Capítulo 8: Naturaleza complicada
Recibí demasiada información en poco tiempo.
La alfa, que ya no es la alfa, pero me niego a dejar de llamarla así; estuvo casada con Emre, ¿pero al mismo tiempo con su cuñado? ¡¿Ella era la esposa de ambos?!
Mientras le voy dando mente, cada vez suena más y más turbio.
¡¿Qué está pasando?! Lo peor es que ni Imri u otro lobo tiene idea. De nuevo cargo con una verdad incómoda, que por lo menos en esta ocasión no me mortifica.
—¿Y bien? ¿Cómo te fue en tu paseo con mamá y mi tío? ¿No fue tan horrible?— me pregunta. Nosotros estamos sentados en la grama, hace rato que llegué —Traté de evitarlo, pero como aceptaste, no tuve de otra que dejarlo pasar.
—Fue interesante...— hago una mueca —Tu mamá y tío tienen una relación muy complicada.
—¿A él le gusta, verdad?
Cierto, Imri es un lobo perspicaz que la mayoría del tiempo finge que no para no lidiar con las cosas.
—Umh— asiento —¿Cómo te hace sentir eso? Me incomodaría que un tío mío estuviese interesado en mi madre. Uff, me enojaría hasta si fuera Marien.
—No lo sé— observa a su alrededor —Desde adolescente me di cuenta de que algo andaba raro entre él y mis papás. Mi teoría es que hubo un triángulo amoroso.
—Hubo, no; hay.
—Peor.
—Por cierto, Imri— debo hacerle conocer los planes de su mamá —Sé que Ariangely está enojada contigo, pero deberías hablar con ella respecto a Erem.
—¿Erem? ¿Así le pondrá a mi hermano?
—Ujum.
—¿Y qué sucede? No estarías tan seria si no pasara algo malo.
—Es que...— no me importa pasar como chismosa. Lo que ella me dijo fue preocupante —Ariangely planea tenerlo con su apariencia humanoide, y quiere evitar que el niño se transforme a toda costa una vez que crezca.
—¡¿Qué?!— lo sabía, es muy malo —Es una broma, ¿verdad?
—Me encantaría que fuera así.
—¡¿Cómo se le puede ocurrir tremenda cosa?!
—Imagino que está asustada por lo de Emre.
—Dios mío— se pone de pie —Iré a hablar con ella, vuelvo en unos minutos.
—Espera— me levanto. Yo lo persigno para que Dios me lo proteja de aquella loba que no duda en convertirse en maléfica.
—Masita, ¿es en serio?
—Es para que vayas con Dios— le plasmo un beso en los labios —Buena suerte.
—Vuelvo en unos minutos— se despide besándome la frente.
No soy la más entusiasmada en quedarme sola en un sitio con un ambiente tan denso. Por lo poco que supe de parte de Imri, Avys y la mitad de los lobos se desplazaron a la parte este del territorio, lo que responde a la pregunta de por qué no veo tantos lobos como de costumbre.
Se supone que ellos se enfrentarían a duelo, pero por el tema de la alfa decidieron posponerlo. Tanto ellos como todos son conscientes de lo mucho que sufriría tras presenciar un enfrentamiento de sus hijos luego de la muerte de su esposo. Además, está su embarazo.
Tienen miedo de que las emociones fuertes la terminen afectando, y como ella, a pesar de que no está tan vieja para llevar un embarazo desde la perspectiva de los lobos; se encuentra cerca del límite, prefieren evitarse algún inconveniente que pueda afectarla. Su madre es su prioridad por el momento y la manada (o manadas) están de acuerdo.
Las lobas no tienen las mismas etapas que nosotras. Su fisiología es distinta y cuando le pregunté a Imri, me dio respuestas vagas al respecto que se contradecían mucho. Creo que la única que me puede responder es Elaine, la cual veo muy tranquilita paseándose por la manada.
Yo me escondería si estuviera ignorando a alguien. Me pregunto si ya ellos hablaron, u Onil todavía sigue sufriendo por su frialdad. Quisiera hablar con él, pero ahora mismo está desempeñando sus funciones como alfa. Él se fue a la manada del alfa Jarib para tratar algunos de temas de importancia.
Hmp, puede que por eso ella se desplaza con total libertad. Pensándolo bien, es raro verla por aquí cuando la mujer pasa la mayor parte del tiempo en la ciudad.
—Oh, pero si eres tú.
Imri consiguió una manta para que nos podamos sentar en la grama, la cual no está mojada, pero tiene una textura «húmeda» que me parece incómoda. Desde que mi novi-lobo se fue, me acosté allí poniéndome unas gafas de sol y me dediqué a contemplar el hermoso cielo sobre nosotros hasta escuchar la voz de Fabio.
—Hola— saludo abriendo los ojos.
De acuerdo, eso era lo que estaba haciendo hasta que me dio sueño e iba a dormirme si no fuera por su llegada.
—No creí que te vería por mucho tiempo— se sienta en la manta —¿E Imri?
—Hablando con la alfa.
—Dios lo acompañe.
Ja. Ahí está. No estaba siendo exagerada, todos sabemos quién es Ariangely.
—¿Y cómo estás?— ay, Fabio luce cansado. Su expresión delata su estado de ánimo —¿Qué hay de las niñas? ¿Están en la otra manada?
—No, andan por ahí. Lana traerlas ayer cuando era su semana. Dijo que estarían mejor aquí para sobrellevar el duelo.
—Entiendo.
Sí, recuerdo que ella mencionó que sus sentimientos no les podría importar menos a su manada.
Esa mujer es la responsable de que mi hermano no esté aquí. ¡Aich! Me hierve la sangre de solo recordar que Rem dejó atrás a Onil por una mujer de la que cuestiono sus intenciones. ¡¿Qué pasó entre ellos como para que de la nada estén juntos, cuando Rem la veía como un amor imposible?!
¡Quisiera ser omnipresente!
—¿Qué pasa?— parpadea varias veces —¿Por qué tienes esa cara?
¿Se me nota tanto mi desprecio?
—Por nada— ¡uy! No puedo con el enojo. ¡Rem me parece muy frustrante!
—Claro...— hasta Fabio se ha dado cuenta, y eso es mucho decir —Hum, debes estar aburrida sin tu hermanito— se burla con una sonrisa —Pero ni modo, ahora existe una línea imaginaria que nos separa de ellos.
—¿Y no pueden cruzarla?
—Son traidores. Primero tendrían que besar los pies de Onil antes de permitirles el paso— se encoge de hombros —Y eso es lo mínimo que pueden hacer. Mamá es el único puente con ellos. Solo se les permite visitarla, pero no pueden ir más allá.
#164 en Fantasía
#120 en Personajes sobrenaturales
hombres lobo, hombres lobo mate bebe, fantasía amor personajes sobrenaturales
Editado: 18.06.2025