Estocolmo

Capítulo 3

Valentina

Busqué en la habitación algo de ropa, entré a una de las puertas de madera y me encontré con un enorme baño, tenía una bañera hermosa y al fondo había una ducha muy grande.

En la siguiente puerta había un  guardarropa que ocupaba toda una habitación, había de todo tipo, desde vestidos y ropa casual hasta vestidos muy hermosos de fiesta, carteras, zapatillas, tenis, sandalias, de todo, incluso ropa interior, la mayoría era muy pequeña y a mi parecer un poco descarada.

Del otro lado había ropa de hombre que supongo era de David, también había de todo pero sobre todo llamó mi atención la enorme colección de relojes que había en uno de los cajones. Cuando me acerqué a su ropa percibí el delicioso aroma de la colonia masculina que de inmediato reconocí.

Traté de dejar todo como estaba, lo menos que quería era tener problemas por buscar entre sus cosas.  Revisé la ropa que él me había dejado para encontrar algo con lo que me sintiera cómoda, tomé un jean negro, una playera blanca y tenis deportivos, busqué algo de ropa interior, lo que me llevó mucho tiempo porque la mayoría eran diminutas y nada cómodas para mí.

Entré a la ducha y me di un rápido baño, tenía miedo que alguien entrara al baño, o incluso a la habitación mientras me duchaba.

Cuando terminé de vestirme salí de ahí observando todo a mí alrededor, el pasillo era enorme y estaba lleno de cuadros que seguramente valen una fortuna por los perfectos acabados que tenía y sobre todo por las firmas que había debajo del paisaje pintado, bajé las escaleras y seguí el delicioso aroma a pastel de chocolate, a pesar de todo tenía demasiada hambre.

Llegué a la cocina y había una mujer de edad un poco avanzada preparando un delicioso pastel. Entré tímida y con algo de miedo, no sabía que tanto podía estar por la casa o si incluso podía salir de la habitación.

Sss: hola linda tú debes ser Valentina- me dijo sonriendo- mi niño me dijo que estarías aquí- la observé algo confusa- yo soy Eva la nana de David… - dijo estirando su mano hacia mí. Tomé su mano y la salude con una leve sonrisa- debes tener hambre, siéntate ya mismo te sirvo algo -me dijo sonriendo.

Me debatía entre pedirle ayuda a esta señora, tal vez ella pueda sacarme de aquí, parecía buena persona, pero era la nana de Vargas, lo que me hacía descartarla de mi plan de fuga.

Valentina: ¿dónde está él?- pregunté mientras me sentaba en una de las sillas frente a la barra de la cocina.

Eva: salió a arreglar unos asuntos, no creo que tarde… - me sonrió y puso el plato con comida frente a mí, comencé a comer en cuanto el delicioso aroma llegó a mí, estaba delicioso no podía negarlo.

Después Eva me sirvió un trozo del riquísimo pastel, sin duda sería mi nuevo postre favorito.

Platiqué un poco con ella, era muy agradable, le conté cómo era mi vida en libertad, sinceramente no sabía que era peor, si mi horrible vida exterior llena de falsos amigos, de fiestas y alcohol o estar secuestrada por un delincuente peligroso pero bastante guapo.

La puerta de la entrada se abrió y poco tiempo después David entró a la cocina.

David: hola nana… - dijo y besó su mejilla, yo solo lo observaba, el tierno hombre que tenía frente a mí no se parecía nada al posesivo secuestrador que conocí ayer.

Eva: hola mi niño ¿quieres comer?

David: no nana gracias, ya comí- me observó y yo bajé le mirada, se sentó junto a mí- hola bonita… - dijo tomando mi mano sobre la mesa.

Valentina: hola- susurré tímida y retiré mi mano- Eva muchas gracias por la comida, estaba deliciosa… - me levanté y salí de la cocina casi corriendo.

Estar encerrada era horrible, la habitación era muy aburrida pero la verdad es que no quería salir de ahí, de cierta manera lo sentía como mi lugar seguro en esta inmensa casa, me acerqué a la enorme ventana y la puerta estaba abierta, salí apenas un poco y pude observar un enorme jardín, camine hasta el final del balcón y lo pude apreciar mejor.

El jardín era muy lindo, había una piscina y al fondo una pequeña fuente rodeada por un hermoso rosal rojo, visualice la gran puerta de hierro, había cuatro hombres armados vigilándola, y al rededor del jardín pude observar más hombres igual de armados los muros eran de ladrillo realmente altos, regresé a la habitación y cerré la puerta.

David: ¿te gustó la vista?- dijo y pegué un brinco, volteé y estaba justo detrás de mí.

Valentina: si, es un jardín muy lindo… - dije nerviosa tratando de alejarme de él.

David: Eva se encarga de él… - dijo y se acercó a mí, yo retrocedía con cada paso que él daba para acercarse.

Valentina: ella es muy agradable… - dije sonriendo nerviosa, sentí la pared chocar con mi espalda, ya no había escapatoria, estaba atrapada entre la pared y David.

David: si, ella trata bien a todos- dijo y colocó sus manos en mi cintura, pegó sus caderas a las mías y mi respiración se aceleró, mi corazón latía desbocado- estás muy linda… - susurró en mis labios y apartó uno de los mechones que caían sobre mi cara llevándolo lentamente detrás de mi oreja.

Valentina: de...déjame- dije con la respiración agitada, él sonrió victorioso y besó mi clavícula, mis piernas temblaban, sentía que en cualquier momento caería al suelo.

David: sé que esto no te molesta linda… - se pegó más a mí

Valentina: te...equivocas idiota- dije rápido y sentí que su mano bajó de mi cintura a mis piernas.

David: admítelo Valentina quieres esto tanto como yo… - dijo y metió una de sus manos en mi pantalón, apartó mi ropa interior y comenzó a acariciarme, su vista estaba fija en mis ojos y eso me excitaba mucho, uno de sus dedos comenzó a hacer círculos en mi piel y yo no pude evitar gemir, involuntariamente coloqué mis manos en sus hombros y enterré un poco mis uñas en ellos- gime para mi linda… - dijo y beso mi cuello, yo moví mi cabeza dándole acceso total a mi cuello, el placer que sentía era increíble.




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