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“Quiero, una vez más, pedir perdón por no ser lo suficientemente maduro para hacer frente a la situación que acontece con la mujer que amo. Mujer que probablemente sepa de la existencia de este escrito he incluso haya leído ya mis palabras, quiero pedirle a mi tan amada mujer llamada ‘vida’ por dejarme llevar por mujeres de procedencia dudosa y de dudosas intenciones.  

 “No sé bien la intención que tengan sobre mi relación con ella, pero desde el momento en que aparecieron se ha hecho cada vez  más difícil la situación entre ella y yo, no es que no te ame ¡te amo con toda el alma desde el momento en que supe que quería hacer algo de provecho contigo! ¡te amo desde que de algún modo me motivaste a seguir adelante! Pero no puedo vivir así teniendo a otras dos mujeres enamoradas de mí. 

 “Perdona que de algún modo trate de hacer que te estoy echando la culpa de esto porque te volviste fría y distante, la realidad es que tu actitud fue mi culpa, uno siembra lo que cosecha, y por no sembrar un carácter, no coseché mi destino. 

 “Digo un gran adiós con un cálido abrazo a la vida por despedirme de ella por culpa de dos mujeres, la ansiedad y la tristeza. No me despido de ella porque esto sea una carta de suicidio, me despido de ella porque sé que desde este momento en el que se ha vuelto distante mi contacto con la vida, estoy destinado a vivir cotidianamente con las otras dos mujeres. 

 “Me despido de la vida no porque vaya a morir, pues uno no muere cuando deja su corazón de palpitar y la sangre deje de fluir; uno muere cuando por mucho que se esfuerce, deja de sentir. 

 “Sentir la paz del aire, el calor de un abrazo o lo reconfortante de un beso. Dejar de sentir todo eso, es dejar de vivir. 

 “Por esa y mil razones más, me despido de ti, vida. Te extrañaré tanto que desearé que no hubiera sido forzada mi partida, pero mis sentimientos ya no están contigo, pues muerto estoy desde hace ya buen tiempo.  

 “Con paz en el aire, un cálido abrazo y un reconfortante beso, me despido de ti”.