☆Dedicado a: Lucía☆
Omnipotencia
Último piso, justo afuera del salon de laboratorio. Esas eran las indicaciones que había recibido por mensaje.
Esperó a que todos se dispersaran y entrarán a la cafetería, miró para todos los lados y subió casi corriendo por las escaleras.
¡Perfecto! Los pasillos estaban vacíos, lo que menos le preocupaba ahora era la bibliotecaria, a fin de cuentas esta no le prestaban más atención que a organizar los libros y dudaba mucho que notará su existencia en ese momento.
Al llegar al tercer piso se las arregló para que no fuera una trampa y no llegará en compañía de nadie. Pero suspiró al ver que sus anteriores sospechas de una posible trampa no eran ciertas.
Se acercó hasta quedar lo suficientemente cerca como para conversar en tono bajo y tranquilo. Lo último que ambos querían era ser escuchados y descubiertos.
—Hasta que llegas —sin mas dice sacándose una botella de "aparente" refresco, entre comillas aparente porque esta era una tecnica ya muy conocida en la escuela de Jackson Hill, le hechaban cualquier contenido alcohólico y así ningún profesor podía sospechar.
El tercer piso era el lugar mas apropiado para poder, digámoslo así, "conversar" tranquilamente, casi nadie merodeaba por allí.
—¿Para que me has llamado al sitio muerto? —varios estudiantes le habían bautizado así: el sitio muerto. Se cruzó de brazos tratando de imponer seguridad, debía dejarle en claro que su actitud no lograba ese efecto de miedo.
—¿Para que más? —parpadeo un par de veces, sabía más que nadie que ese lugar solo se prestaba para problemas —porqué quiero tener sexo contigo en este mismo instante ¿que te parece? —entré cerró los ojos, quedaba claro que aquélla respuesta había logrado sacar de onda su cerebro, pero de inmediato se recompuso.
—Y yo quiero darte una patada entre tus pantalones ¿que te parece? —se acercó lo suficiente como para sentir su intenso olor a alcohol —no vuelvas a decir eso ¿entiendes? — alzó las manos con una sonrisa irónica y llena de burla por sus palabras.
—¿Sabes? Con el estúpido uniforme hasta te ves mas comestible —estaba a punto de rendirse, pegarle un puñetazo en la cara e irse, incluso dió media vuelta y para cuando estaba casi por bajar el primer escalón su voz la detuvo.
—Descuida es una broma, no pienso desvestirte antes de hablar de la niñata esa —no dudó en voltear y acercarse de nuevo, ¿era la niñita que ella pensaba?
—¿Que tienes?
—¿No crees que ya a sufrido lo suficiente o quieres llegar a más?
Le regaló una sonrisa de medió lado mientras le miraba directamente a los ojos —no cariño, este apenas es el comienzo. Sabré que es el final cuando la vea a mis pies llorando lagrimas de sangre —era raro, y no el hecho de decir aquéllo, porque esas palabras se las repetía una y otra y otra vez frente a su espejo, si no lo extraño era confesarlo delante de otra persona. —¿O es que ya tienes miedo?
Dió el último sorbo a su "bebida" mientras miraba el panorama que le ofrecía el balcón Jackson Hill —No es eso, además esa zorra también me la hizo y no pienso quedarme de brazos cruzados.
Tyler
—¿Qué dices? —preguntó Kelsie poniendo el plató a un lado.
—Quiero decir que ¿realmente confías en tu hermana? —pestañeo un par de veces y se quedo, creo yo, en blanco por unos mini segundos.
—Pues... —apartó la mirada de mí, mientras se removia de su puesto — me gustaría decir que sí, que estoy segura que es alguien mas y que es imposible pero no estoy del todo segura.
Asenti con incomodidad. Realmente nunca te enseñan ni en la mejor universidad que demonios decirle a una persona a la cuál su novio le ha sido infiel, y no con cualquiera, sino con su ¡hermana! Y menos a una a la que le quieren hacer la vida imposible.
¡Cuándo encuentre al imbécil que este haciendo todo esto no me temblara la mano en partirle los dientes!
—Tyler —chasqueo los dedos ella. Al parecer me habia quedado en las nubes —¡Tyler! —esta vez gritó aciéndome reaccionar. —¿Al menos puedes decirme que no es así, que Sara no sería capaz y que tal vez sea otra persona que por motivos desconocidos me esta haciendo todo esto?
Sabía que lo que diría no le gustaría ni un poco —¿Quieres escuchar una mentira?
Ella abrió la boca pero la cerró al instante, al parecer quería pensar meticulosamente lo que estaba por decirme.
—No te lo pienses tanto, háblame de frente y sin rodeos —la animé pero ella hizo caso omiso, se mantuvo en silencio jugueteando con los últimos trozos de naggets que quedaban —¿y que dices de los mensajes? —ella levantó la cabeza de inmediato, al parecer lo había olvidado.
—¿Que con eso? —preguntó metiendose el pitillo a la boca.
Sería claro y directo. Lo que menos me gustaba eran los rodeos —¿y si haz cometido algún error con alguien y te lo están cobrando? —lo siguiente que pude escuchar fue su tos al atrancarse de malteada, se puso pálida casi como si quisiera vomitar.
Me acerqué atras de su espalda dándole suaves palmaditas en la espalda. Cuando dejo de torser, giró su cabeza lentamente hasta encontrarse con mis ojos, me miró con odio.
—¡¡Como se te ocurre decirme eso!! —me gritó molesta —¿que no ves? —mascullo poniendo su dedo índice justó en mi pecho logrando presionarlo con fuerza —es un loco suelto que busca atormentarme. No le he hecho nada a nadie, al menos a nadie de Jackson, es un loco suelto. Un demonio que busca atormentarme, lo peor, es que lo ha esta logrando.
—Conejito... —solté en tono bajo aún sabiendo que a ella no le gustaba en nada. Me sorprendió el hecho de que por primera vez no me reclamara por decirle asi. Ella finalmente se cansó de forcejar y se quedó quieta solo observandome.
—Sueltame idiota —la apreté con mas fuerza hasta quedar a pocos.
—No intentes tocarme el corazón porque no lo lograrás—hablé muy cerca de su oído, una más y sabía muy bien que terminaría cabreado.