Esto es amor

1

Siempre fui un chico invisible, tímido y reservado. Tenía un rostro muy parecido al de una chica y eso sólo había servido para alejarme aún más de la gente, con una carga extra de inseguridades juveniles, aunado a mis problemas de personalidad y a mi vida familiar. Aunque, pese a ello, estaba bien. Mi vida no era perfecta, pero estaba bien con ella, porque existía esa persona.

Un compañero de mi clase; y además un chico.

Y no cualquier chico, sino el mismísimo Kim Myung Soo, el chico más guapo de mi clase, me atrevería a decir que del colegio entero. Había algo en sus gestos fríos y sus palabras carentes de interés que hacían a las mujeres caer enamoradas; y aunque me había costado mucho aceptarlo, yo también había caído.

Sí, yo, Lee Sung Jong, un adolescente "normal" de dieciséis años. Un varón, aunque realmente no lo aparentara.

Me avergonzaba de mi mismo cada vez que me descubría fantaseando con Myung Soo, lo cual solía hacer todas las mañanas mientras estaba en clase, admirándolo de lejos.

Myung Soo era totalmente inaccesible, pero no sólo para mí, sino para todo aquel que se le acercara. Sólo había una excepción y ese era su amigo de la infancia, Sung Yeol, con el único que hablaba y el único que solía llamarlo L; al parecer era una especie de apodo con un significado oculto que sólo ellos conocían. No iba a negar lo mucho que esto me daba envidia. Yo hubiese deseado ser así de íntimo con él, yo hubiese deseado ser más abierto, más sociable.

Desde mi asiento casi hasta el fondo pude ver como Sung Yeol se inclinaba hacia adelante y le susurraba algo a Myung Soo, esté volvió el rostro hacia atrás, hacia el sitio desde dónde yo le adoraba desde lejos. Aparté la vista a toda prisa, temeroso de ser descubierto.

¿Qué pensaría el hermoso y frío Myung Soo si descubría que un chico lo espiaba? Tal vez sentiría asco. ¿Un tío enamorado de otro tío? ¡Puaj! Y Myung Soo no era en absoluto el tipo de persona que se enamoraría de alguien de su mismo sexo. Eso era evidente hasta para un inadaptado como yo.

Lo observé de nuevo cuando su rostro volvió a quedar hacia adelante, prestando atención a la clase. O por lo menos aparentando, ya que Myung Soo no parecía muy interesado en la vida escolar. Lo cuál me hacia preguntarme que era lo que a él le interesaba.

Me mordí el labio inferior con fuerza, pensando en ello. Sabía de sobra que no tenía caso ni siquiera pensar en lo que pasaría si él se enteraba de mis sentimientos, nunca lo haría. De hecho, Myung Soo ni siquiera sabía que yo existía. Pero si algún día él me llegara a mirar... si llegara a hablarme... si llegara a tocarme... entonces yo... entonces yo...

Oprimí los puños con fuerza, clavándome las uñas en las palmas.

Basta, Sung Jong, déjate de tonterías, me recriminé mentalmente, sabiendo de antemano que de nada serviría. Cuando se trataba de Myung Soo no tenía control sobre mi imaginación.

Estaba enamorado de otro hombre y ese era un amor más que imposible.

El timbre sonó en ese momento, dando por finalizada la clase, la cual no sólo era la última del día sino también de la semana. Se escuchó un alboroto general de alivio y alegría por parte de mis compañeros. Yo me límité a guardar mis cosas en silencio, tratando de pasar inadvertido, cosa que no me resultó difícil, no tratándose de mí.

—Myung Soo, ¿te gustaría ir con nosotras a tomar té?

Escuché a una de sus muchas admiradoras dirigirse hacia él, un hecho típico. Me colgué la mochila al hombro sin intentar escuchar la respuesta. Creía conocer lo suficiente a Myung Soo para saber que la rechazaría.

Abandoné el aula con la cabeza gacha, adaptándome muy bien a mi papel de muchacho invisible.

—¡Sung Jong! —escuché esa familiar voz llamándome.

Justo a un lado de la puerta del aula se encontraba Woo Hyun, mi hermano mayor. Yo había pasado tan rápido y tan de largo que no lo había visto.

—¿Qué haces aquí? —quise saber, preocupado. Verlo ahí por esas horas del día era una mala señal.

—Vine por ti para llevarte a comer —apuntó con aparente alegría.

—Pues gracias.

—Apuesto a que estás hambriento, ¿no?

Pero aunque Woo Hyun sonreía sus ojos se encontraban cargados de tristeza. Lo comprendí al momento.

Había vuelto a pelear con su novia, siempre que pasaba acudía a mí. Era una especie de ayuda, Woo Hyun quería llorar, pero jamás lo había hecho enfrente de mí, así que salir conmigo era un buen freno para sus emociones.

—Sí, ha sido un largo día —asentí, mirando a mi hermano con pena, deseando poder hacer algo para ayudarle.

Algunas chicas de mi clase pasaron por nuestro lado y le dedicaron miradas y risitas a Woo Hyun. No me sorprendía, mi hermano era bastante atractivo.

—Entonces vamos. Tú eliges el lugar.

Estaba por decirle a dónde quería ir cuando recordé algo.

—Me he olvidado el libro de Lengua en el aula y el lunes tengo examen.

—Ve por él, te espero aquí, pequeño.

Y me revolvió el cabello con gesto cariñoso. Quizás era lo único bueno de las rupturas con ella, que dejaba salir al osito de peluche que era Woo Hyun realmente.

Sonreí y eché a correr de vuelta al aula, esquivando a mis compañeros como podía. Iba a entrar cuando, por las prisas, choqué de frente con alguien. Caí de rodillas con las manos hacia el frente. Me pareció escuchar algunas risas detrás de mí, pero no me importó, ya estaba acostumbrado. Con lo torpe que era ese tipo de cosas me pasaban seguido.

—Oye, ¿estás bien?

Mi corazón se detuvo durante lo que me pareció una eternidad… porqué conocía esa voz inexpresiva.

Kim Myung Soo.

Muy lentamente levanté la vista, con la sangre hirviendo en mis venas, mi cabeza dando vueltas y el corazón latiendo como un desquiciado.

Myung Soo me miró con el ceño fruncido, aunque esto no duró mucho. Después de unos segundos apartó la vista sin interés y se sacudió el suéter a rayas que usaba. Él era justamente la persona con la que había chocado.



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En el texto hay: homosexual, woogyu, myungjong

Editado: 10.07.2022

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