Esto es amor

10

Pasó una semana sin ningún incidente relacionado con el hombre del tatuaje. No lo ví ni una sola vez, aunque de haberlo hecho no habría tenido miedo. Myung Soo (y algunas veces Sung Yeol también) me acompañaba al departamento desde el colegio e iba a recogerme a mis clases de canto. Estas seguían con normalidad y Woo Hyun había logrado un acuerdo de paz con Yoon Joo, gracias al cual pudimos recuperar nuestras pertenencias.

Aunque por el otro lado estaba "eso".

El beso.

Desde esa noche el trato de Myung Soo hacia mí había cambiado. Se había vuelto más relajado y más amable, pero nunca mencionó "ese" asunto. Y tampoco intentó repetirlo.

Lo tomé como un error, un momento de empatía hacia mí.

La profesora Jo Ran dió la clase por finalizada. Al escucharla me dejé caer sobre las baldosas, deprimido.

—¿Qué sucede, Sung Jong? —quiso saber ella, acercándose—. Hoy estuviste increíble.

—No es nada.

—Si tienes algún problema yo podría...

—¡Kya! ¡Está aquí de nuevo!

Un chillido femenino interrumpió a la profesora mientras yo me mordía el labio inferior.

Eso era justamente lo que me pasaba. Otra cosa más añadida a la lista de cambios de esa semana.

Desde la primera vez que Myung Soo se presentó ahí para recogerme las chicas habían quedado prendadas de él. Y salir cuando estaba rodeado por ellas era un martirio para mí.

—¿Qué alboroto es ese? —se quejó la profesora, olvidándose de mí.

Aproveché el momento para levantarme e ir por mis cosas. Lo hice de la forma más lenta que pude, con la esperanza de que las admiradoras de Myung Soo ya se hubieran ido.

Pero tres de ellas eran realmente persistentes; y charlaban animadamente con él.

¿Animadamente? ¿Cuando había Myung Soo charlado animadamente con una chica?

Fruncí el ceño.

¿Le gustaría alguna de esas chicas? Todas eran lindas, pero... pero...

Tenía que ser realista, cualquiera de esas chicas tendría ventaja sobre mi simplemente por ser una chica.

Lo sabía, pero que esa parte odiosa y depresiva de mi personalidad me lo recordara no me gustaba.

—Sung Jong, ya era hora —dijo Myung Soo. Y parecía molesto.

—Me retrasé un poco —murmuré.

Las chicas me lanzaron miradas venenosas. Ni siquiera me sorprendí.

Nuestras compañeras de clase lo venían haciendo desde que fuera evidente mi nueva amistad con Myung Soo y Sung Yeol, amistad que ninguna de ellas entendía.

Myung Soo se dió la vuelta con la intención de marcharse y lo seguí, escuchando las despedidas de las chicas.

—¿Por qué tardas tanto en salir? —me riñó Myung Soo una vez nos alejamos—. ¿Te quedas con alguien o qué?

—No.

—Pues entonces date prisa y sal. Odio tener que hablar con esas chicas.

Me detuve, sorprendido.

Myung Soo se volvió.

—¿Qué te pasa?

—Nada. Lo siento.

Eché a andar de nuevo.

Odiaba hablar con esas chicas. Sino era por ellas, ¿qué era eso que parecía ponerlo de tan buen humor por aquellos días?

—Me aseguraré de ser el primero en salir —me comprometí.

Estas palabras lograron hacer que Myung Soo sonriera.

—Me agrada oír eso.

Le correspondí como pude, pero mi vacilante sonrisa no duró mucho cuando al caminar nuestras manos se rozaron debido a lo cerca que íbamos el uno del otro.

Myung Soo ni siquiera se inmutó. Mantuvo una expresión serena en su rostro. En ese rostro... Myung Soo era tan guapo, pero mucho mas allá de su belleza física esos retazos de su personalidad eran los que más me atraían. Quería descubrir al verdadero Myung Soo.

Dos calles antes de llegar a casa vimos a esos tipos. Se encontraban en la misma esquina.

—Todo estará bien —aseguró Myung Soo.

—Sí.

Pero tenia miedo. Recordaba muy bien lo ocurrido esa noche.

Chul Moo, el líder, fue el primero en ubicarnos. Me apabullé, deseando echar a correr, pero Myung Soo se mantuvo tranquilo.

Los Black Eyes se limitaron a vernos pasar, sin acercarse.

La advertencia de Myung Soo parecía haber funcionado.

Llegamos al departamento. Woo Hyun todavía no llegaba del trabajo, pero hay estaba Sung Kyu, leyendo un libro.

—Bienvenidos —saludó en cuanto llegamos.

—Hola, Sung Kyu.

Sonreí, pero Myung Soo pasó de largo, directo a su habitación.

—¿Qué tal las clases?

—Muy bien. Creo que he mejorado.

—Me gustaría escucharte cantar algún día.

—No. Aún no estoy listo para eso —respondí con sencillez.

Sung Kyu rió ante esto y volvió a su libro.

Sabía muy bien lo que estaba haciendo. Estaba esperando a Woo Hyun.

Lo miré con cierta pena. Woo Hyun amaba a Yoon Joo y Sung Kyu no podría cambiar eso.

Tomé mi mochila y me dirigí a la habitación de huéspedes, la cual Woo Hyun y yo seguíamos compartiendo.

—Sung Jong —me sorprendió la voz de Myung Soo en el pasillo.

—¿Sí?

—Ven un momento.

Mi mente quedó en blanco.

¿Ir a dónde?

Y cuando Myung Soo se apartó, lo comprendí. Me estaba invitando a entrar en su habitación.

 



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En el texto hay: homosexual, woogyu, myungjong

Editado: 10.07.2022

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