Esto es amor

7

Después de salir de compras con Myung Soo y Sung Yeol, Woo Hyun había tenido casi un ataque. Y no por haber salido con ellos, sino por no haberle avisado. Eso me demostró que él aún no superaba lo ocurrido en casa de nuestros tíos. Su instinto protector seguía igual de alerta. Pero se vio bastante más tranquilo en su actitud hacia Myung Soo. Al parecer pasar la mañana entera con Sung Kyu había disminuido su rencor hacia él.

Ese mismo día Woo Hyun fue a intentar hablar con Yoon Joo, pero se topó con la noticia de que ella se había ido a casa de sus padres, dejando el departamento, cerrado por supuesto.

Woo Hyun pudo haber forzado la entrada, nadie lo culparía, pero hacerlo traería más problemas con Yoon Joo y mi hermano todavía tenía esperanzas de arreglar las cosas con ella.

Así que tendría que esperar hasta el Lunes para verla, por lo cual Sung Kyu nos propuso quedarnos en su casa hasta entonces.

No mentiré, yo estaba feliz. Completamente feliz. Compartía el mismo techo que Myung Soo... Y además éramos amigos. Tal vez no era la clase de amistad que había tenido en la escuela secundaria, pero era agradable. Seguía siendo frío y distante, pero al menos sabía que yo existía.

La noche del Domingo me invitó a ver con él una película de terror en la sala.

Dijo que no solía verlas con Sung Yeol porque le daban miedo, así que decidí probarle que a mí no me asustaban. Había hecho algo parecido con los platos el día anterior. Odiaba tener que lavarlos, pero estaba acostumbrado. Yoon Joo siempre me mandaba a hacerlo.

Y así fue como llegó el Lunes en la mañana.

Tenía dos motivos para preocuparme: 1-. A falta de mis cosas Myung Soo había vuelto a prestarme ropa, lo cual provocaba en mi una turbación extraña y sofocante; y 2-. Había olvidado estudiar para el examen de Lengua. Seguro que reprobaba.

El examen transcurrió en silencio; yo con la mente en blanco. Y si me esforzaba sería peor, ya que sólo era capaz de ver a Myung Soo sonriendo frente a mí. De pura suerte no terminé escribiendo su nombre en la hoja del examen.

—Se acabó el tiempo. Dejen de escribir —escuché la voz del profesor.

Suspiré y di la vuelta a la hoja. Era un hecho, había reprobado. Tendría que recuperarme con el examen de Química y el de Matemáticas.

—Eh, Sung Jong. ¿Qué tal el examen? —preguntó Sung Yeol dirigiéndose a mí en cuanto terminó la clase.

—No muy bien. Creo que he reprobado —confesé, avergonzado.

—Que mal oír eso. ¿No estudiaste?

Negué con la cabeza, guardando mis libros.

—Espero que te vaya mejor con Matemáticas y Química —añadió, sonriendo ampliamente.

—No tengo problema con Química, pero Matemáticas...

—¡Estás de suerte! L es buenísimo para las Matemáticas. ¿Verdad, L?

Y le guiñó un ojo a alguien detrás de mí.

Me giré al momento, con las mejillas rojas y el corazón agitado.

Myung Soo se hallaba de pie tras de mí, silencioso y con las manos dentro de los bolsillos de su suéter. Ese suéter a rayas azules le quedaba bastante bien, aunque era muy común verlo usando sólo ropa negra.

—¿De que estás hablando, Sung Yeol?

—Del examen de Matemáticas. Sung Jong tiene problemas con esa materia.

—No, yo... —traté, pero Sung Yeol me ignoró y continuó:

—Tú eres bueno en eso. ¿Por qué no le enseñas?

Silencio. Sólo me veía a mi mismo arrastrado por una ola de vergüenza. Y esperanza.

—Vamos a casa, Sung Jong —recitó Myung Soo, pasando del comentario de su amigo y echando a andar hacia la salida.

Tomé mis cosas para seguirlo, pero Sung Yeol me detuvo.

—De casualidad, ¿no es esa la camisa de L?

—Yo...

—Bah. No te apures, es sólo una camisa.

Dejó escapar una risa burlona antes de volverse hacia su asiento.

Tragué saliva con fuerza y eché a correr hacia la salida.

Y choqué de nueva cuenta con Myung Soo. Trastabillé, pero está vez no caí al piso. Myung Soo me había sujetado por las muñecas.

—Vaya si tienes algunas manías extrañas —comentó.

—¿Qué?

—Entras corriendo al aula y también sales corriendo.

Pero sonreía al decirlo. Mi corazón se alborotó aún más y las palmas de las manos comenzaron a sudarme.

Y Myung Soo seguía sin soltarme.

—Lo siento —murmuré, bajando la mirada.

Myung Soo soltó un suspiro y liberó mis muñecas, dándose la vuelta para salir de nuevo. Lo seguí. Era bastante tonto. ¿Por qué no podía comportarme como un persona normal? Si Myung Soo llegaba a sospechar sobre mis sentimientos hacia él no tenía ninguna duda de que me apartaría de inmediato de su lado.

Volvimos juntos a casa, en silencio.

Pensé en muchos temas de conversación, pero cada vez que abría la boca para decir algo los ojos de Myung Soo se clavaban en mí, haciéndome enmudecer.

Pasamos por la calle donde dos días atrás viéramos a esos tipos con apariencia de pertenecer a alguna pandilla. Le había preguntado a Myung Soo quienes eran, pero había dicho que no era importante, sin embargo, creía que mentía. Los tipos no le habían sacado los ojos de encima.

Al anochecer apareció Woo Hyun, tenia la mirada perdida y los hombros caídos. Me bastó esa visión para comprender lo ocurrido: las cosas habían salido mal con Yoon Joo.

Al verlo así, la odié. Por primera vez odié a Yoon Joo. Woo Hyun no merecía ser tratado así.

Al día siguiente tuve examen de Química, en el cual me fue bastante bien, pero al siguiente tocaba el de Matemáticas...

—¿Cómo van las clases particulares? —quiso saber Sung Yeol.

—¿Clases particulares?

—El profesor L enseñando Matemáticas.

—¡Ah! Eso —lo había olvidado por completo y Myung Soo no había hecho ningún comentario al respecto al llegar a casa —no ha pasado nada.

—Que mal. A veces hay que insistirle a L.

Asentí, mirando la espalda de Myung Soo a lo lejos. A diferencia de Sung Yeol, quién se había acercado a mí de forma voluntaria durante los dos últimos días, Myung Soo seguía comportándose como siempre.



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En el texto hay: homosexual, woogyu, myungjong

Editado: 10.07.2022

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