Después de varias horas, Kokuyou había logrado que Nyoko fuera a descansar, por lo que tranquilizó un poco a sus amigos y en especial a Senku, que fue a verla antes de continuar con sus actividades. Sin embargo, no esperó que Kokuyou estuviera ahí en vez de los niños, por lo que Kokuyou al ver su confusión, empezó a hablar:
—Parece que esperabas que alguien más la estuviera cuidando—dijo viéndolo antes de voltear y acariciar el rostro de Nyoko—, los niños estuvieron aquí un rato junto a Magma antes de volver a sus actividades—hace una pausa sonriendo nostálgicamente—; Nyoko podrá aparentar ser una chica enérgica constantemente, pero en el fondo aún sigue siendo esa muchacha con el corazón roto—gira su cabeza a su dirección—, imagino que ya te habrán contado sobre su esposo.
—Así es—confirmó Senku antes de sentarse al otro lado de Nyoko, sintiendose un poco incomodo ante la palabra "esposo", había olvidado ya ese detalle—, no entraron mucho en detalle y preferí no indagar demasiado, solo datos generales.
—Ya veo—expresó sereno—, sabes, Nyoko me contó del incidente que tuvo contigo semanas atrás.
Senku se sorprendió que Kokuyou estuviera al tanto de ello, no pensó que Nyoko fuera a hablar de ello con alguien.
—Nyoko suele ser un poco impulsiva algunas veces y en otras muy tímida—habló Kokuyou viéndole—, pero no creo que un beso en la mano halla sido la verdadera razón de su alejamiento hacia ti.
Senku, seguía sorprendido de lo que Kokuyou sabía,era impresionante el nivel de confianza que Nyoko le tenía, llegándose a preguntar si él también estuvo al tanto de la insana relación que ella tenía con Magma. Pero de ser así, por qué no había intervenido, por qué habría dejado que ella viviera de ese modo, o tal vez Nyoko nunca le hablo de ello, ocultando su situación a ciertas personas. Nyoko tenía una rara forma de sobrellevar su vida y sus secretos.
—Por tú silencio, mi suposición era cierta—continuó Kokuyou—; no te preocupes, no interferiré, este es un tema que ustedes dos deberían de arreglar y tal vez asi ella pueda aprender a dejar ir el pasado, continuando su vida, cumpliendo así el deseo de su esposo.
Otra vez la palabra esposo resonó en su cabeza, aún le costaba creer que Nyoko se halla casado y formado una familia siendo tan joven.
Y para sorpresa de ambos, Nyoko empezó a despertarse, revolviendo een las sábanas antes de palpar la rodilla Senku, provocando que abriera los ojos a su dirección, entrelazando miradas, perdiéndose ambos en el reflejo del otro segundos antes de que Nyoko desviara la mirada, percatándose de la presencia de Kokuyou.
—Los dejaré solos—dijo Kokuyou cuando la mirada de Nyoko se posó en su rostro—, trata de no salir corriendo esta vez—diciendo esto se levantó y salió de la tienda.
Al fin ambos se encontraban solos, el silencio una vez más aparecía y Nyoko se sienta sin voltearlo a ver jugando con sus dedos nerviosamente.
Senku sabía que esta era su única oportunidad que tenía de hablar con ella antes de que la batalla empezará, pero no sabía cómo abordar el tema sin que lograra que la incomode. Y sin que se diera cuenta, Nyoko sujetó su mano y ambos volvieron a conectar sus miradas, apreciando el bello sonrojo en las mejillas de Nyoko mientras ella se armaba de valor.
Suspiró y soltando el agarre, expresó con sus manos un "lo siento", empezando a explicarle que en ese momento de debilidad, había alucinado que Senku era Onix y que estaba reviviendo el recuerdo de la vez que ambos sinseraron sus sentimientos por el otro.
«Asi que eso pasó» pensó un tanto desilusionado, entendido así el repentino cambio de humor.
—No te preocupes—respondió Senku ejecutando el lenguaje de señas—, no tienes que sentirte culpable, fue algo que no eras consciente del todo—Nyoko suspiró un poco más tranquila pero aún así no dejaba de sentise mal por aquel incidente—, cambia esa cara, te dije que no te preocuparas, deja de pensar en eso—le reprochó pegándole dos veces con sus dos dedos en la frente, por lo que Nyoko llevó una mano ahí sin despegar la vista de lo que él hablaba—, deja eso en el pasado y concentremonos ahora en la batalla que se avecina—sonrió Senku al final, esperando así que hicieran las pases.
Nyoko sonrió enternecida y asintió aceptando la sugerencia de Senku, transmitiendo una vez más lo agradecida que estaba por la compresión que le brindaba, dándole un abrazo sorpresa que poco a poco él correspondió.
«Si que eras alguien peculiar, Nyoko»pensó Senku con una sonrisa mientras ambos permanecían en ese acogedor abrazo, separándose lentamente viendo cómo en el rostro de Nyoko aparecía nuevamente una sonrisa auténtica.
—Espero no tener que esperar tanto tiempo para poder hablar contigo—dijo con una sonrisa a lo que Nyoko se rió.
Fue entonces que Senku escuchó la conmoción de los aldeanos, por lo que invitando a Nyoko a pararse, ambos van a ver lo que ocurría, sin percatarse que se agarraban de las manos durante el camino.
Cuando al fin pudieron pasar por el tumulto formado, viendo cómo Chrome se encontraba ahí.
Nyoko sin poder aguantar ni un minuto más, soltó la mano de Senku y corrió a abrazar a Chrome, empezando a llorar de felicidad, viendo que se encontraba sano y salvo.