III

Cuando término de plasmar todo lo que ha sucedido esta semana, cierro aquella pequeña libreta que Castiel me regaló pensando que me vendría bien escribir en ella. La coloco de bajo de la almohada y me recuesto en la cama tratando de cerrar mis ojos pero unos golpes en la puerta interrumpen mi plan. Me levanto con mucha pereza y me dirijo hacia la puerta pero al abrirla me llevo una gran sorpresa al ver a esa persona parada frente a mí.

Creo que jamás lo he mencionado pero es difícil no encariñarse con estos chicos, todos son muy lindos pero aun así quien llamo mi atención desde el principio, el que ocupo mi mente por varios días a pesar de que antes solo era un personaje literario, un personaje ficticio fue Alexander.

• ¿Oye me estas escuchando?- la pregunta de Alexander me trajo a la realidad

- Perdona ¿Qué me decías?

-¿Puedo pasar?- un poco confundida asentí y me hice a un lado para que pudiera entrar al cuarto.

• ¿Sucede algo?- le pregunto mientras me siento frente a él.
• Recuerdas aquel final que escribiste pero que la editorial rechazó
• Claro que lo recuerdo yo lo escribí.
• Recuerdas algo de lo que escribiste.
• Clarisa después de tomar una decisión y seguir a su corazón se dirige al café en el cual había quedado con Alexander de verse pero no puede llegar a su destino ya que Simón y Castiel la interceptan en el camino llevándola al sótano de la casa, ellos están dolidos, con sed de venganza ya que no saben cómo Clarisa prefirió quedarse con Alexander que a elegir a uno de ellos y no están dispuestos a permitir que ella sea feliz con alguien más que no sean ellos; sus gritos de ayuda, de dolor se pueden escuchar por el interior de la casa, Alexander corre tratando de salvar a su amada pero cuando llega es demasiado tarde, ella está muerta.
• En este mundo, al ya no estar Clarisa tú tomaste el papel de ella y al no haber un final definitivo escrito, tú terminarás muerta a manos de aquellos dos es por eso que tengo que sacarte de aquí antes de que sea demasiado tarde.- pero antes de que pudiéramos hacer algo aquellas dos personas entraron a la habitación.
• ¿Pensaban ir a algún lado?-nos preguntó Simón mientras trataba de acercarse, Alexander al ver lo que trataba de hacer me coloco detrás de él para evitar que alguno de ellos dos pudiera acercarse.
• ¡Y aquí vamos otra vez, nuestro amigo Alexander se queda de nuevo con la chica linda!- gritó Castiel, mientras nos miraba con coraje.
• Todo es tu culpa si tan solo hubieras seguido nuestro consejo, tal vez Clarisa estuviera aquí y no hubiera muerto accidentalmente- Simón sonrió de una manera maliciosa haciendo que un escalofrió me recorriera la piel.
• Y ahora por tu culpa nuestra linda escritora, correrá con la misma suerte de Clarisa…