Capítulo 9: Cuatro Pous
Los lobos tienen una personalidad peculiar. Incluso Imri, a quien amo con todo mi corazón, a veces ha manifestado el curioso carácter que tiene. Por más que se muestre tranquilito la mayor parte del tiempo, de vez en cuando se le cruzan los cables.
Si no he sido lo suficiente clara, no me agradan las vibras de la manada. Mi bebé resultó lastimado, y en vez de recibir unas disculpas verdaderas porque hirieron sus sentimientos, los mismos fueron minimizados. Nada más de recordar el modo en que vino corriendo hacia mí, ¡se me rompe el corazón!
¡Yo soy su espacio seguro! Fui la primera persona en la que pensó cuando se sintió mal, y lo peor de todo, es que no pude defenderlo de la manera que hubiese querido. Al final tuve que necesitar la ayuda de Larimar, porque la tipeja esa me discriminó.
Onil me ha insistido varias veces en que me integre con las lobas y eso, y para ser sincera me he hecho la loca con ese detalle, pero Larimar me la puso difícil. ¡Ni modo! Si no me respetan como humana, ¡lo harán como la lobata que soy!
O si no, se la verán con el tsundere de mi cuñado.
Ahora bien, dos cosas:
Imri odiará la idea, y... ¡¿Cómo es que me tengo que hacer cargo de cuatro niños?! ¿Larimar me está molestando? ¡¿Es eso?! ¡Alguien debió decirle lo mucho que me desagrada la idea y por eso me la propuso! Oh, claro, ¡debió haber sido Fei! ¿Habrán hablado de mí? Hmm... sería raro hablar de la ex con tu pareja actual, y más considerando como es la loba. No creo.
¡¿Pero y entonces?!
—¡Papa!— Imri ha regresado con nosotros. Ra, desde que lo vio, corrió hacia él con todo y lobito en brazos —¡Mira!— le enseña al pobre sobreviviente.
¿Por qué no se ve sorprendido?
—Ouh, Ra— carga al niño con una mueca —Pero hey, lo bueno es que te lo repararon. ¿Fuiste tú, masita?
—Larimar— digo con los brazos cruzados —¡Unos mocosos lo lastimaron! ¡Le quitaron su peluche y lo hicieron llorar!
—Chí— asiente Ra —Llora yo.
—Y no conforme con eso, ¡se excusaron con que estaban jugando! ¡¿Qué clase de juego es ese?!
—Yo no jugando— secunda Ra —Ello' malo.
—¡Fueron malos con Ra!
—¡Chí! ¡Malo con yo! ¡Lobito malo con él!
Quisiera inventar un hechizo para ponerme del mismo tamaño de ellos, ¡y patearlos sin culpa! ¡Sí! ¡Así mismo! Soy un ser de luz, pero la sociedad me corrompe.
—Samuel me contó todo— todavía se le ve incómodo.
—¿Y qué tiene que ver Samuel con esto?
—Ah, es que... uno de esos niños era mi sobrino— se rasca la nuca —Discutiste con Zafiro, ¿no? Ella es mi cuñada.
No, pero excelente.
—Así que tu cuñada.
Por lo visto, no todas las cuñadas son tan cool como yo.
—Samuel estaba muy avergonzado por lo que sucedió, preferiría dejarlo así.
Samuel es al que menos conozco de mis cuñados, pero por lo poco que sé de él, me da la impresión de que es buena gente. Nunca está involucrado en problemas, y siempre ha charlado con mi novi-lobo lindo. Además, forma parte del team Onil. ¿Me podría caer mejor? Solo espero no decepcionarme; tuve demasiado con la decepción de Avys.
»Hagamos algo— le habla a Ra —¿Y si salimos a comer pollo cuando lleguemos?— propone con una gran sonrisa —Porque al cachorrito de papi le sigue gustando el pollo. ¿No?
Ra es capaz de comerse un pollo entero si no lo detengo.
—¡Chí! ¡Poio!— agita las manos de la alegría —¡Yo quielo poio!
Bueno, por lo menos ya está contento. Mi lobito lindo es un pequeño tragón.
—E Imri, ¿qué pasó con la alfa? ¿Lograste convencerla?
—No quiero hablar de eso— con su expresión me lo dijo todo —¿Alguna vez te he dicho lo desgastante que es hablar con mi mamá cuando está de malas?— no tiene que hacerlo —Por cierto, creo que volvió a estar enojada contigo y ya no te considera su alma gemela.
Estupendo. Ya mejor ni le hago caso.
—Ja, ja, ja, Ariangely tan chistosita— le doy una palmada en el hombro —Y otra cosa, Imri— mejor lo abrazo para que lo piense dos veces antes de exclamar el rotundo «no» —Quiero escuchar tu opinión sobre algo— entrelazo los brazos alrededor de su cuello —¿Cómo ves mi posición en la manada?
—¿A qué te refieres?
—Soy una humana. Todos aquí son lobos. ¿No crees que pueda haber algún rechazo hacia mí?
Fei creció en una manada de lobos, y algo me dice que no la pasó tan bien.
—¿Por qué habría rechazo hacia ti? Eres mi masita— ay, qué lindo comiéndome las mejillas a besos, pero que no se desvirtúe de la realidad —Me entero de que alguien es malo contigo, y no se lo perdonaré.
Pues inicia con tu cuñada, Imri.
—El punto es que quiero aportar en la manada. Creo que es justo si pertenezco a este lugar.
—Eh... no entiendo— achica los ojos —¿De qué estás hablando?— y el modo en que frenó los besos.
—Im, ¿qué estás haciendo? Sígueme besando— froto mi mejilla contra la suya.
—Ahola yo, mami— Ra extiende los brazos en mi dirección. Yo le concedo el deseo, mordisqueándole el cachete. Mi acción provoca que se ría a carcajadas —Ahola yo moldete ti.
Ah, no. Eso no, mi amorcito.
—Amor, ¿a qué te refieres cuando dice que quieres aportar en la manada?— pestañea un par de veces.
—Quiero ser útil...— y anteponerme como lobata, claro. Con cualquier cosa se inicia —Larimar me propuso una manera de comenzar, y es cuidando un pequeño grupo de lobos.
—¿Haciendo qué?— levanta las cejas.
—Así como lo oyes.
—Masita..., le dijiste que no, ¿verdad?
—Le dije que voy a pensarlo.
—¿Pero pensar qué cosa?
—¿Cómo que qué cosa?
—Tú, cuidando de un grupo de niños...— sí, sé que suena horrible, pero que abandone esa cara de desgracia —Dime, ¿tienes fiebre?— me toca la frente, y ambas mejillas —Te noto un poco tibia. Mejor regresemos a la ciudad para ponerte un paño frío y comprarte un par de calmantes.
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Editado: 13.08.2025