Estocolmo

Capítulo 11

Valentina

Después de varios días en el hospital pude salir, estaba durmiendo en un hogar para chicas porque no o quería volver a mi casa.

Llevo más de 2 meses aquí y aún no sé nada de David, después de varias horas de búsqueda al final no lograron atraparlo afortunadamente.

No levanté cargos contra él, inventé que nunca supe quién me secuestró por que no logré ver el rostro de mis secuestradores, la policía me creyó y no preguntaron más.

Esperaba que en cualquier momento él entrara armando un escándalo como acostumbra y me lleve con él o que me suba a un auto mientras camino por la calle... pero nada de eso había pasado. Él aún no volvía pero yo lo seguiría esperando

Estaba viendo la televisión con mi amiga Maite, una chica que conocí en el refugio, ella solía vivir en la calle antes de llegar aquí, hicimos buena amistad en poco tiempo y le conté un poco mi historia con David sin decirle que es un delincuente claro. 

No había nada en la televisión, cambiábamos canales al azar hasta que llegamos a un noticiero y la chica de las noticias comenzó a hablar.

Reportera: Hoy por la mañana se encontró un auto calcinado en las afueras de Texas, se presume que fue un ajuste de cuentas entre dos grupos rivales pertenecientes a la red de narcotráfico - observé la camioneta, a pesar de estar quemada era parecida a la de mis sueños, tenía una defensa inusual en la parte delantera- en el interior se encontraron tres cuerpos, entre ellos el cuerpo de David Vargas... un joven delincuente de apenas veintidós años conocido por liderar el mayor grupo de narcotráfico y red de secuestros - mi corazón se paralizó y mis oídos zumbaban, él no podía estar muerto. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas- su cuerpo fue consumido por el fuego casi en su totalidad en el interior de dicha camioneta. Parece ser que fue abatido por la banda de su hermano Román Vargas... en un momento más detalles - dijo y mi amiga apagó la televisión observándome con pena.

Comencé a llorar desconsolada, estaba paralizada, él no podía morir, tenía que regresar por mí, teníamos que escapar y ser felices al fin. Mi amiga se acercó a mí.

Maite: ¿él era tú David?- sólo asentí mientras lloraba, ella me abrazó.

Ahora si estoy sola en el mundo.

David, el hombre que amo está muerto, mi madre no le importa si vivo o muero y mi mejor amiga logró escapar con el chico que quería; en éste momento la envidiaba horriblemente, me sentí tan impotente, débil, furiosa con la vida y sin razones para seguir adelante, a la única persona que le importé acaba de morir.

Murió en manos de su hermano.

 

 

Cuatro meses después

Valentina

Los últimos meses fueron un suplicio para mí, al principio no me podía ni levantar de la cama, pasaba el día llorando y no probaba bocado.

Gracias a Maite y a las chicas del hogar logré salir adelante, ahora tenía un empleo de medio tiempo pero ganaba lo suficiente para pagar mis gastos y apoyar en el hogar.

Perder a David ha sido lo peor que me ha pasado en la vida, lo peor de todo es que no tenía ningún lugar para llevarle flores, ni una tumba en la cual llorar. No sabía dónde estaban sus restos ni que habían hecho con ellos.

Él no merecía morir así, era un buen hombre, con un corazón muy noble que quería una vida diferente... una vida juntos tal vez con hijos... un niño con los ojos marrones de David pero con mi sonrisa, con su carácter tan serio pero tierno una vez que lo conoces.

O una niña con su hermosa sonrisa y con el cabello igual al mío, tan linda y considerada como él pero con mi carácter fuerte.

Hubiera sido hermoso, pero ahora todo quedaba en ilusiones.

Limpiaba una lágrima que bajaba por mi mejilla y me levanté del banco en el que estaba, salí del parque al que acostumbraba ir a pensar, la tranquilidad del lago que había en él me transmitía algo de paz, por lo menos por un momento.

Cuando caminaba fuera del parque a lo lejos vi un chico idéntico a Alonso, podría jurar que es él, pero de un segundo a otro desapareció entre la gente. Tal vez ya estoy alucinando.

Seguí mi camino hacia mi trabajo, me empleaba como mesera junto a Maite en una cafetería cercana.

Ese día después del trabajo iríamos a pasar el rato a un bar con otras chicas del refugio, yo no tenía ánimos de salir, pero Maite insistió tanto que terminé cediendo.

Salimos de trabajar y regresamos para ponernos los vestidos que apenas ayer compramos, cuando llegamos al bar había mucha gente, pero logramos entrar gracias a una de las chicas que conocía al de la entrada.

Maite me llevó a la pista con las otras chicas y no tuve más remedio que bailar con ellas, los chicos se acercaban a nosotras pero yo los rechazaba, en un momento ya todas estaban bailando con algún galán por lo que decidí regresar a la mesa.

Le pedí al mesero una bebida preparada con tequila y apenas la llevó la tomé de golpe, cuando levanté la vista vi de nuevo a Alonso entre la gente, esta vez era más claro, me levanté rápidamente y comencé a seguirlo, él caminaba tranquilamente entre la gente mientras que yo peleaba por pasar entre la multitud, salió por la puerta trasera y segundos después hice lo mismo.

Cuando llegué afuera no había nadie por ningún lado, me desilusioné hasta que alguien me llamó.

 

&&&&: Valentina - giré mi rostro y entre la oscuridad distinguí a Alonso. Caminé hacia él rápidamente y lo abracé.

Aunque casi no conviví con él ese abrazo me dio mucha paz y de alguna manera me hizo sentir cerca a David.

Valentina: ¡qué alegría verte!- me separé de él- ¿Cómo estás? ¿Dónde está Abril?

Alonso: estamos muy bien, ella está en el auto, se durmió en el viaje, ayer por la noche llegamos de Brasil... vine a hacerle un favor a un amigo - recordé a David y baje la cabeza triste.




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