Día 63/Día 64

¡A celebrar se ha dicho!

Era el día en el que se celebraría el cumpleaños de Cala. Ese viernes había decidido saltarme las clases de la tarde para poder idear un plan y salir de la casa sin que nadie lo notara. 

Después de mucho análisis, desistí de la idea de ocultarles a los integrantes del grupo musical lo que llevaríamos a cabo aquella noche. Si quería que nadie en la planta superior notara nuestra salida, necesitaba que ellos colaboraran en no llamar la atención. 

Luego de comprar los obsequios que le daría a la agasajada en la fiesta, partí hacia el sótano. La controladora en mí necesitaba que todo saliera según lo planeado y eso incluía definir la ropa que Joker utilizaría junto a otras cuestiones con respecto a su aspecto. 

Con todo eso en mente ingresé en la casa sin notar mi entorno y me dirigí directo hacia el sótano. Allí solo se encontraban Elián junto a los “niños” del grupo. Estos eran: Joker, Angel y Smart. Todos al verme me saludaron en diferentes idiomas. Asentí en modo de respuesta. 

—He comprado algunas prendas… —Busqué con la mirada a Joker mientras tomaba algunas de ellas para enseñárselas—. Gracias por ayudarme

—Gracias a ti —Me sonrió tomando una camisa de entre mis dedos—. Creo que esto estará bien

—A Cala le gustan tus brazos… —Elián comentó evaluando mi reacción—. Me parece conveniente que utilices alguna prenda que los deje al descubierto.

Comencé a reír junto a Smart al oír su ocurrencia. Era ridículo, considerando el intenso frío de las últimas semanas, que una persona vistiera con prendas pertenecientes al verano solo porque deseaba hipnotizar a su presa. Sin embargo, Joker buscó entre las prendas algo que le diera la posibilidad de lucir sus musculosos brazos. 

Recorrí con mi mirada el sótano. No me alarmó no encontrar a los demás miembros en esa habitación. Lo más probable era que estuvieran reunidos en alguna de las otras recámaras, planeando su ruta de escape. Debían realizarlo con mucha precisión, sin descartar ninguna posible situación, como si intentaran huir de un poderoso dragón con sus bolsillos repletos del oro que protegía.

Tomé una camiseta gris, cuyas mangas eran cortas, junto a un jean y una chaqueta de cuero. Se lo tendí todo a Joker a la vez que le brindaba empujoncitos hacia el cuarto de baño para que se cambiara.

—Sé que está helando allá fuera. Así que tengo un suéter, por si lo precisas. Y también una chaqueta más abrigada. Tienes exactamente una hora para estar preparado —Miré mi reloj—. La realidad, es que posees treinta minutos para utilizar el lavabo. El resto del tiempo es mío… Te recomiendo que corras —Y diciendo esto último, cerré la puerta guiñándole un ojo.

Cuando me terminé de preparar, unos veinte minutos después de que Joker me permitiera utilizar el lavabo, me observé al espejo. Lucía un short negro que llegaba a cubrir la mitad de mi vientre junto a un top blanco que, por el contrario, dejaba entrever esa zona de mi anatomía. Por otro lado, había decidido usar los zapatos que A.M. me había dado para que acudiera a la lujosa fiesta que el padre del señor Mason había brindado. Me sentía incómoda con aquello, pero, al parecer, así era el código de vestimenta para poder ingresar a la fraternidad donde Cala estaría celebrando, al igual que otros estudiantes de la carrera de medicina. 

Inspiré para armarme de valor. Lo necesitaría toda la noche para poder caminar por allí exponiendo mis largas piernas a todo aquel que quisiera verlas. Ya echaba de menos mis jeans y mis Converse rojas. 

Suspirando, resignada, salí del cuarto de aseo para poder encontrarme con Joker. Al hacerlo, pude percatarme cómo los jóvenes allí presentes me observaban encandilados. Todos tenían sus ojos como platos y hasta vi algunas bocas abiertas. 

—¿Cómo me veo? ¿El cabello es excesivo? Debería peinarlo en una coleta, ¿no? —Había soltado mis rizos, no sin antes sumergirlos en diferentes productos para poder asegurarme que no debía temer por convertirme en un león en unos minutos. Cala acostumbraba a decir que la habilidad del doctor Jekyll para crear pócimas palidecía ante mi habilidad de mezclar las diferentes cremas para mi cabello. Odiaba cuando hacia eso—. Eso creí. Ahora vuelvo, será solo un minuto. Necesito acomodarlo y…

En el momento en que me estaba volteando para volver a la seguridad del baño, pude sentir que una mano me tomaba por la muñeca, impidiendo mi huida. Me armé de valor para enfrentar a mi captor.

—Te ves hermosa —Eli me sonrió con tranquilidad—. Deberías dejar que Angel te ayude con el maquillaje —El aludido asintió, encantado al oír su nombre—. Ven con nosotros.

Me guiaron hasta una de las sillas y comenzó su trabajo. Cuando se encontraban a mi alrededor de aquella manera, me recordaban a un harén en el cual mi papel sería el del sultán y ellos serían mis concubinos. Sonreí ante la ironía.

Por otro lado, realmente ese pequeño es un as en cuanto maquillaje se trata. En menos de diez minutos me encontraba lista para la fiesta. 

—Será mejor que nos vayamos —comenté dirigiéndome a Joker—. Tienes que volver antes de las tres de la mañana.

—¿Se puede saber adónde creen que se dirigen? —La voz de Leader provocó que diera un brinco. Joker me rodeó con uno de sus brazos para evitar que cayera.

—Hay una fiesta y… —Cerré mi boca al notar que sonaba como una niña explicando a su madre que quería salir y por qué razones debía dejarla ir. ¿Acaso ellos eran mis captores y no me había enterado? ¿Cuándo se habían invertido los roles? ¿En qué mundo vivíamos? ¿Por qué debía explicarles a mis secuestrados qué era lo que haría y qué no? Hacía años que mis padres habían dejado de preguntar a dónde iba cuando tomaba las llaves del automóvil. Si soy sincera, ellos nunca preguntaron ese estilo de cosas. Siempre confiaban mucho en mí. Solo me consultaban algo en caso de que necesitaran que cuidara de mis hermanas—. No importa. Tengo que llevarme conmigo a Joker y él ha aceptado acompañarme. No les incumbe, si nos disculpan… —Y, comentando esto último, entrelacé nuestras manos para guiarlo hasta la ventana del baño.