—¡Sueltame papá!—gritó Kohaku intentando zafarse del agarre de su padre para ir al rescate de Kinrou.
No había pasado mucho tiempo desde que Gen les contó sobre la venida de sus enemigos, y que el único peligro eminente era que se enfrenten con Hyouga, la mano derecha de Tsukasa.
Pero, ya era demasiado tarde, Kinrou y Ginro tuvieron la mala suerte de que el apareciera frente a ellos, lastimando a Kinrou y dejando que Ginrou tomara la decisión de cortar el puente, algo que costaría la vida de su hermano.
Fue entonces que un objeto fue disparado al rostro de Hyouga, quien retrocedió evitando aquel ataque improvisado y dejando boquiabiertos a los aldeanos.
—Veo que tienes muchas agallas mujer—dijo al ver como Nyoko subía a Kinrou al puente.
—¡Nyoko tienes que irte de aquí! ¡Es peligroso!—expresó Kinrou adolorido a lo que Nyoko se puso delante de él para protegerlo, haciendo caso omiso a la advertencia.
—Asi que quieres pelear, veamos cuánto aguanta esa valentía tuya.
Hyouga se abalanzó hacia Nyoko, notando que aquella mujer no atisbaba miedo ante él. Esos ojos fucsia por alguna extraña razón, le decían que no debía de subestimarla. Ocurriendo lo inesperado.
Cómo si fuera arte de magia, Nyoko le lanzó estratégicamente pequeñas vasijas de barro y de vidrio, a lo que Hyouga fue retrocediendo y destruyendo a su vez los objetos mientras que ambos tomaban distancia de Kinrou. «Asi que tú intención es alejarme de tu compañero, pero es cuestión de tiempo para que se le acaben sus objetos» pensó Hyouga observando que ya solo le quedaban dos.
—Suficiente de juegos mujer—expresó destruyendo las últimas vasijas y atacando de una vez a Nyoko, quedando sorprendido al ver que logró esquivar por milésima de segundo su ataque y de dar una patada a su arma, que lastimo el pie de la joven, cosa que Hyouga aprovechó para acertar unos cuantos golpes a Nyoko.
La situación se estaba saliendo de control y Senku no tuvo otra alternativa que usar lo último de pólvora que tenía para evitar que Hyouga lastimara más a Kinrou y a Nyoko.
—Asi que vas en serio con esto—dijo Gen al ver cómo Senku ya casi terminaba su arma de fuego improvisado—¿Quién es el más fuerte de aquí?—preguntó girando a ver a los demás.
—Si hablamos de poder absoluto, ese sería Magma por lejos—respondió Chrome.
—Magma-chan—llamo Gen alzando una de la rocas—, Lanza está rica al enemigo con todas tus fuerzas.
—¿Eh?—soltó sin poder creer en aquella absurda petición—, ¡Ni hay forma de que le dé con eso! Y ¿Por qué haría caso a lo que un bastardo como tú...?
—Por favor Magma—interrumpió Hisui jalando de su polo con los ojos llorosos—, no quiero que Nyoko muera—expresó llorando al igual que sus hermanos, quienes también le pedían a Magma que salvará la vida de Nyoko y Kinrou. Esto puso en una encrucijada a Magma, por una parte se reusaba a ser usado por el forastero y por la otra, no quería ver el rostro tristes de sus sobrinos; por lo que Gen aprovechó esto para añadir lo siguiente:
—No es necesario que les des—se acerca—¿Quieres ser el jefe de la aldea? ¿No?—hace una pausa—si la aldea es destruida, no podrá derrocar a Senku, por lo que tenemos que cooperar.
Magma resignado ante la situación, no tuvo más remedio que ayudar, y al mismo tiempo que el arma de Senku disparó, Magma lanzo la piedra, asustando a los secuaces de Hyouga; huyendo del lugar tras escuchar que aquella aldea poseía las armas de fuego.
—Asi que tú debes de ser el chico del que Tsukasa habla—dijo sin moverse de su sitio viendo como Nyoko no le quitaba la vista de encima.
—Asi es, dile a Tsukasa que Ishigami Senku está vivo.
Fue entonces que Hyouga se fue junto con Gen, terminado así el enfrentamiento y que Nyoko pudiera relajarse.
—¡Kinrou!—gritó llorando su hermano corriendo a su encuentro mientras que Senku y se acercaba para curar sus heridas. Pero Kohaku al ver el tacto que tenía Senku para curar, decidió encargarse ella misma de las heridas de Nyoko.
(***)
—¡No podemos volver con esta humillación!—expresó uno de los Secuaces.
—En ese caso... podríamos atacarlos en un día de vientos fuertes, ahí sus rifles no podrían usar—sugirió Gen, siguiendo el plan trazado anteriormente con Senku.
—La opción más viable sería reagruparnos con Tsukasa y el ejército principal—comentó Hyouga con seriedad.
—¡¿Estás asustado Hyouga?!—expresó otro de los secuaces con burla—, de no ser por esa lanza de tubo, no serías más que un simple debilucho.
—¿Lanza de tubo? ¿Se refiere a este Tubo de bambú?—preguntó Gen curiosiando el arma.
—Será mejor que sueltes eso sí es que no quieres morir—amenazó Hyouga a lo que Gen retrocedió en el acto pidiendo disculpas mientras los demás se hacían a la idea de volver a atacar—Gen, ¿que sabes de aquella mujer?