados. Pero era alguien que sabía pelear. Y ella, a mala gana, aceptó, Beck estuvo encantado de aliarse.
Los hijos del bosque de inmediato aceptaron.
Los hijos del mar o las sirenas, no eran de mucho apoyo, ni eran de fiar, pero aún así se arriesgaron. Azlyana y sus hijos, parecían seres de confianza, pues ni llevaban tanta joyería, ni demasiadas marcas. Eso quería decir que no eran problemáticos ni mentirosos, pues cuando una sirena lleva consigo joyería carísima o hermosa es porque la ha robado de alguien o ha matado alguna persona que navegaba por el mar, pues están tienden a ser muy envidiosas con las objetos de valor, incluso llegan a engatusar a alguien para robárselos.
Las nuevas auroras habían mejorado mucho, podían controlar su mente y lo que pasaba a su alrededor, no eran las mejores, ni podían controlar a todo el mundo, pero daban su mejor esfuerzo. Algunas, después de horas de entrenamiento, terminaban inconscientes e incluso con algunos hematomas. La mayoría de ellas no sé llevaban bien, pero sabían convivir, Caroline hacia de mucha ayuda, aunque algunas veces les consentía demasiado.
La noticia de la llegada de los rebeldes se esparció en todo Wysand y, extrañamente, ningún rebelde causó daño en ningún lugar, parecía como si hubieran desaparecido completamente, pero Nagmil sabía que ellos solo se estaban preparando.
Y Nagmil junto con Joséphine vigilaban a los chicos, esperando que llegaran pronto y les contaran lo que había pasado.
Joséphine le dijo a Nagmil que en tan solo unos días ellos llegarían.
★★★
El castillos de los aurores se encontraba hundido en la inmensa oscuridad; todos los que habitan allí, estaban dormitando, pero una persona de ellas se encontraba sin poder dormir, la preocupación la carcomía por dentro y estaba demasiado ansiosa.
Se levantó de la cama, se vistió y salió a merodear por el castillo y después de unos instantes una persona la llamó.
—l'heure est venue.— susurró aquella persona entre la oscuridad.
Ambas mujeres comenzaron a andar y salieron del castillo dirigiéndose al bosque que estaba prohibido para la mayoría de los habitantes. Se adentraron demasiado al bosque hasta llegar a el punto dónde ya no se escuchaba nada, solo se oía el cantar de los árboles y el susurro del viento y al final solo era silencio. Los hijos del bosque no se veían cerca, ni los guardias de Luc. Al parecer habían llegado al punto muerto.
—¿Comenzarás contándoles toda la verdad?— cuestionó Joséphine.
—¿Qué otra cosa podría contarles? No estamos para decir mentiras, ni para andar con rodeos. — respondió Nagmil, pero en su voz se notaba algo de inseguridad.
—No les contarás toda la verdad...—comenzó a negar Josephine.
—Claro que lo haré...— dejó unas palabras en el aire y sabían lo que significaban.
—En pocas palabras y sin rodeos, ¿Te refieres a que les contarás toda la verdad resumida y guardarás lo peor para el final?
—Tal vez ...
—Vaya, vaya, ¿Será el día en que todo termine cuando cuentes la pura verdad?
—Contaré todo, Joséphine, pero solo a su tiempo.
—Eso espero, Nagmil, no quiero quedarme sin historias.
—Solo quiero asegurarme de que ellos estén bien. No puedo decirles todo de golpe, por qué no es fácil asimilarlo.
—No son cualquier cosa, eso tenlo por seguro. —murmuró.
—Se lo que estamos esperando y tú también. Tú escribiste la historia de los padres de Blake y sabes las razones de porque ellos estaban allá y no aquí con nosotros.
—Como así tú sabes por qué Morgan escapó solo con su padre y no con su demás familia.
—Eso también es algo que poco a poco le explicaré. Así como lo que pasó con su padre.
—Me imagino que se lo dirás solo porque será lo primero que pregunte... — guardó silencio, se puso alerta y entonces, notó esa característica sensación.
La llegada de alguien.
Avanzaron más de prisa y, finalmente, alcanzaron a distinguir una luz.