Estoy dividida entre dos mundos, y me encanta.

Una parte de ti

Capítulo 7: Una parte de ti

Ariangely odia a Aremjeth. Lo tuve claro desde la primera vez que lo conocí, y ella se enojó porque Emre le presentó a los nietos. La alfa, que ya no es alfa, nunca ha revelado las razones por las que le desagrada tanto, y la verdad es que los lobos tampoco hablan de eso. Ellos prefieren ignorar el tema para evitar que se enoje.

—Oiga, ¿seguirá sin hablarme?— cuestiono. Quedamos ella y yo a solas. Imri se fue con Onil para resolver lo de la llegada de Aremjeth, y Ra está jugando afuera.

Ariangely nada más se descubrió para darle un par de instrucciones a Onil, correr a Imri, y ya luego se tapó de nuevo. Sí, sé que anda un frente frío y ellos son más sensibles a la temperatura cuando están con su aspecto humanoide, pero tengo la hipótesis de que mi presencia es un factor importante para que permanezca oculta debajo de las sábanas.

—Gasto menos energía estando en silencio, por lo que sí— al menos me respondió.

—Oh— ay, esta suegris se pasa. No tengo nada que ver con que Imri tomara la decisión de largarse. Bueno, tal vez un poco, pero yo no soy la principal razón... Bueno, sí lo soy. Pero a lo que voy es que eso no significa que Imri la abandone —Oiga, ahora que ya no es la alfa. ¿Cómo debería llamarla?

—Creí que tenía un nombre.

¿Por qué me quedé?

—No quiero llamarla por su nombre. Es raro— no me acostumbro a hablarle así de casual —Debería seguir siendo la alfa— resoplo con las mejillas infladas.

Aunque... ¿Qué significaría eso? Onil es el alfa.

»Mire, deje de ignorarme y ya quítese eso. Me vuelvo más insoportable cuando pasan de mí— cruzo los brazos —Me preocupa su bienestar, por eso estoy aquí.

—Ajá. Haré como que te creo.

¿Disculpa?

—¿Y cree que me aguantaría todos sus comentarios de a gratis?— así soy, no puedo evitar decir lo que pienso —¡Usted me mordió!

—¿Por cuánto tiempo me seguirás chantajeando con lo mismo?— vaya, conseguí que se quitara la sábana, pero a cambio me gané que ella me vea con los ojos achicados —Siempre me lo recuerdas cada vez que tienes oportunidad.

¿Y cómo no? Es la única forma que tengo para que me haga caso.

»Me dan ganas de morderte de nuevo para que tengas algo más reciente que mencionar.

¿Cómo dijo?

—¿Eh? Ay, no es necesario, suegris— río para no llorar.

No hablará en serio, ¿verdad? ¡¿Cómo qué le dan ganas de morderme?!

—Le susurras muchas cosas a mi hijo, y luego vienes conmigo haciéndote la inocente.

¿Insinúa que soy una mustia?

—No susurro nada, hablo bien fuerte— con razón está enojada —Imri y yo estamos juntos, es normal que quiera estar conmigo. Eso no significa que me lo robe o algo parecido. Es su hijo, siempre lo será. Él no la abandonará, así que déjese de maquinaciones.

—¿Me estás llamando maquiavélica?

Uff, desde que la conozco.

—El embarazo la tiene a la defensiva— si ella dice que me hago la inocente, lo haré.

—¿Cómo sé que no romperás el corazón de mi hijo? Él podrá ser un adulto, pero una vez fue mi bebé— frunce el ceño —Lo estás sacando del bosque. Lo tienes solo para ti, ¿qué pasará si terminan? Él tendrá vergüenza de volver, porque ya lo hizo una vez. No quiero perderlo de nuevo. Además, me preocupa que se meta en problemas con los lobos de allá, si es que toma la loca decisión de quedarse sin alfa.

—Le mostré mis respetos a Onil.

—¿Lo hiciste?

—Incluso entrelazamos nuestros dedos meñiques.

—¿Qué?

—No romperé el corazón de Imri, ni tampoco quiero que se quede sin alfa— sería horrible —Además, ¿por qué piensa en la posibilidad de que terminemos? ¿Usted alguna vez lo pensó cuando empezó su relación con Emre? Claro que no. ¡Además!— vuelvo y repito —No se lo diga a nadie, pero Imri y yo ya empezamos a hablar de boda— levanto ambos pulgares. Espero que le agrade la noticia, y no se enoje más.

—¿En serio?— levanta las cejas.

—No nos casamos en los dos meses que usted dijo cuando nos conocimos, pero como vamos, será pronto— hago un corazón coreano con los dedos.

Ariangely abandonó las sábanas y gateó hacia mí. Ella se puso a unos pocos centímetros cerca de mi rostro, viéndome con atención.

—No estás mintiéndome. ¿Verdad?

—Nop— niego con la cabeza. Está bastante cerca.

Estábamos tan pendientes de Emre que ignoramos su cambio físico. Ahora que le presto atención, me doy cuenta de que subió un poco de peso. Ahora bien, no parece embarazada, pero su cambio sí tuvo.

—Ooh— se sienta —Primero te conviertes en una lobata, y ahora te quieres casar con un lobo. Vaya— no soy capaz de describir su expresión. ¿Le gusta? ¿No le gusta la noticia? ¡Ariangely está siendo un enigma para mí! —¿Cuáles son tus medidas? Deberíamos ir preparándote un buen vestido.

Espera, ¿le gusta?

—Responda algo— mejor me quito las dudas —¿Me quiere como nuera?

—¿Por qué lo preguntas?

—Hace cinco minutos no quería hablar conmigo.

—Esos cinco minutos ya pasaron. ¿O qué? ¿Quieres que siga ignorándote?— arquea la ceja —¿Qué hago si te pones a llorar?

—¿Cómo así?

—Emre llegó a mencionar que llorabas si actuaban frío contigo.

¡Emreee!

O sea, si lloro, ¡pero no era para que me queme así!

—Me alegra saber que fui un tema de conversación— este sí es el verdadero "río para no llorar".

—Claro que lo fuiste. Hablábamos de todo el mundo— suspira —Jum, recuerdo lo mucho que se reía cuando destilaba veneno en contra de las demás parejas alfas. Él era mi cómplice— lo extraña mucho. Ella bajó las cejas de inmediato —Para ti no es un secreto lo mucho que me desagradan las relaciones entre humanos y lobos, pero eres la excepción. Por alguna razón, me siento identificada contigo— y ahora me aprieta las mejillas —Estás bien como mi nuera, siempre y cuando no te robes a mi hijo. En cuanto se casen, mis temores sobre su relación se disiparán como el viento.

»También, te tengo cariño por más que me enojes. ¿No te lo dije antes? No miento cuando se trata de que alguien me agrade.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.