Jacob no estaba a gusto. Él había querido ir hacia Dakota en las primeras horas de la mañana. Lamentablemente un percance se lo impidió. ¿A qué idiota se le ocurría tratar de escapar a primeras horas de la mañana?
Por tanto cuando terminó con eso y fue a ver a la pelirroja, ella sencillamente no estaba allí. Jacob pensó estar en su oficina por el resto del día. Si Dakota quería hablar de algo, seguro iría para allá. La cosa era que si él había planeado eso ¿Por qué demonios estaba en el salón? Sería el ultimo lugar en donde alguien en sus condiciones querría estar. Demasiada gente frente a la que tendría que fingir. Aún no sabía como había llegado a ese lugar con aproximadamente la mitad de la gente reunida.
Claro y no podía faltar su esposita. Hablando y riendo con los demás mientras se encontraba sentada en las piernas de su marido ¿Marido? ¿Ese se suponía que tenía que ser Jacob? Reprimió la mueca que amenazaba con salir. ¿Esto podría empeorar? Por las suelas de tacón que escuchaba en el pasillo que comunicaba las escaleras con el salón Jacob podía tener la certeza de que sí. Estaba a punto de empeorar.
Dakota no estaba preparada para lo que vio esa mañana. Su corazón se detuvo. Su respiración paró. Que demonios. ¿Por qué Jacob estaba besando a esa tipa como si la vida se le escapar en ello? ¿Por qué esa tipa estaba sentada en sus piernas? No. La rabia que crecía debía ser disimulada. ¿Cómo hacerlo si lo único que quería era desfigurarle el rostro a esa tipita? Primero no llegó a dormir con ella y ahora esto. No. En definitiva Jacob tendría que dar muchas cuentas si quería que lo perdonará. ¿De verdad crees que Jacob quiera eso? Se ve muy contento sobre esos labios ¿No te parece? No. Eso no le parecía.
Dakota camino cuando volvió a tener control de su cuerpo. Jacob aun seguía sobre esos labios. Bien. Ya explotaría cuando estuviera a solas. Avanzo lentamente sin quitarles la vista de encima y se sentó en uno de los sillones que se encontraba relativamente cerca a donde estaban.
Lugo de unos tortuosos tres minutos por fin se separaron. El corazón de Dakota volvió a tener paz. Su respiración volvió a regularse. Dakota miraba sus acciones por el rabillo del ojo. ¿Por qué demonios la mira tanto? Una cosa es qué esa tipa se muera por Jacob y otra muy distinta que de pronto Jacob se muera por ella. Basta. La pelirroja estaba exagerando. Solo por que Jacob haya pasado una noche lejos no significa que ya por eso va a estar babeando por esa pelinegra. Claro ¿Ya se te olvidó como empezaron ustedes? "Solo sexo" ¿Lo olvidas? ¿Qué le impediría a ella hacer lo mismo?
La respiración de Dakota volvió a ser irregular. En menos de lo que creyó ya estaba saliendo del lugar como un huracán. No tendría calma mientras estuviera ahí. No tendría calma después de lo que vio, punto. Apenas fue consciente que captó casi todas las miradas de los espectadores. Le daba igual lo que pensaran.
Jacob se obligó a no mirar en la dirección que salió la pelirroja, al parecer eso lo delato porque todos los demás si lo hicieron. La pelinegra poso la vista en él nuevamente. Juraría que estaba sonriendo. Juraría que esos ojos demostraban burla.
Al parecer ya no hacia falta que Dafne se rompiera la cabeza tratando de pensar en quien podría ser la putita de su marido, ese gesto la delato.
—¿Se molesto? —susurró contra el oído de su marido—. Perdón por causarte problemas —el tono era tan dulce como sardónico.
—Se lo compensaré —avisó—. No hace falta que te preocupes —contestó con un tono tan gélido que la pelinegra se arrepintió haber hablado.
***
—¡¿Qué significó eso?! —estalló Dakota con los ojos llenos de rabia desplazándose lejos de Jacob cuando él quiso acercarse.
El rubio tuvo todo el día para venir y esperó a la media noche. ¿Acaso no pudo venir antes? ¿Qué se lo impidió?
—Tenemos que hablar —menciono, Dakota odio como sonó eso, sonaba a problemas.
Claro a ella la besa y contigo solo quiere hablar. Molesto su conciencia. Casi y le daría la razón esta vez.
—¿De qué quieres hablar? —espetó con los brazos cruzados.
—Lo sabe, sabe de nosotros.
Dakota volvió la vista hacia él.—No estas diciendo lo que creo que estas diciendo —palideció con su corazón martilleando, no, Jacob jamás diría eso, él la amaba, la amaba de verdad.
—Dakota..
—No puedes preferir a esa —chilló—. No puedes...
—¡Yo te prefiero a ti! —soltó antes que ella inventara cosas en su cabeza, funcionó esos hermosos ojos azules resplandecían fijos en él.
Jacob conocía lo paranoica que ella podía llegar a ser. Estaba muy lejos de molestarle. Al contrario, aunque sonara mal, le gustaba saber que Dakota se perdería sin él. Le gustaba saber que no era él único que se sentía de ese modo.
—¿Entonces por qué la...
—¿Puedo hablar? —preguntó, la ojiazul asintió ya más calmada y no tan enojada como cuando él entro.
Jacob se lo esperó. Él hubiera estado del mismo en su interior, por fuera la hubiera tratado con tanta indiferencia que no solo para Dakota sería doloroso.
—Dafne sabe de nosotros, creí que me pediría el divorcio. —Los labios se le curvaron reflejando una pequeña sonrisa, fue demasiado ingenuo para creer que sería así de fácil.
—¿No lo hizo? —preguntó dando un pasó hacia él.
—No —contestó resignado.
La pelirroja lo miro de pies a cabeza por un segundo. Jacob no se veía feliz. Era obvio que él hubiera preferido el divorcio. Pero eso no explicaba por que en el salón él tenia su boca sobre la de esa tipa. Si uno quiere el divorcio no haces eso y menos la sientas en tus piernas. Un bufido salió de sus labios.
—¿Eso no explica por que la estabas besando? —Decir la ultima palabra le dejo un agrio sabor en la boca, casi y quería vomitar.
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Editado: 11.06.2022