Esto no es mío

Capítulo 5

-Eydan necesito los documentos sobre el contrato con “Pastas y Pizzas Don Pepe”-dijo una voz por el comunicador 
-si jefe- tras una respuesta corta se puso a enviarle el archivo de inmediato al jefe que estaba del otro lado de la oficina. 
La persona a quien Eydan llamaba jefe era muy particular, pues a pesar de su apariencia seria su personalidad no era lo que aparentaba. El hombre con piel bronceada, cabello oscuro ondulado y ojos grises realizaba su trabajo con audífonos en sus oídos, quien tecleaba dando movimientos extraños en su asiento o ¿era acaso un baile improvisado en la silla? Cual fuera la razón de esos extraños movimientos que eran observados con disgusto por su mano derecha y asistente quien sostenía una carpeta con los documentos solicitados. 
Con un chasquido en los labios, coloco la carpeta azul frente a su jefe quien no se había percatado de su presencia. 
- ¡Ahhhh! -con tremendo susto se saco los audífonos y observo a su asistente con disgusto. 
-aquí tiene jefe-le dijo Eydan con una sonrisa en la cara 
¡te dije que me avisaras cuando estoy con los audífonos Eydan! 
-es que no me escuchaba jefe 
- ¿sigues con eso de llamarme jefe? 
- ¿crees que casi sufrir una asfixia por tu culpa se puede olvidar tan fácil? -dijo refiriéndose al abrazo asfixiante que recibió en el hospital. 
-ya te dije que estaba muy preocupado por ti y no me di cuenta de mi fuerza y…-mientras seguía hablando como un niño tratando de explicar una travesura con mímicas y expresiones exageradas Eydan lo miraba con desagrado, sin aguantar ya sus palabras cogió una carpeta cercana y le tiro a la cara. 
- ¡¿eres un niño o que?! ¡¿Ya tienes 35 años?! ¡Compórtate como alguien de tu edad!  
- ¡Oye espera! 
Molesto salió de la oficina mientras que las demás personas que trabajaban allí lo miraban con miedo en cada paso que daba hacia la puerta. 
-¡¡Eydan!!-por detrás corriendo a toda prisa su jefe se dirigía hacia él con una cara llena de lágrimas. 
- ¡ahhhh! ¡Aléjate de mí! -con todas sus fuerzas corrió lejos de él logrando escapar al subirse al ascensor. 
- ¿Qué pasa con su actitud? -se tocó el pecho tratando de calmar la respiración-necesito aire fresco-presiono el numero doce y se arrincono en un esquina, sin dejarse de tocar el pecho respiro profundo- tranquilo. 
-jefe tiene una llamada del gerente general de “Pastas y Pizas Don Pepe”-dijo un joven empleado de la oficina. Con una mirada seria y calmada tomo el teléfono. 
-gracias, puedes retirarte. 
-Buenos tardes habla Álvaro Mendoza García, gerente general de “Mendoza y asociados” 
En la terraza se encontraba Eydan quien recordaba el incidente en uno de los restaurantes del popular establecimiento de pastas y pizzas.  
-esa mujer…se veía tan familiar-suspiro y miro hacia el cielo nublado -que estupidez pensar en una desconocida. 
En la mente de Eydan se proyectaba la imagen de la cara aterrorizada de Leah quien le observaba mientras el sufría de un ataque cardiaco. Sin escuchar sonido alguno, solo veía las imágenes poco definidas a su alrededor, cuando creyó que su cuerpo caería al suelo fue grande su sorpresa al sentir que su cuerpo presionaba otro pequeño y delgado. Su mente estaba confusa, sus ojos se sentían pesados y su respiración se detuvo, no podía respirar por lo que el miedo se empodero, ya no había salvación. Vivir solo 24 años ¿era eso solo su límite en la vida? No, eso no era aceptable, se negaba hacerlo. De pronto como si el cielo escuchara su agonía el aire volvió a sus pulmones junto con el tacto de la humedad que podía sentir en los labios y la imagen de un rostro borroso cerca al de él para luego todo ponerse oscuro. 
- ¿reanimación cardiopulmonar? -toco sus labios -es la primera vez que me pasa esto- su rostro se tornó serio -y espero sea la única. 


En el restaurante… 


- ¡Hola! pero que puntual eres, si que sigues el dicho “el que madruga Dios le ayuda” jajajaja… 
-ja ja ja ¿hasta cuándo pensabas hacerme esperar maldito bastardo? -dijo Leah quien se congelaba de frío esperando afuera del restaurante con puerta a la calle. 
-jajaja es que se me hizo tarde por el trafico ya sabes…-Iván se rasco la nuca mientras conservaba la sonrisa en su rostro. 
-ja ja ja vivimos en el mismo lugar a sí que no me vengas con eso ¡estúpido! 
- ¡hola Leah, hola jefe! -saludo Yuliana quien estaba a una cuadra de distancia, al escuchar a su compañera Leah cambio rápidamente su expresión y se volteo con una linda sonrisa de bienvenida a su compañera abrasándose entre ellas. 
-pero que cambio…- dijo en voz baja Iván, palabras que fueron escuchadas por Leah quien le miraba con ojos amenazadores sin que Yuliana se diera cuenta. 
-jajaja- Iván seguía riendo sin dejarse intimidar por la mirada de Leah. 
- ¿de qué te ríes jefe Iván? -pregunto Yuliana 
-de un chiste que me acabo de recordar. Vamos entremos chicas. 


En las oficinas de Mendoza y asociados… 


Eydan volvió a su escritorio para continuar con su trabajo, cuando al fin había vuelto la paz a su alrededor la puerta se abrió dejándolo sordo por el ruido. 
- ¡Eydan! -entro el ruidoso de su jefe 
- ¡¿es que no sabes tocar Álvaro?! 
-eso no importa, ten listo tus materiales, en la tarde iremos a las oficinas de “pastas y pizzas don pepe” 
- ¿Qué? 
-tu primo consiguió una buena asociación-la cara seria que reflejo en su rostro hacia que se viera elegante e importante. 
- ¡espera! 
- ¿y ahora qué? 
-me llamaste por mi nombre eso quiere decir que ya no estás molesto ¡ven a mis brazos! -se acercó rápidamente a Eydan dispuesto a abrazarlo.  
- ¡ahhhhh! ¡Aléjate! 
-vamos somos familia 
- ¡pues yo no quiero! -con sus brazos Eydan trataba de alejar a su primo de su lado  
-alégrate hombre, además es posible que veamos a la mujer que te dio tu primer beso.  
- ¿Qué? -aquellas palabras fueron lo que dejaron desprevenido a Eydan logrando que su primo lo abrazara con un abrazo de oso despeinándolo y arrugando su planchado traje. 
-¡¡Alejateeeeeeeeeeeee!! 




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