Nyoko abría lentamente los ojos con un dolor de cabeza, percatandose que se encontraba en la bóveda de Chrome. Le resultaba extraño estar ahí, hasta que recordó lo sucedido mirando por todas partes hasta que conectó su mirar con los de Senku, quien entraba a ver cómo estaba.
—Al fin despiertas—dijo a la vez que usaba el lenguaje de señas—, nos diste un buen susto ayer.
Nyoko se sentó con cautela para luego expresar sus disculpas por haberles hecho preocupar, luego le preguntó el estado de los niños.
—Se tranquilizaron al saber que estarías bien. Ahora mismo están con Chrome—dijo a lo que Nyoko dió suspiro de alivio volviendo a verle—, hay una pregunta que quiero hacerte y quiero que seas sincera y confíes en mi—Nyoko asintió sin entender bien la intención de sus palabras—; ¿Por qué Taji, Hisui y Kane te llamaron mamá?
Nyoko da un largo suspiro bajando la mirada, era más que obvio que tarde o temprano iba a salir esa pregunta, por lo que alzó la mirada no muy segura de estar preparada para contarle de la incógnita de su pasado.
Senku la observó con detenimiento mientras ella le transmitía con señas la pieza faltante. Así fue como se enteró que su llegada a la aldea fue gracias a un joven llamado Ónix, quien era el padre de los tres niños y hermano de Magma. Y, aunque le parecía raro que le estuviera ocultando la identidad de dicha persona y el que después de todo este tiempo que estuvo en la aldea no se halla topado con él, supo que al ver los ojos acuosos de Nyoko, se trataba de un tema que le resultaba difícil de tratar.
—Gracias por contarmelo—dijo acercándose a ella, entregando un pedazo de tela para que limpiara esas lágrimas que amenazaban por salir. Nyoko aceptó el gesto y le regaló una sonrisa en agradecimiento—; si te sientes mejor para ayudar, nos vendría bien una mano extra para el nuevo invento.
Nyoko asintió y se levantó renovada para ayudar a los demás, esa actitud agradó a Senku, ya que eso significaba que se encontraba mucho mejor.
Al salir, Nyoko fue rodeada y abrazada por sus amigos, quienes no paraban de hablar lo felices que estaban al verla recuperada, siendo una escena nostálgica para Senku. Acto que no pasó desapercibido por Gen.
—Senku-chan, ¿Me vería mal si voy a abrazarla?—preguntó con una sonrisa ladina.
—Todo depende de ella—respondió volviendo a realidad y dejando de ver la escena.
—¡Senku!—llamó Kane al terminar de abrazar a Nyoko y el mencionado giró a verle—, ¡El maestro y yo hemos acabado con lo que nos pediste hacer!—se acercó señalando al artesano Kaseki que traía el objeto en cuestión.
—¿Qué... es eso?—preguntó Kohaku asombrada al igual que el resto.
—En palabras más simples, es un aparato para hacer algodón de azúcar—respondió Senku—, el cuál al rotarlo hará una fuerza centrifuga, provocando que hilos finos de azúcar sean expulsados por esos agujeros. Y ¿que pasaría si ponemos oro en el lugar del azúcar?—preguntó esperando a que alguien de la respuesta.
—¡Podriamos hacer hilos super finos de oro!—respondió Chrome emocionado.
—kukuku, correcto. 10 billones de puntos para ti.
—Ahh, ahora ya volvió a tener sentido—habló Gen más calmado.
—¡Entonces iré por el oro ahora mismo!—expresó Chrome empezando a subir las escaleras.
—No, el oro es demasiado útil. No podemos darnos el lujo de equivocarnos—explicó—, por lo que el algodón de azúcar será básicamente una prueba.
Los chicos miraron sin comprender a lo que se refería, a excepción de Gen, que de forma más reservada estaba impaciente por probarlo. Entonces fueron por el alcohol que había sido rescatado, pero se dieron la sorpresa que el fuego también lo había alcanzado, dañando su contenido.
—Esto es lo que quedó tras haber quedado expuesto por mucho tiempo al fuego—explicó Sagan sacando un pequeño trozo.
Senku sonrió explicando que esto era perfecto para la elaboración del algodón de azúcar, y para ello, nuevamente Kinrou y Ginrou fueron la mano de obra para que Senku hiciera el algodón de azúcar, dejando asombradas a Nyoko y Kohaku que no paraban de ver el procedimiento.
Unos minutos más tarde, Senku dió el primer algodón de azúcar a Nyoko. Ella agradeció antes de darle un mordisco, sonrojandose al instante anonadada de tan majestuoso majar. Para ella, esa sensación la hizo volver a aquellos momentos de felicidad, recordando la hermosa sonrisa de Ónix que le daba cada mañana cuando se veían.
Poco a poco, todos los aldeana se deleitaron con el algodón de azúcar, dando una sensación de satisfacción y felicidad en Senku, al ver el rostro de todos los aldeanos tan felices. Pero cuando posó sus ojos en Nyoko, vió que mientras ella comía, sus ojos se humedecian.
—Gracias a Homura-chan puedo disfrutar de este algodón de azúcar—comentó con alegría Gen saboreando cada bocado de aquel dulce, provocando que Senku se fijara en él y dejara de lado a Nyoko.
—Por cierto—empezó a hablar Senku—, ¿Qué tipo de persona es Homura?
Esta pregunta, fue su perdición ya que Ginrou empezó a fastidiarlo y los demás empezarán a prestarles atención.
—No creo que Senku la vea de esa manera—comentó Chrome mirando la escena a lo que kohaku estuvo de acuerdo con él.