Esto es guerra, querido vecino

9. Propuesta

Tyler

La situación estaba a punto de matarme, no podía escuchar un segundo más a los controladores de mis padres. Lo último que escuche antes de salir de mi casa de un portazo fue ambos gritando –no te soportamos, eres un holgazán ¿acaso haz visto tu promedio estudiantil? – ¿a quién carajos le interesa su promedio estudiantil? Acostumbrarme a vivir aquí sería difícil, pasar de tener una vida bastante cómoda y ostentosa a esto no era fácil. Luego de que papa perdió grandes cantidades de dinero no tuvimos más opción que recortar nuestros gastos y pagar menos alquiler.

No tuve más remedio que ir al parque de enfrente, trate de tomar aire fresco y calmarme pero de la nada un niño tonto me lanzo su balón con fuerza sobre el pecho –mierd… -no podría pronunciar bien esa palabra, no solo habían niños sino también padres a mi alrededor ¿Qué podrían pensar de mí?

Me aleje del bullicio y me senté en un pequeño banquito. Respire hondo y cerré los ojos para tratar de calmarme pero los sollozos de alguien me interrumpieron; ¡genial! vine a buscar paz y me encontré con lo que mas detesto: ver a alguien llorar. Estaba casi predispuesto a levantarme cuando pude ver mejor de quien se trataba.

-¿Quieres dejar de llorar? la gente que lo hace me molesta –hurgo entre las cosas de mi maletín encontrando un par de pañitos húmedos de bebe.

-S-Stone? –me irrita que pregunte tonterías como esas. Es una chica tan… no podría describirla ahora mismo, es más, ni siquiera la conozco bien.

-¿Quién más? –contesto frio. Kelsie hunde su rostro en sus manos llorando aún más fuerte, casi como una niña pequeña. ¿Acaso mi tono sarcástico fue el que la altero? Me acerco un poco mientras extiendo el pañuelo –sé muy bien que terminare arrepintiéndome en par de horas pero tengo una propuesta para que te sientas mejor. –Después de todo ella estaba mal y yo… bueno yo estaba en busca de distracción; y mi distracción ahora mismo parecía tener nombre y apellido: Kelsie Smith.

 

Kelsie

Tome su pañuelo mientras limpiaba mis lágrimas. Perfecto, esto era lo último que necesitaba, Stone me estaba viendo más débil que nunca. – ¿Propuesta?

-Cuando lleguemos habláramos de eso –se levantó mientras halaba uno de mis brazos pero con desconfianza rápidamente me solté.

-T-Tramas algo Stone, de eso estoy segura –la expresión sonriente en sus labios no se borraba – ¿Por qué demonios me querrías ayudar después de que sabes todo esa tonterías de las listas? yo no te c-creo –finalice con voz quebradiza.

Soltó una pequeña carcajada que trato de disimular con ojos irritablemente serios –haber Smith, conejito… o como quieras que te llame.

-Smith por favor, llámame Smith. Me molesta ese apodo.

-Bueno muy bien… –asentí complacida –conejito –imbécil –dije que quería que te sintieras mejor pero en ningún momento hable de que quería ayudarte. Además ¿no tienes curiosidad de que hablemos sobre mi propuesta? es más interesante de lo que imaginas –levanto su mano en tono burlón esperando que la estrechara mientras yo lo miraba escéptica y pálida –oh, vamos conejito con confianza que yo no soy el diablo…

¿A no?

Preferí omitir tocar su mano y termino por pararme de un momento para el otro –está bien pero promete algo

-¿Qué quieres ahora?

-No me llevare sorpresas con una de tus malas jugadas.

-Está bien, conejito –finalmente lo seguí.

 

El recorrido en moto había sido bastante pesado sin embargo al fin habíamos llegado sanos y salvos. Mire aquella enorme reja y le eche una mirada de confusión – ¿el campo de golf? –Revise la hora en mi celular y me asombre aún más –son las 6 de la tarde Stone, nadie nos dejara entrar ahí –tome el casco dispuesta a resignarme pero él me tomo de ambas muñecas obligándome a mirarle.

-No seas tonta, obviamente se eso, pero yo tengo mis formas –corrió mientras me mantenía sujeta a él. La reja de la parte trasera estaba ligeramente levantada lo suficiente para que cada uno de nosotros cupiera. –Las damas primero –no le queda intentar ser un caballero.

-Ni lo pienses, Stone.

-Vamos, ya verás. –

-P-pero es ilegal, es invasión a propiedad privada.

Puso sus ojos en blanco mientras me miraba con aburrimiento –bla, bla, bla… ¿tienes idea de todo lo que es ilegal? si nos ponemos a pensar en eso todos sin excepción alguna somos criminales. Te aseguro que nadie nos descubrirá, he estado aquí miles de veces, lo conozco como la palma de mi mano; mis padres y yo veníamos aquí cuando teníamos… -se quedó callado unos segundos para luego restarle importancia a lo que había dicho –no importa, el punto es… confía en mí.

¿Confiar en él? eso sí que me resulta difícil.

Me agache un poco y pase rápidamente y sin dificultad alguna entre al campo de golf, el hizo lo mismo y sigilosos llegamos hasta el centro de ahí, él se posiciono atrás de mi tapando mi rostro –q-que haces –pregunte nerviosa.

-Te prometí llevarte a mi lugar favorito ¿verdad? –Asentí con nerviosismo –bueno pues allá vamos.

El recorrido no fue para nada largo, al contrario nos demoramos menos de dos minutos. – ¿lista? 1, 2 y 3

El lugar era hermoso, un mirador con vista a toda la ciudad –wow –fue lo único que se me ocurrió decirle –es, es simplemente magnifico Stone, gracias.

Ambos nos quedamos en silencio pero no en uno incomodo, más bien en uno pacífico – ¿no piensas preguntar? –Este se giró interrogante –la razón de porque lloraba.

-No –dijo seguro –no me gusta meterme en los problemas ajenos.

-Pero yo quería hablar con alguien… aunque sea con –dude por unos segundo pero proseguí –no sé lo que tú me consideres pero lo que a mí respecta eres mi rival.

-Nuestro sentimiento es mutuo –objeto arrogante –conejito.

-Luke me be-beso –mi voz se entrecorto y el me miro sorprendido –bueno, mejor dicho yo lo bese.

-¿Qué no se suponía que eran amigos?



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En el texto hay: novelajuvenil, comedia romantica, vecinos

Editado: 05.02.2020

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