No fue hasta que un día me estaba cambiando y mi hermana se dio cuenta, ella se lo contó a mi madre, y un 15 de abril del año 2015 entre a cirugía, me quitaron una masa del tamaño de mi puño, por suerte no perdí el pecho; y el 9 de mayo también me sometí a otra cirugía para remover otra pequeña masa del otro lado.
Por suerte la autopsia no reveló nada. Y bueno era un alivio, ya que apenas llevaba mi primer año de universidad.
Al final solo gane dos cicatrices en mi pecho izquierdo que son un recordatorio de lo mucho que me ha tocado vivir en la vida.